Bichos de pesadilla: arañas rojas y orugas

Soft Secrets
29 Oct 2018
No los llamo bichos de pesadilla porque sí. No han sido pocas las veces que me he despertado soñando con orugas o arañas rojas invadiendo mis plantas, sonrientes mientras se lo comen todo. Pocas plagas causan tanta destrucción y preocupan tanto a los cultivadores y como las orugas y las arañas. Arañas rojas y orugas son las dos peores plagas que pueden aparecer en un cultivo de cannabis en plena floración. Son capaces de destruir la cosecha. Las arañas quitándole tanta vitalidad a las plantas que no puedan engordar los cogollos. Las orugas comiéndoselos directamente y favoreciendo la aparición del hongo botritis a causa de los restos que dejan a su paso por el interior del cogollo.

Arañas rojas

Las arañas rojas (Tetranychus urticae) no son verdaderas arañas, sino pequeños ácaros, de menos de un milímetro de tamaño. Chupan la savia de las plantas y les quitan la energía y la vitalidad como diminutos vampiros. Bichos de pesadilla: arañas rojas y orugas Se suelen colocar en el envés de las hojas (la cara inferior) lo que, junto a su pequeño tamaño, dificulta su observación en las primeras fases de la infestación. Luego, sus mordeduras van dejando pequeños puntos amarillos en las hojas que resultan mucho más fáciles de detectar. Cuando la infección avanza empiezan a verse telas de araña alrededor de las hojas y los cogollos. En los peores casos las telas de araña recubren los cogollos completamente. El sistema de alimentación de las arañas consiste en chupar la savia y evaporar el agua que contiene para quedarse con la glucosa y otros nutrientes. Cuanto más rápidamente son capaces de eliminar el agua, antes pueden volver a comer, por eso el clima seco y cálido les resulta tan favorable. En un ambiente con la humedad relativa por debajo del cincuenta por ciento y una temperatura ambiental por encima de 30ºC, el desarrollo y la reproducción de las arañas se acelera mucho, ya que completan su ciclo vital pasando de huevo a adulto en apenas una semana. Cada araña es capaz de poner entre tres y cinco huevos diarios a lo largo de su vida, que dura entre 10 y 30 días. Es una plaga muy extendida en los cultivos de interior, pero que también se da con frecuencia en exterior en verano. Teniendo en cuenta que en la mayoría de las regiones españolas se dan estas condiciones durante la mayor parte del mes de agosto y, en muchas zonas, también en septiembre, es lógico que esta plaga sea una de las extendidas. Los daños ocasionados por las arañas pueden ser muy graves, reducen la producción y empeoran la calidad, los cogollos se quedan más pequeños y producen menos resina. En casos graves las plantas pueden llegar a morir o ser incapaces de florecer correctamente. Bichos de pesadilla: arañas rojas y orugas

Cómo combatir la araña

La prevención es la mejor técnica de lucha contra las plagas, siempre resulta más fácil impedir que los bichos aparezcan o se asienten que eliminarlos una vez están presentes. Fumiga las plantas preventivamente cada semana desde que son pequeñas, alternando aceite de neem (que contiene azadiractina), aceite de canela, extracto de pelitre y jabón potásico. El aceite vegetal, de colza o girasol, mezclado con piretrinas y agua, es también un buen remedio ecológico con plantas en crecimiento, puesto que el aceite recubre el cuerpo de las arañas y provoca su asfixia, pero no se debe usar en floración para no manchar los cogollos. En plantaciones pequeñas, hay quien ha tenido buenos resultados usando una aspiradora y mucho cuidado, para retirar una buena parte de las arañas de las hojas. Trabaja con el clima intentando elevar la humedad ambiental mediante riegos abundantes, para mantener el suelo húmedo y aumentar la evaporación. Un efecto secundario de la evaporación del agua es un descenso de la temperatura ambiental, algo de lo que también se beneficiarán las plantas, ya que necesitarán transpirar menos para mantenerse frescas. Las arañas rojas odian el viento, en la medida de lo posible potencia la ventilación en torno a las plantas, les complicarás la existencia. Por el contrario, si las plantas viven en un rincón caluroso, donde no corre nada de brisa, las arañas serán felices y se reproducirán a velocidad de vértigo. El uso de macetas demasiado pequeñas y los riegos escasos e irregulares favorecen la aparición y propagación de esta plaga. Cuando la tierra se seca y la planta se empieza a mustiar, las arañas se pueden alimentar más fácilmente porque la savia se concentra. Evita siempre que las plantas pasen sed y reducirás el riesgo de que aparezcan arañas rojas. Bichos de pesadilla: arañas rojas y orugas Extrema las medidas de limpieza, recogiendo y eliminando las hojas caídas, evitando que las ramas de las plantas se toquen entre sí para que las arañas no puedan pasar fácilmente de una a otra y separando de las demás cualquier planta infectada. De todas maneras, esta precaución tampoco impedirá su extensión, pues se sabe que las arañas rojas son capaces de aprovechar el viento para ir volando en busca de nuevas plantas que infectar. Si la infestación está en todas las plantas elimina las hojas en peor estado y con mayor cantidad de arañas para reducir la población total. Al final de cada cosecha limpia todo bien, si es en un balcón o terraza bárrelo perfectamente, ya que las arañas pueden permanecer escondidas en cualquier rincón todo el invierno e infectar la cosecha del año siguiente. Uno de los sistemas más ecológicos e interesantes para luchar contra la araña roja, en estos meses en que el estado de los cogollos no aconseja la pulverización de insecticidas tóxicos, es incorporar depredadores naturales al cultivo para que se coman las arañas. Por ejemplo, el micro-ácaro Neoseiulus californicus, se alimenta de las larvas y los huevos de la araña roja, chupando sus fluidos y dejando sólo el caparazón exterior. Phytoseiulus persimilis es otro ácaro depredador que se puede usar sólo o en combinación con Neoseiulus californicus. Los depredadores naturales tienen un límite en lo que pueden comer, del orden de veinte huevos o cinco arañas adultas, por lo que no podrán controlar una infección muy avanzada. Sin embargo, juegan un papel muy efectivo en el tratamiento preventivo, pues permiten evitar que las arañas se asienten en las plantas en los primeros momentos, manteniendo la población escasa e impidiendo que se multipliquen. Beauveria bassana (Naturalis-L, Botanigard) es un hongo entomopatógeno que parasita gran número de plagas a las que debilita y mata. Es capaz de matar a los adultos, aunque tiene mejores resultados con larvas y huevos. Actúa por contacto por lo que debe pulverizarse bien toda la planta. No deja residuos y no tiene plazo de seguridad, lo que permite utilizarlo hasta el día de la cosecha. Bichos de pesadilla: arañas rojas y orugas Aunque el cultivador tome todas las medidas de precaución, hay lugares donde las arañas aparecen en cada cosecha, porque las condiciones son idóneas. En estos casos, y sin abandonar las medidas preventivas, puede ser necesario aplicar un pesticida químico durante la fase de crecimiento de la planta, para lograr llegar a la floración con las plantas limpias. De ese modo resulta más fácil controlar la plaga en la floración sólo con productos ecológicos, pues se parte de una población mucho más pequeñas. Algunos de los acaricidas de síntesis más utilizados contra la araña roja son: Abamectina (Abasi, Avid, Bermectine, Axoris, acaricida Compo): insecticida acaricida de amplio espectro, actúa por contacto e ingestión, es el producto de la fermentación en laboratorio de una bacteria del suelo, Streptomyces avermitilis. Es un producto muy tóxico. El fabricante recomienda usar un amplio equipo de seguridad (gafas, mascarilla, ropa que cubra todo el cuerpo y la cabeza) y no entrar en el cultivo hasta ¡doce horas después de la aplicación! Es un claro ejemplo de insecticida peligroso que con más frecuencia de la debida se usa sin las debidas precauciones. En realidad, nunca debería aplicarse sobre plantas en floración. Plazo de seguridad de 3 a 28 días según cultivo. Fenpiroximato (Flash, Award, Mitacid plus): acaricida por contacto e ingestión. Plazo de seguridad de 3 a 14 días, según cultivo (14 días para vid, no está autorizado para tabaco o lúpulo). Muy tóxico para los peces, poco para aves y mamíferos. Es nocivo por inhalación, irrita los ojos y hay posibilidad de sensibilización en contacto con la piel. Es muy tóxico para los organismos acuáticos. Bichos de pesadilla: arañas rojas y orugas

Orugas

Hay varias especies de la familia Noctuidae, dentro del orden Lepidoptera, que atacan al cannabis en su fase de larva u oruga. Las más frecuentes son Spodoptera exigua y Spodoptera litoralis pero también Autographa gamma, Plucia chalcites y Helicoverpa armígera. Todas las especies llegan hasta las plantas en la fase adulta de polilla o mariposa nocturna y ponen numerosos huevos en el cannabis. Cuando eclosionan salen las larvas u orugas, que tienen tres pares de patas verdadera en la parte anterior del cuerpo y cinco pares de patas falsas en la parte distal. Al principio son diminutas, pero crecen con rapidez ya que comen todo el día, mastican las hojas y los tallos del cannabis. Se introducen en el interior de los cogollos y se comen los tallos interiores, con lo que impiden que la savia llegue a las flores y los cogollos se secan. Una vez tienen tamaño suficiente, alcanzan hasta 4-5 cm de longitud, crean con su seda un capullo camuflado en el interior de una hoja doblada sobre sí misma. En este capullo realizan la metamorfosis. Tras pasar por la fase de pupa se convierten en mariposas que se van volando, en busca de nuevas plantas que colonizar. Cuando las plantas de cannabis están en crecimiento las orugas no causan daños muy graves, se comen algunas hojas, pero eso no suele afectar demasiado al crecimiento. El problema viene cuando aparecen en la floración, se meten en el interior del cogollo y se lo van comiendo. No sólo se los comen, además provocan la aparición del hongo botritis que se extiende con gran rapidez y puede llegar a destruir una plantación en pocos días. Bichos de pesadilla: arañas rojas y orugas

Lucha contra orugas

Un buen sistema, aunque laborioso, es cubrir las plantas con malla anti insectos desde que son pequeñas, para evitar que las mariposas puedan poner los huevos en ellas. Si hacemos un invernadero de malla bien cerrado, podemos mantenerlas libres de orugas sin necesidad de fumigar nada. Uno de los sistemas esenciales para acabar con las orugas es la caza manual. Los ejemplares más grandes son bastante inmunes a los insecticidas ecológicos, sobre todo porque se esconden dentro de los cogollos donde no hay forma de que penetren los productos que pulverizamos. Es esencial entrenar la mirada para aprender a encontrarlas. En las horas más frescas del día, a primera hora de la mañana y última de la tarde muchas orugas salen de su escondite y se pueden atrapar en el exterior de los cogollos. Claro que algunas permanecen ocultas y, para cogerlas todas, hay que ir abriendo los cogollos con las manos y mucho cuidado para mirar en su interior. A veces se puede intuir el lugar donde se esconden por algún signo externo como pequeños excrementos negros pegados a las hojas, por lo general la oruga no suele estar muy lejos. Otras veces observaremos que alguna de las hojas del cogollo, de las que sólo vemos las puntas, empiezan a amarillear, muchas veces esto sucede porque la oruga se ha comido la base de esta hoja y ya no está unida al resto de la planta. Bichos de pesadilla: arañas rojas y orugas Bacillus thuringiensis var. Kurstaki (Bactur, Belthirul, Bioscrop BT), esta bacteria que se comercializa como insecticida biológico es el mejor remedio contra las orugas. Actúa por ingestión, cuando la oruga se come una hoja fumigada con BT, esta bacteria produce unas esporas y cristales de proteínas en el intestino de la oruga que le impiden comer y le provocan la muerte por inanición entre dos y cinco días después. Conviene fumigar BT preventivamente desde que las plantas son jóvenes y, en cualquier caso, desde que se detecte la primera oruga.

Continuar haciéndolo cada una o dos semanas

Trichoderma hamatum (Devorator) es un hongo que ataca a las larvas y a los adultos. No es tóxico para las personas y se puede alternar con BT. Bichos de pesadilla: arañas rojas y orugas Spinosad (Spintor 480), se obtiene de forma natural por fermentación de un organismo del suelo, la bacteria Saccharopolyspora spinosa. Actúa principalmente por ingestión y en menor medida por contacto. Tiene baja toxicidad y está autorizado en agricultura ecológica. Es muy eficaz en el control de orugas y trips. Sólo se vende a aplicadores y agricultores profesionales, por lo que se requiere el carnet de manipulador de fitosanitarios para conseguirlo. En las especies para las que está autorizado se suelen recomendar hacer un máximo de dos o tres tratamientos por cultivo con intervalos de siete días. El plazo de seguridad es de entre 3 y 7 días para las hortícolas y 14 días para maíz o vid. José T. Gállego
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