Clonación
Se puede clonar cualquier planta. Con algo de práctica y buenas maneras se logra una efectividad del 100%, aumentando considerablemente el número de ejemplares en un cuarto de cultivo. Hacer esquejes suele ser bastante sencillo.
Se puede clonar cualquier planta. Con algo de práctica y buenas maneras se logra una efectividad del 100%, aumentando considerablemente el número de ejemplares en un cuarto de cultivo. Hacer esquejes suele ser bastante sencillo.
Se puede clonar cualquier planta. Con algo de práctica y buenas maneras se logra una efectividad del 100%, aumentando considerablemente el número de ejemplares en un cuarto de cultivo. Hacer esquejes suele ser bastante sencillo.
Las plantas nuevas de cannabis se crean generalmente por medio de semillas o esquejes. Las semillas se originan por propagación sexual, siendo una combinación genética única. En cambio, todos los esquejes extraídos de una planta madre son una copia genéticamente exacta a ésta. Disponer de un suministro continuo de esquejes es una manera de aumentar la rapidez y cantidad de las cosechas al año. Cultivamos semillas continuamente para descubrir nuevas variedades que nos aporten distintos sabores, efectos, etc..., pero procuramos seleccionar la madre ideal para mantener una cosecha más homogénea e ir conociendo cada vez mejor las condiciones de cultivo ideales que favorezcan que una planta muestre su verdadero potencial.
Realizar los siguientes pasos y no saltarse ni uno, conlleva no perder un sólo esqueje, pero ir dejando por el camino uno o varios pasos aumenta el esfuerzo del clon por sobrevivir y reduce poco a poco la efectividad. Aun así, incluso en las condiciones más adversas y en las manos más torpes, la marihuana es una superviviente y consigue abrirse camino a la vida.
Buena genética:de tal palo tal astilla
Seleccionar la madre deseada es el primer paso para conseguir los mejores esquejes. Aquellas cualidades que hacen que una planta por sabor, producción, tamaño, etc sea elegida serán idénticas en sus descendientes. Si escogemos una planta con poca resistencia o de cogollos pequeños, tendremos estos mismos defectos en los esquejes.
Madres sanas: la salud es lo primero
Una madre bien cuidada y alimentada puede proporcionar infinidad de esquejes durante muchos años. Pueden mantenerse en cualquier sistema, incluso en el exterior, trasladándolas al interior bajo lámparas antes de mitad de Junio para que no entren en floración. Hay que realizar un control minucioso de hongos y plagas, sino los esquejes sufrirán este mismo problema careciendo de medios para defenderse en el proceso de enraizado. Hay que lixiviar la tierra e introducir las madres cada cierto tiempo en contenedores mayores. Conviene aportar una dosis extra de nitrógeno, salvo los días previos al esquejado, donde se pretende lo contrario para facilitar la creación de raíces. Se recomienda también aportar una vez al mes fósforo y potasio, lo que facilita su regeneración.
Limpieza general:la prueba del algodón
Todos los utensilios que entren en contacto y las zonas de trabajo o de destino de los clones han de estar bien limpios y desinfectados. Utilizar lejía o alcohol son métodos muy eficaces.
Preparación de la madre:los últimos momentos
Días antes del esquejado dejaremos de abonar y de aplicar cualquier tipo de producto. Debemos lixiviar la tierra abundantemente y limpiar las hojas con agua, a fin de reducir los niveles de nitrógeno. Esto aumenta la rapidez de enraizamiento de los clones.
El sistema y el lugar de enraizado: este será su hogar
Los esquejes se adaptan bien a cualquier sistema, realizando la clonación correctamente y con las condiciones óptimas no fallará ninguno en tierra, coco o hidroponía. Necesitan abundante humedad ambiente, sobre todo los primeros días, debiendo situarse en torno al 95%. Si disponemos de fluorescentes como iluminación los situaremos entre 15 y 30 cm, si en cambio son lámparas de sodio las pondremos al menos a un metro de distancia. La temperatura del aire será entre 20º y 24º y la del medio entre 24º y 27º.
Pasos a seguir: llegó su hora
1. Tener todo lo anterior dispuesto.
2. Elegir los esquejes que se quieren enraizar.
3. Cortarlos con una hoja bien afilada evitando aplastar el extremo del tallo. Cortar en ángulo de 45 grados.
4. Raspar la piel del tallo que se introduce bajo tierra y dividirlo en dos partes. Esto aumenta considerablemente la superficie que creará raíces al dejar al descubierto mayor capa de cambium, donde se generan raíces nuevas.
5. A continuación introducirlos en agua mientras se siguen realizando más. Realizar los esquejes bajo el agua evita la entrada de aire y posibles embolias.
6. Sumergirlos en hormonas de enraizamiento.
7. Tener el medio de enraizamiento hidratado y con el hueco preparado para el tallo. Introducirlos en él y hacer que el sustrato entre en contacto con el tallo, sin llegar a aplastarlo.
8. Cortar las puntas de las hojas. Esto reduce la transpiración, evita que se solapen y reduce la posible aparición de hongos.
9. Llevarlos al sitio de propagación.
10. Mantenerlos hidratados y con una humedad ambiente alta. Aumentar la ventilación y reducir la humedad según pasen los días.
Los mejores esquejes: los elegidos
Los mejores esquejes tienen de largo entre cinco y diez centímetros y un diámetro entre 3 y 6 mm y provienen de una madre con al menos dos meses. Se sitúan en la parte inferior de la planta, disponen de un par de grupos con hojas que quedarán fuera del medio de enraizado, así como otro par que se eliminará e introducirá en dicho medio.
Los no deseados:los que iban al barranco
Los esquejes de ramas muy pequeñas, los que tienen muy pocas hojas o las simples yemas, son partes de la planta con mayor dificultad para el enraizado, dado que disponen de muy poca superficie de hojas y/o tallo, por lo que esta fase se retrasa bastante en proporción a los clones obtenidos con las características de tamaño apropiadas para el enraizado, por lo que se suelen descartar. No obstante, siguiendo las condiciones y pasos anteriormente descritos pueden retrasarse en comparación a sus hermanos, pero enraizarán seguro y sacaremos mayor partido a las madres. Pueden llegar a tardar entre quince días y un mes más. Una vez enraizados, el inicio de la fase de crecimiento también se ve ralentizada los primeros días, una vez pasado esto dispondremos en perfectas condiciones de los nuevos ejemplares y tendremos un número superior de ellos.