Cannabis y Cáncer: Potencial Terapéutico de los Cannabinoides

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19 Sep 2014

Todas las células de nuestro organismo se multiplican en función de la información contenida en su código genético. Siguiendo estas instrucciones expresadas en los genes, pueden dividirse y dar lugar a células sanas y funcionales en los diferentes tejidos del cuerpo. Sin embargo, cuando la información genética se altera por alguna circunstancia, la célula resultante es anormal y no se parece a las células normales de su tejido de origen. Además, estas células anormales crecen más rápido y se multiplican sin control. Este fenómeno es producto de una mutación en la célula o células afectadas, lo que implica una alteración en el genoma y un cambio en la información genética. Generalmente, una sola mutación no es suficiente para generar una célula cancerosa; se requieren varias alteraciones para que se produzca una célula neoplásica capaz de originar una estirpe defectuosa. Cuando estas células proliferan de manera descontrolada, se forma un tumor, que, tras su estudio mediante técnicas como TAC, RMN, biopsia y análisis histológico, se clasifica como benigno o maligno. Los tumores malignos suelen crecer rápidamente, y cuanto más veloz sea su crecimiento, peor es el pronóstico. Además, la especificidad celular también es un criterio de clasificación: cuanto más primitivas sean las células cancerosas (es decir, cuanto menos se parezcan a las normales del tejido del que provienen), mayor será su agresividad. En general, los cánceres que aparecen en personas jóvenes tienden a ser más agresivos que los que afectan a personas de mayor edad.


Factores que pueden alterar la información genética

Las mutaciones pueden ser inducidas por diferentes factores, entre ellos:

  • Agentes físicos, como la exposición a radiaciones ionizantes o isótopos radiactivos.
  • Agentes químicos, como los derivados de la combustión del tabaco.
  • Infecciones virales, que pueden alterar el ADN cromosómico y dar lugar a células tumorales.

En condiciones normales, cuando una célula sufre daños irreparables, activa un mecanismo de autodestrucción conocido como apoptosis o muerte celular programada. Este proceso evita que células defectuosas sigan proliferando, pero en el cáncer, este mecanismo suele estar alterado.

 

Tratamientos actuales y el papel de los cannabinoides

El cáncer es una de las principales causas de muerte en los países industrializados. Gracias a los avances en el diagnóstico precoz, cada vez se detectan más casos con mayor precisión. Sin embargo, los tratamientos actuales, como la quimioterapia y la radioterapia, son altamente tóxicos y agresivos. Aunque se han desarrollado terapias más selectivas, el tratamiento del cáncer sigue siendo un desafío.

En este contexto, los cannabinoides han demostrado propiedades antineoplásicas y antiproliferativas. Se ha identificado que los cannabinoides pueden:

  • Inhibir la formación de nuevos vasos sanguíneos en los tumores (angiogénesis), lo que impide su crecimiento.
  • Inducir la apoptosis en células cancerosas sin afectar a las células sanas.
  • Reducir la capacidad de los tumores para generar metástasis.

 

Tipos de cáncer en los que los cannabinoides pueden ser útiles

  • Gliomas: Tumores cerebrales agresivos. Se ha observado que el THC y el CBD, combinados con temozolomida (un fármaco antineoplásico), potencian su efecto terapéutico.
  • Próstata: Algunos tipos de cáncer de próstata responden al tratamiento con CBD.
  • Mama: Los cannabinoides pueden aumentar la eficacia de la radioterapia y reducir efectos secundarios. El tamoxifeno, un fármaco utilizado en este cáncer, actúa a través del Sistema Endocannabinoide.
  • Páncreas: Se ha visto que algunos tumores pancreáticos responden a activadores de los receptores CB1 y CB2.
  • Leucemias y linfomas: Algunos tipos responden al tratamiento con CBD, CBG y CBGV.
  • Otros cánceres: Colon, pulmón, piel y estómago también han mostrado respuesta positiva a los cannabinoides en diversos estudios preclínicos.

 

Limitaciones y futuro del uso de cannabinoides en oncología

A pesar de los hallazgos prometedores, aún faltan estudios clínicos que establezcan con precisión:

  • Cuáles son los cannabinoides más efectivos para cada tipo de cáncer.
  • La dosis adecuada y la duración del tratamiento.
  • La combinación óptima con otros tratamientos convencionales.

Por ahora, los cannabinoides se utilizan junto con la quimioterapia para mitigar sus efectos secundarios. Pacientes con cáncer a menudo experimentan pérdida de peso, falta de apetito, insomnio, ansiedad, depresión y dolor, síntomas que pueden aliviarse con el uso de cannabinoides. Las variedades con ratio 1:1 de THC y CBD suelen ser las más efectivas en estos casos. Se ha observado que el THC es crucial para tratar la pérdida de apetito y los vómitos inducidos por la quimioterapia.

 

El uso de cannabinoides en oncología es un campo en expansión. Si bien se ha demostrado su potencial antitumoral en estudios preclínicos, es necesario continuar investigando para determinar su eficacia en entornos clínicos. No obstante, su capacidad para mejorar la calidad de vida de los pacientes oncológicos es innegable, y su integración en los tratamientos actuales podría marcar una diferencia significativa en el manejo del cáncer.

 

Fuentes consultadas / SEIC / IACM / Canada Healt / Granny Storm.

 

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