Capítulo 9: Iluminación

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13 Mar 2015

En este número quiero tratar un factor determinante a la hora de obtener una producción que nos deje satisfechos. Hablaré de la iluminación en cultivos de interior y más en concreto, del conjunto de elementos que participan en esta acción.ne rende più piacevole il consumo di cannabinoidi.


En este número quiero tratar un factor determinante a la hora de obtener una producción que nos deje satisfechos. Hablaré de la iluminación en cultivos de interior y más en concreto, del conjunto de elementos que participan en esta acción.ne rende più piacevole il consumo di cannabinoidi.

En este número quiero tratar un factor determinante a la hora de obtener una producción que nos deje satisfechos. Hablaré de la iluminación en cultivos de interior y más en concreto, del conjunto de elementos que participan en esta acción.ne rende più piacevole il consumo di cannabinoidi.

Estos elementos los dividiremos en cuatro familias que son abordadas por separado y que en su conjunto determinan una iluminación idónea. Debemos tener en cuenta que, si alguno de estos cuatro elementos incumple algún criterio, la "eficiencia", lúmenes por vatio (lm/W), de la iluminación se verá afectada.

Las cuatro familias son: Reflectores, balastros, lámparas y plásticos reflectantes. Del reflector y el balastro ya hablé en un capítulo anterior (Soft Secrets Nº5 – 2013). Recordad  que aconsejo usar balastros regulables en potencia, ya que se ajustan según nuestras necesidades. En crecimiento, con la mitad de vatios que en floración tendremos suficientes lúmenes. Y es entrada la floración cuando utilizaremos la máxima potencia, ya que es en esta fase donde la planta lo aprovecha todo, dándonos su máximo desarrollo.

En cuanto al reflector, recordamos dos requisitos básicos de cualquier buen aparato; reflexión y superficie de cultivo óptima que abarca. Para lámparas de 400W que quieran iluminar 1m2 nos valdrá un reflector normal, pero para lámparas de 600W que quieran cubrir eficientemente una superficie de 1,5 m2 o un armario de 1,2x1,2 m2, nos hará falta un reflector de los denominados "alas de gaviota".

Sin extenderme más en otros temas, vamos a hablar de lámparas y plásticos reflectantes:
la lámpara es un elemento esencial del armario. Básicamente, proporciona luz artificial a nuestras plantas de interior. Para el cultivo de la marihuana debe tener el espectro e intensidad adecuados según sea su fase (crecimiento-floración). Es muy importante saber qué tipo de lámpara estamos usando, para qué fase del desarrollo de la planta es adecuada. En caso de duda, lo mejor es consultar con un profesional.

En un mismo cultivo, suelo usar cinco tipos de lámparas diferentes. Así, la planta se va aclimatando al incremento de potencia lumínica, además de ahorrar electricidad. Las necesidades de la planta en crecimiento son pocas, tanto de nutrición como lumínicas. Es en la floración donde veremos si hemos elegido una adecuada luminaria. Muchas son efectivas en crecimiento, pero para floración bajan mucho su efectividad. A continuación, cito las diferentes luminarias que utilizo y en qué orden:

Tipos de lámparas:

1ª lámpara: Fluorescente. Los tubos fluorescentes son los más utilizados a la hora de enraizar esquejes o germinar semillas. Suelo utilizar tres tubos fluorescentes de 18W, dos de ellos son trifósforo y el otro grolux. Esta es la primera luz que se utiliza hasta que han germinado las semillas o enraizado los esquejes.

2ª lámpara: Bajo consumo. Al disponer de un cultivo de ciclo continuo, no tengo prisa en hacer los crecimientos. Por lo que, siempre que parto de semilla,  prefiero crecimientos largos, si es posible por la genética, esperar a que la semilla muestre las preflores. Para usar este tipo de lámpara no nos hará falta balastro, lo lleva incorporado. A las plantas les gusta mucho este tipo de luz en crecimiento, por lo general, las dota de una distancia de entrenudos más cortos y una magnífica presencia física.

3ª lámpara: Halogenuro metálico (HM). Halogenuro Metálico (HM): Es la que otorga un mayor rendimiento en la etapa de crecimiento. A su potencia se añade como resultado un crecimiento con entrenudo corto y una buena ramificación, que nos ofrece unas plantas con una estructura ideal. Generalmente, se usa la última semana de crecimiento para que la planta se adapte al brusco cambio que muy pronto tendrá que acometer; La floración es una etapa muy exigente y debe comenzarla sin perder ritmo.

4ª y 5ª lámpara: Alta presión de sodio (HPS) + LED. Estas luminarias se usan en floración. Para optimizar la producción pongo la luminaria LED en los laterales del armario, así refuerzo los lugares más difíciles de alcanzar por el HPS. Combinando sodio + LED se consigue optimizar la producción y mejorar mucho el coeficiente espacio-gramo.

Otras luminarias

Las dos luminarias que cito a continuación nunca las he utilizado, pero no tardaré en hacerlo. Me gustaría analizar de primera mano qué cualidades tienen aplicadas al cultivo de marihuana. Como siempre, os ofreceré los datos y resultados objetivos de estos experimentos en cuanto los realice.

Plasma: Comentan que puede ser la luminaria que sustituya al sodio. Su eficiencia no se mide en lúmenes si no en PAR (Radiación Fotosintéticamente Activa). Esta tecnología todavía tiene un precio algo prohibitivo en comparación con las anteriores. Es el espectro de luz más parecido al sol. 

Inducción electromagnética: Es una lámpara fluorescente sin electrodos y con una durabilidad que puede llegar a las 100.000 horas.

Distancia de lámpara

Como norma general la distancia óptima del foco respecto de la punta de las plantas será cuando se alcance en este lugar los 24º grados de temperatura. No hay una contestación más estándar y sencilla que esta, ya que dependiendo de la  potencia de la lámpara y del tipo variará en mayor o menor distancia, pero todas irán relacionadas con las condiciones propias de cada cultivo (parámetros). 

En un ambiente con temperaturas frías podemos acercar más el foco a las puntas de las plantas y tener esos 24º grados. En los ambientes con temperaturas más altas habrá que optar por mejorar la ventilación y posicionar la lámpara a una altura adecuada, o se tendrá que utilizar el aire acondicionado, con el consiguiente consumo energético. Recordad que la temperatura es un factor determinante en el cultivo de interior.

Suponiendo que el termo-higrómetro marque 24º grados en las puntas de las plantas, daremos unas medidas de referencia: LEDS: los que son eficientes, además de no desprender mucho calor, en floración se pueden poner a 10 centímetros, consiguiendo una buena penetración lumínica. 

El bajo consumo se usa para crecimiento, 150W para 1,5 m2 cuando se trata de conservación de madres y 250W (en el mismo armario) para hacer el crecimiento de esquejes y semillas. Suelen estar colocados entre 20 y 30 centímetros de altura de las puntas de las plantas.

Los problemas de temperatura los tendremos con el halogenuro metálico (HM) o la alta presión de sodio (HPS). Estos problemas de calor  se resuelven utilizando reflectores tipo cooltube (refrigerados) ya que nos permitirán evacuar un gran porcentaje del calor que produce la lámpara, pudiendo así aproximarse más a las puntas de los cogollos. Cuando utilicemos el cooltube, hay que tener en cuenta que un cristal de 5 milímetros nos reducirá un 10% de lúmenes del total teórico.

Sodio: Para obtener un número de lúmenes apropiados, la lámpara se debe colocar las siguientes distancias (los supuestos están configurados para una lámpara nueva, un balastro electrónico y parámetros óptimos):

Lámpara de 600W: Unos 35 centímetros. Debe dar una potencia de entre 85.000 y 95.000 lúmenes. Utilizando un cooltube de cinco milímetros perdemos entre 8.500 y 9.500 lúmenes.
Lámpara de 400W: Unos 30 centímetros. Debe dar una potencia  de entre 40.000 y 55.000 lúmenes. Utilizando un cooltube de cinco milímetros perdemos entre 4.000 y 5.500 lúmenes.
Lámpara de 250W: Unos 25 centímetros. Debe dar una potencia de unos 30.000 lúmenes. Utilizando un cooltube de cinco milímetros perderemos 3.000 lúmenes. 

Aunque se pierdan lúmenes al trabajar con un reflector cooltube, cuando se cultiva en un ambiente con temperaturas cálidas, es preferible perder un 10% de lúmenes que colocar la lámpara tan alta que a veces perdemos más del 50% de potencia. Será conveniente poner un ventilador giratorio que incida en las puntas de las ramas y la lámpara, esto hará que no se creen bolsas de aire caliente y mantendrá una atmósfera uniforme y estable (sin puntos calientes).

Plástico reflectante

A la hora de elegir el plástico reflectante para nuestro cultivo de interior tendremos en consideración tres factores que determinan la mayor o menor efectividad de este elemento de cultivo: color, espesor (grosor) y superficie.

Color: Según sea para la cara interior o exterior del armario o habitación, deberá cumplir diferentes funciones. Cara interior: Es la que refleja los lúmenes emitidos por la lámpara. El blanco mate y el mylar son los dos colores más empleados y los que mejor resultado dan. Se consiguen reflexiones lumínicas del 90% y el 95% .

Cara exterior: Los colores oscuros dan más opacidad y es el negro el color que se emplea. En los armarios la cara exterior es de "tela" negra, lo cual garantiza una gran opacidad. A día de hoy también están fabricando plástico reflectante con una cara reflectante y la otra de tela negra.

Espesor (grosor): Se mide en "galgas o micras" (100 micras equivalen a 400 galgas)  y dependiendo del número, lo hará más estanco a la luz y más resistente. A la hora de elegir el reflectante, debemos saber dónde va a ser utilizado, siendo armario o habitación las opciones más generales:

Armario: Generalmente, vienen con un espesor adecuado que nos va a garantizar gran opacidad a la luz, es decir, no debe entrar luz procedente del exterior, evitando problemas como la contaminación lumínica. Los armarios denominados "light" no valen para el cultivo de interior, ya que tienen una tela muy fina..

Habitación: Si es para colocarlo en una pared, elegiremos el que menos galgas tenga (es más económico) ya que la opacidad pasa a un segundo plano, primando la reflexión. En cambio, si es para colocar en un ventanal e impedir que entre la luz, comprobaremos que sea superior a 500 galgas, ya que esto nos asegurará mayor estanqueidad a la luz. Cuando sea para dividir habitaciones o tapar lugares muy iluminados, es preferible usar plástico reflectante de 800 o más galgas.

Superficie: Podrá ser lisa o diamante (con relieve), pero nunca arrugada, ya que esto provoca una mala direccionalidad de la luz, pues hará que no aprovechemos eficientemente la reflexión, incluso podría llegar a producir quemaduras en las hojas, si la planta está cerca de un punto caliente, provocado por una arruga en la superficie del plástico.

Con el tiempo, la superficie reflectante se ensucia y hay que limpiarla. Esta suciedad baja la eficiencia en la reflexión de la luz. A la hora de limpiar la suciedad es bueno saber que estos elementos químicos que cito son agresivos para los plásticos, lo envejecen y deterioran prematuramente: azufre, cloro, flúor, yodo y bromo. Evita cualquier producto que contenga uno de estos elementos. Lo mejor es utilizar productos específicos para limpiar nuestros armarios, en caso de duda, un trapo humedecido con agua.

Existe otro tipo de plástico denominado anti-detección, sirve para que las radiaciones infrarrojas producidas por las lámparas no salgan del cuarto de cultivo. Pero este tema lo trataré con más profundidad en otra ocasión.

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