Cómo preparar un depósito de solución nutritiva
Llena el depósito con agua y pon una bomba de agua dentro. Pon la bomba en marcha y añade los nutrientes. Luego, dependiendo del nivel de acidez, ajusta el pH, y riega las plantas inmediatamente después. Este procedimiento lleva tiempo y seguro que te gustaría acelerarlo, ¿no es verdad? Pero dice el refrán, vísteme despacio que tengo prisa. ¿Por qué es recomendable tomárselo con calma y prestar más atención? En este artículo, Soft Secrets te lo explica.
Prueba lo siguiente: Llena un depósito con agua, añade un calentador (a 20ºC) y déjalo descubierto durante 24 horas. Pasado ese tiempo, coloca una bomba de agua en el depósito y ponla en marcha. Añade el abono A y remueve durante cinco minutos, luego añade la misma cantidad de abono B y revuelve de nuevo durante cinco minutos. A continuación, añade los aditivos y mezcla otros cinco minutos. Antes de regar, hay que ajustar el pH del agua. Una vez hecho, revuelve de nuevo otros diez minutos. Deja que la solución repose durante veinte minutos, comprueba el pH una vez más y ajústalo de nuevo si es necesario. Mezcla de nuevo otros cinco minutos. Ya tienes lista una solución nutriente que le encantará a tus plantas.
¿Por qué es recomendable dejar el depósito descubierto durante 24 horas?
Normalmente, el agua del grifo no tiene cloro. Sin embargo, se añade cloro a menudo cuando se efectúan reparaciones urgentes en la red de distribución de agua, por ejemplo, cuando hay una fuga o se reemplaza una tubería vieja, o al instalar nuevas tuberías bajo la calzada. El cloro se añade para prevenir el crecimiento de las bacterias Legionella y Escherichia coli. Un exceso de cloro es perjudicial para las plantas. Por esta razón, te recomiendo dejar el depósito descubierto durante 24 horas tras llenarlo para que el cloro se evapore del agua. No hay necesidad de añadir nada, la evaporación sucede por sí sola.
Las compañías de distribución de agua reconocen que cada vez les resulta más difícil purificar el agua. Las aguas subterráneas tienen niveles más altos de pesticidas, insecticidas y sustancias químicas, como las perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (GenX, PFOS, PFOA). Obviamente, estas sustancias son artificiales y no se encuentran naturalmente en el medio ambiente. La buena noticia es que estas sustancias se evaporan calentando el agua 24 horas.
¿Es realmente necesario revolver tanto?
La mayoría de los cultivadores usan abonos de dos componentes. También se les suele llamar fertilizantes A y B. Algunos cultivadores usan fertilizantes de un solo componente. Las plantas necesitan doce elementos (N, P, K, Ca, Mg, S, Bo, Co, Mn, Fe, Zn y Mo) para crecer y florecer de manera óptima.
Si falta uno de estos doce elementos, la planta mostrará deficiencias tarde o temprano. Un abono en dos partes (A+B) contiene los doce elementos, mientras que uno de una sola parte contiene sólo diez elementos. Los abonos de un sólo bote se suelen usar principalmente en cultivos en tierra, ya que estos sustratos (Light Mix, Full Mix, Pro Mix, etc.) suelen venir premezclados con fertilizantes en polvo, y si se usa un abono de una parte, las carencias tardarán más en aparecer.
Para acabar, volvemos al depósito de nutrientes. La temperatura ideal para añadir los fertilizantes es de entre 16º y 20ºC. Ésta es también la temperatura ideal para medir con precisión el pH. Enciende la bomba de agua y asegúrate que se queda en posición vertical para impulsar el agua hacia arriba.
Prepara los botes A y B del abono y un vaso medidor. Coloca el medidor de EC en el depósito antes de añadir los fertilizantes. Lo ideal es usar un medidor que tenga un cable largo con el sensor en el extremo. No te compres un medidor barato. Tarde o temprano flotará en el agua como una boya. Invierte en un medidor con o sin medidor de pH integrado.
Utiliza siempre la misma proporción al dosificar los abonos A y B. Si usas 100 ml de A, usa también 100 ml de B. De este modo, las proporciones entre los dos abonos permanecerán equilibradas.
¿Por qué no se pueden añadir el fertilizante A y el B juntos?
Si los dos abonos se añaden al mismo tiempo, algunos de sus componentes pueden reaccionar entre ellos. Esta es una de las razones por las que los elementos están separados en dos botellas. El calcio en particular no combina nada bien con el azufre (sulfato) o el fósforo (fosfato) en altas concentraciones. Estos elementos se precipitan en el depósito, donde difícilmente pueden ser asimilados por las plantas. De todos modos, el calcio es un elemento importante para las plantas, con una gran influencia en la producción final así como en el peso seco.
La razón por la que tienes que revolver durante exactamente cinco minutos antes de añadir una nueva dosis de fertilizante es para que los elementos se mezclen perfectamente con el agua y no haya ninguna precipitación.
El mismo principio se aplica con todo el resto de aditivos (estimuladores de la floración o el crecimiento, enzimas, enraizadores, etc.). Tras mezclar los abonos A y B, añade el resto de aditivos de uno en uno y revuelve durante cinco minutos tras cada uno. Una vez han sido añadidos todos los fertilizantes y aditivos, puedes ajustar el pH.
Consejo: Si pones un medidor de EC en el depósito donde vas añadiendo los fertilizantes y aditivos, coloca el electrodo lo más lejos posible del punto donde viertes los líquidos al agua. Esto evita que altas concentraciones de fertilizantes puedan llegar al medidor, lo que podría dañar el electrodo.
Ajustar el nivel de pH
No suele ser difícil ajustar la acidez de la solución nutriente. Todo lo que hace falta es un líquido para ajustar el pH. Son dos botellas: para subir y para bajar el pH. Después de mezclar todos los fertilizantes y aditivos, deja que la bomba de agua continúe en funcionamiento. Prepara las dos botellas para ajustar el pH y el medidor, asegúrate de que tiene suficiente batería.
Cuelga el medido en un lateral del depósito y sumerge el electrodo en el agua. Luego comienza a añadir pH-up o pH-down, gota a gota, en el extremo más alejado del medidor hasta que el valor correcto de pH se alcance. Intenta que el medidor esté lo más alejado posible de donde echas los líquidos para evitar dañarlo. Ni siquiera los modelos más caros son resistentes.
Para obtener una mezcla óptima de nutrientes con la que alimentar tus plantas, mide el valor pH de nuevo tras 20 minutos. ¿Por qué veinte minutos? Todas las sustancias presentes o añadidas al agua, como fertilizantes, aditivos, pH-up o pH-down y el oxígeno reaccionarán las unas con las otras. Los enlaces químicos se siguen sucediendo tras la primera medición, por lo que el valor de pH puede fluctuar.
Consejo: calibra el medidor de pH una vez a la semana. Limpia el electrodo del pH tras cada uso lavándolo con agua desmineralizada. Luego sopla en el electrodo para eliminar cualquier residuo, sumerge el electrodo en una solución de cloruro de potasio (KCl) y coloca la cubierta del electrodo. ¡Así estará listo para usar la próxima vez!