Cosecha de invierno en exterior
Al hablar de cultivo de exterior a todos nos vienen a la mente las imágenes de huertas, balcones, invernaderos o cultivos de guerrilla perdidos entre montes en primavera y verano. Sin embargo también es posible llevar a cabo una cosecha de exterior en pleno invierno a buen término, como a continuación os contaremos.
Al hablar de cultivo de exterior a todos nos vienen a la mente las imágenes de huertas, balcones, invernaderos o cultivos de guerrilla perdidos entre montes en primavera y verano. Sin embargo también es posible llevar a cabo una cosecha de exterior en pleno invierno a buen término, como a continuación os contaremos.
Puede resultar bastante sorprendente pensar en llevar a cabo una cosecha de invierno en exterior, incluso complicado por las diversas condiciones climáticas que imperan en esas fechas y por los muchos factores o parámetros que pueden incidir sobre nuestras plantas.
Las primeras conjeturas que nos vienen a la cabeza son la falta de horas de luz, las bajas temperaturas, la humedad, los vientos, las lluvias, granizos, nieves e incluso heladas... Todo ello es cierto, pero si seleccionamos y adecuamos un lugar que reúna unas mínimas condiciones, y seguimos unas indicaciones, el resultado puede llegar a ser más que interesante. Hay que tener en cuenta de antemano, que la producción por planta será inferior a la obtenida en la cosecha de verano, debido a que las plantas ni tienen tiempo suficiente para crecer antes de comenzar la fase de floración, las condiciones tampoco son precisamente las mas idóneas en lo que a humedad y temperatura se refiere. Sin embargo, debemos recalcar que los cogollos que cosechemos serán más resinosos que los obtenidos en verano por el espectro frecuencial de la luz invernal.
Selección del lugar y preparación
Para comenzar, buscaremos una zona y la dejaremos en condiciones para poder poner nuestras plantas. Debemos procurar elegir una zona de orientación sur y bien protegida de los fuertes vientos invernales o de las lluvias que puedan venir e incluso de la contaminación lumínica que pueda incidir sobre nuestras plantas de farolas o luces que las estresarían, porque este tipo de cosecha de invierno se basa principalmente en aprovechar el fotoperíodo natural que se da en invierno. Para ello, siempre está bien montar un pequeño invernadero que las mantenga resguardadas y un poco más arropadas y que proteja a nuestros cogollos de las lluvias (pero evitando que en la parte superior del invernadero se formen bolsas de agua con el agua procedente las lluvias) y de la contaminación lumínica que se pueda dar. A la hora de montar el invernadero, además de las lluvias, deberemos tener en cuenta también que los vientos que puede haber en un balcón en invierno suelen ser algo fuertes, y según en qué zonas de la geografía, más que fuertes. Según me han comentado algunos cultivadores que llevan más de una década cultivando en invierno en exterior, las tormentas con viento son un peligroso enemigo que en más de una ocasión les ha hecho casi volar los invernaderos por haberlos abierto demasiado por la parte de abajo para ventilarlos, al entrar ráfagas de mucho aire que hacían casi que se elevase por la fuerza del viento y al no estar bien asegurado al balcón. Comprobar que la estructura que montemos esté firme y bien asegurada al balcón en sí,además de que resista una buena lluvia sin que el techo ceda o se hunda tocando a nuestras plantas. Dejar zonas del invernadero abiertas para que se ventile correctamente, porque sino podríamos tener problemas con agentes patógenos. Un invernadero mal ventilado es peor que dejarlas a la intemperie. Selección de macetas y sustrato El siguiente paso será seleccionar los contenedores o macetas y el sustrato que utilizaremos para poner nuestras plantas. El fotoperíodo de luz es equivalente a floración, todo lo que llevemos al exterior durante esa fecha comenzará a florecer, por lo que no tendrá mucho tiempo para crecer o desarrollarse en su período vegetativo (salvo los diez o quince días habituales en los que doblara su tamaño antes de comenzar a desarrollar sus flores). Sería un tanto exagerado e innecesario utilizar contenedores o macetas de mas de diez litros y nos impedirá poner una cantidad mayor de plantas, a la vez que resultará mas económico hacerlo, al no desaprovechar tierra en macetas de mayor tamaño que no nos garantizarán una mejora sustancial en el resultado final. Elevar los tiestos del suelo unos treinta centímetros para que no estén en contacto directo con el suelo, así evitarás que las raíces y la tierra estén a una temperatura muy baja, ya que este apunte puede marcar una gran diferencia. Como sustrato, es recomendable utilizar uno de calidad y bien preparado, con guano de murciélago y humus de lombriz, con una buena mezcla de turbas y perlita, deberemos soltar bien antes de rellenar los contenedores o macetas con la misma. Garantizará un aporte extra y un entorno más que óptimo para el desarrollo de las raíces de nuestras plantas.Alimentación y nutrientes
Deberemos tener cuidado de no excedernos ni con el número de riegos a la semana, ni con la cantidad de agua en cada riego. Las necesidades de demanda de agua de las plantas no serán las mismas que en la cosecha de verano. Pasaremos de los tres riegos habituales en los meses de más calor de la cosecha de verano a bastar con darle uno o un máximo de dos riegos por semana. Las plantas no sólo se alimentan por los capilares de las raíces, sino que también lo hacen a través de los estomas de las hojas, mediante el intercambio de humedad con el entorno o medio que les rodea. Respecto a la alimentación, deberemos tener en cuenta el mínimo tiempo de desarrollo vegetativo que tendrán las plantas. Utilizar estimulador de raíces un par de veces, nutriente de crecimiento hasta que la propia planta nos marque los primeros síntomas del inicio de la floración, momento en que pasaremos a utilizar el nutriente de floración (incluso algún estimulador de cogollos, si se quiere) hasta dos semanas o diez días antes de la recogida. No debemos extrañarnos si observamos que todo el ciclo de la planta es más lento en esta época invernal que en la estival, ya que es algo habitual que por la temperatura y falta de luz resulte mas lento. En ocasiones, al ver este lento desarrollo, se puede cometer el error de abonar más de lo debido o darle más agua de la necesaria, lo que comportará que sí que nos encontremos ante un problema que habremos generado nosotros mismos. Recordad lo que solemos hablar de los riegos y de las dosificaciones de los nutrientes: “menos es más”. ¿Semilla autofloreciente o esqueje? Para este tipo de cosecha en invierno recomendaría cultivar a partir de esquejes de plantas madre seleccionadas y con una raíz sana y bien desarrollada (lo que facilitará mucho el buen desarrollo de la planta) o a partir de semillas autoflorecientes, por ser las que mejores resultados comportan. No obstante, si usamos esquejes, que no sean de un tamaño muy grande o que estén muy desarrollados por haberlos crecido en interior, ya que cuanto más tiempo hayan pasado en un área de interior, más tiempo tardarán en aclimatarse o acostumbrarse a su nuevo entorno. También recomendaría la utilización de variedades de floración corta o media en el caso de los esquejes, es decir, Índicas o en su defecto híbridos que contengan un porcentaje mayor de Índica que de Sativa y a ser posible de variedades contrastadas y que conozcamos como se comportan (ya que jugaremos con ventaja y casi sobre seguro), buscando una cosecha lo mas rápida posible. Con las semillas autoflorecientes también se obtienen muy buenos resultados si elegimos la variedad adecuada y no nos decantamos por variedades Sativas. La gran ventaja que nos dan: se desarrollan independientemente del fotoperiodo de luz que haya, ya que carecen de fotoplastos (los indicadores celulares que tienen las plantas para saber si es de día o es de noche). Al no afectarles el fotoperíodo de floración tampoco lo hace la contaminación lumínica que pudiese tener nuestra planta, es más, hasta podríamos decir que mal no le haría.Ventajas,inconvenientes y trucos
No deberemos preocuparnos en esta cosecha es de las molestas plagas que suelen atacar e invadir nuestras plantas en verano, aunque deberemos prestar atención a los agentes patógenos, debido a las condiciones ambientales sí podrían hacer acto de presencia si no somos lo suficientemente cuidadosos, basta con mantener un mínimo de limpieza en el área de cultivo,que se ventile bien y no excederse en los riegos. Se puede dar también el caso de utilizar un invernadero de una huerta (además de balcones o ventanales grandes) y para ello deberemos tener en consideración las bajas condiciones de temperatura que hay en invierno y lo fría y húmeda que estará la tierra. No utilizar la tierra madre como medio en el que poner la planta directamente, es preferible usar contenedores también en el invernadero, así las raíces estarán más protegidas y la temperatura de la tierra que les rodea no será tan baja. Levantar los tiestos del suelo unos centímetros para evitar contacto directo con el suelo, incluso aislar la zona de suelo a utilizar en el invernadero con el típico plástico negro, mejorará las condiciones del área de cultivo, lo que favorecerá el corto crecimiento y floración de nuestras plantas. Otra gran ventaja que tiene la cosecha de invierno es que se suelen obtener plantas de una altura o porte más bien bajo, pasando así desapercibidas por su pequeño tamaño y evitando darnos riesgos de que sean vistas o buscadas e incluso robadas, no sólo por su porte pequeño sino por encontrarnos fuera de su ciclo vital natural en exterior y que comprende de primavera a verano. Además, en el caso de que nuestra cosecha de verano se haya visto afectada por plagas, agentes patógenos, robos e incluso por un mal verano y no hayamos podido cosechar lo suficiente para las necesidades de autoconsumo que cada autocultivador tiene,la cosecha de invierno será una buena forma de obtener una recogida extra en exterior, aunque no resultará tan productiva, podría permitirnos compensar esas perdidas. El trabajo que conlleva es mínimo. La manicura resulta cómoda y rápida al tratarse de plantas de porte pequeño, por lo general se cortan y limpian rápida y fácilmente. Generan una menor cantidad de restos de residuo vegetal en forma de tallos u hojas, lo que resulta muy cómodo, incluso el espacio que puede ocupar cada planta secando es muy reducido en comparación a lo que ocuparía una planta cosechada en verano. Autor: Huguillo.
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