Autocultivo y autocultivadores de cannabis en España
Autocultivo y autocultivadores de cannabis en España
A continuación un texto sobre el desarrollo del autocultivo en España que apareció publicado en el libros “Las sendas de la regulación en España” y fue presentado en el “I Congreso Internacional sobre Cannabis y sus derivados: salud, educación y ley”. Author: H. Madera
Resumen
Los autocultivadores de cannabis han sido históricamente omitido en las investigaciones y las políticas sobre drogas. El presente texto realiza un repaso de los hechos históricos más relevantes del movimiento de los autocultivadores en España y sus implicaciones políticas. Se presentan los resultados de un estudio exploratorio y se discute la cuestión de la producción en interior o exterior y otros aspectos relevantes. Finalizamos con una reflexión sobre cómo debería ser la futura regulación del cannabis en relación al autocultivo.
El concepto de autocultivo
El concepto del autobastecimiento acompaña a la humanidad desde siempre y está en pleno resurgimiento. El británico John Seymour, uno de los pioneros de este renacer, habla de autosuficiencia como «progreso hacia una nueva y mejor calidad de vida, hacia una vida más grata», <
Aunque el cultivo de vegetales para consumo propio esté de moda, apenas se utiliza el termino autocultivo en este contexto, sino autosuficiencia, autobastecimiento, huerto urbano o huerto familiar. Podemos comprobarlo en los mismos títulos de los manuales, como La vida en el campo y el horticultor autosuficiente (Seymour, 2004) o El huerto familiar ecológico (Bueno, 2004).
El diccionario de la RAE incluye términos como autosuficiencia que define como «estado o condición de quien se basta a sí mismo» (RAE, 2014: 247) o autoconsumo «consumo de bienes y recursos, especialmente agrarios, por parte de quien los produce» (RAE, 2014: 244). En cambio, no aparece autocultivo. Al introducir autocultivo en Google, con un navegador puesto en modo anónimo, se puede comprobar que el concepto de autocultivo está muy ligado al cannabis, incluso en las búsquedas relacionadas.
¿Por qué los cultivadores de cannabis han preferido de forma tan masiva el termino autocultivo?. En este estudio realicé pasé varios cuestionarios a autocultivadores, tanto por mail, como en el foro cannabiscafé.net, además de entrevistas telefónicas a informadores de especial relevancia. Uno de estos informantes, Juan Carlos Abellán, conocido como Karulo, fue la primera persona en vender semillas de cannabis con IVA en España, tiene como uno de sus lemas «autocultivo para autoconsumo son las palabras mágicas que nos han traído hasta aquí, cuanto más nos alejamos de ellas, más aumenta el peligro». Durante el acto de cultivo, hay un peligro de ser acusado de cultivar para la venta y ser juzgado por tráfico de drogas. Al optar por autocultivo se hace un especial énfasis en que ese cultivo es para consumo propio, sin tener relevancia penal.
Al igual que los defensores de la autosuficiencia agrícola, también los autocultivadores de cannabis asocian significados simbólicos profundos: «Es también, sin lugar a dudas, un arte […] actividad enriquecedora que conecta el espíritu con la naturaleza» (REÑE, 2002: 8).
Además, tiene un elemento de autosuficiencia y desconexión con la lógica comercial. Así el primer manual de Rosenthal traducido al español incluía una reseña donde aseguraba que «Ed Rosenthal quiere que los consumidores de cannabis eviten a los camellos. Tiene una propuesta que según el ayudará a descomercializar el mercado de la hierba» (Rosenthal, 1978). Otro ejemplo es el catálogo de Positronics de 1994 donde afirman que deseaban «ser más que un punto para comprar» (positronics, 1994: 3).
Inicios históricos del autocultivo en España
La moderna ola del autocultivo de cannabis en España nace en el siglo pasado en el protectorado español en Marruecos, donde las autoridades practicaban la tolerancia con la costumbre local de plantar cannabis. Es en esta zona del Rif donde algunos españoles empiezan a coger el hábito de cultivar cannabis. Cuando comienza la guerra civil llegan a la península las tropas africanas, como los legionarios y la guardia mora de Franco, traen consigo sus costumbres, entre ellas la de fumar y cultivar Kif. Tras la victoria de Franco, serian estos soldados los primeros en organizar la importación y venta en España del Kif marroquí, que se empieza a extender entre las clases populares en los años 40 del siglo pasado, con la tolerancia del régimen, e incluso había quien “plantaba el cáñamo en terreno propio” (Usó, 2012, 3).
Pero el abastecimiento fallaba en muchas ocasiones, por lo que algunos usuarios empiezan a cultivar su propio cannabis. Desde sus principios el autocultivo de cannabis es una actividad que se realiza en privado y con discreción, por lo que solo tenemos constancia de estos pioneros del autocultivo por las noticias de sus detenciones. Así en 1954 aparece una plantación en Alcalá de Guadaira (Sevilla) y otra en Vega de Tajo (Toledo). Además de tres pequeñas plantaciones en Langreo (Asturias), una destinada en parte al uso medicinal, cultivadas por obreros que habían residido en Marruecos y se querían autobastecer (Usó 2009, 50). El aumento del precio y del número de consumidores en los años 70 lleva a cada vez más usuarios hacia el autocultivo, ya que el cannabis se aclimata con facilidad al clima español. La policía irá descubriendo plantaciones “Por toda la geografía española: en Morata de Tajuña y Capdepera, en diciembre de 1970, otra cerca de Madrid en agosto de 1973; en algún lugar de la ribera navarra, en abril de 1974; al mes siguiente, en la provincia de Valencia; en el termino municipal de Puerto de Santa María. En octubre de 1974; en Torremolinos en mayo de 1975, etcétera (Usó, 1995, 207).
Incluso se llega a plantar en las Carcel Modelo y la de Caravanchell, con cómicas explicaciones de sus directores. El director de la Modelo aseguro que así no se entretenían organizando fugas, el de Carabanchell primero pidió que se no enterará la prensa y luego aseguró que eran todas machos. (Usó, 2009, 54)(Globo, 1980, 43)
Asociaciones y autocultivo
La asociación que marca el inicio de la ola asociacionista cannábica es la Asociación Ramón Santos de Estudios sobre el Cannabis (ARSEC), fundada en 1991. En 1992 el Estado español aprueba una nueva Ley de Seguridad ciudadana, conocida popularmente como «Ley Corcuera». Diversos autores sugieren que la aparición de esta ley incrementó el autocultivo: «Las políticas de control impuestas desde 1992 han tenido otras consecuencias inesperadas [...] han ayudado a extender el cultivo casero, en el que ahora participan decenas de miles de usuarios» (Gamella y Jiménez, 2005: 45). Tras ARSEC aparecen otras muchas asociaciones, empleando sus estatutos y se funda la coordinadora Estatal por la Normalización del Cannabis.
La principal acción de la ARSEC fue un cultivo colectivo, el Tribunal Supremo acaba condenando a la Junta Directiva por peligro abstracto. El activismo articula varias respuestas que llegan al día de hoy. Publican Cannabis manual de cultivo para el autoconsumo (ARSEC, 1997) que ayuda a extender el cultivo de autobastecimiento por toda España. Convocan en Madrid la primera manifestación cannábica, actividad que sigue hasta el momento. Además, lanzan la campaña «Contra la prohibición, me planto», llamando al autocultivo, tanto individual como colectivo.
La Coordinadora Estatal por la Normalización del Cannabis [...] decidió en 1997 poner en marcha la campaña «Contra la prohibición, me planto» [...] animaba a las personas usuarias de cannabis a «plantarse y plantar», a fin de hacer imposible la aplicación de la ley (Barriuso, 2005: 100).
El actual cannabiscafe.net fue inaugurado el 25 de noviembre del 2001. Para pagar los gastos del foro necesitaban una cuenta bancaria, así que fundan la primera asociación cannábica de ámbito nacional, Asociación de Internautas del CannabisCafé, AICC. Este mismo año 2001 el cannabiscafé celebra la I Cannabis Parade. Allí empieza la idea de relanzar la coordinadora, al llegar gente de distintos puntos. En el año 2003 el abogado del cannabiscafe, Warnock, registra la nueva coordinadora, bajo el nombre de Federación de Asociaciones Cannabicas, FAC.
Los Cannabis Social Clubs, CSC, se empiezan a crear por toda España, con los años sustituyen a los primeros clubs de autocultivadores y activistas. En la actualidad aún sobreviven algunas de las asociaciones tradicionales, como AICC o AMEC.
Growshops
En 1997 se abre la primera tienda de cultivo interior, Houseplant, con luminarias, fertilizantes y sustratos específicos, así me resumió esta aventura su fundador:
Estuve en Estados Unidos estudiando varios años, allí fumaba yerba de mucha calidad, cuando volví a España no me gustaba nada el apaleado que se vendía aquí, por lo que subía mucho a Holanda para fumar buena yerba. Allí también conocí las growshops holandesas, cada vez iba más a Holanda, hasta que un día se me ocurrió que, ya que iba tanto, podía abrir una growshop. Ahora Houseplant está a punto de cumplir los 20 años, ¿quién iba a decir que llegaríamos tan lejos? (Enrique Lastra).
Tras el ejemplo de Houseplant empiezan a abrir otras tiendas, la explosión llega en 1997, cuando Juan Carlos Abellán, abre L'Interior Growshop y empieza a declarar la venta de semillas de cannabis y pagar los correspondientes impuestos, incluyendo el IVA. Abellán era hijo de un autocultivador pionero que tenía un cultivo de guerrilla. Tras estos inicios, Abellán se enrola en el activismo, con ARSEC, el primer cultivo colectivo y la apertura de L'interior. Tenía claro que esa tienda no era solo vender material, sino difundir información:
Para crear un cambio de conciencia hacían falta semillas. Entonces me asesoro con un amigo juez, miembro de Jueces para la democracia, José Luis Félix. Cuando ve el catálogo de Sensi Seeds me dice que parecía un álbum de cromos de colección, que las podía vender como artículo de coleccionista. Así que me puse a organizar L´Interior. Tenía claro que la tienda era una forma de activismo, para difundir el autocultivo para el autoconsumo. Inauguro en abril de 1997, me senté en unos sacos de sustrato que tenía allí y esperé a que me viniera a detener la policía. Nunca llegan, así que meses después otros empiezan a vender semillas, como lo hacía por activismo le expliqué a los demás la manera de abrir su propia tienda (Juan Carlos Abellán).
Las growshops empiezan a abrir en todos los rincones de España, lo que lleva el autocultivo a niveles muy altos. Además de las funciones de venta de material y asesoramiento, existen «funciones latentes; una de ellas sería la de poner en contacto a personas con los mismos gustos e intereses» (MARIN, 2007, 458). Además, aparecen las asociaciones de growshops, como ACOGROS; ACECA; Gremi Growshops Catalunya y AESCANN. Sus objetivos son sobre todo conseguir un epígrafe propio en el impuesto de actividades económicas, ya que, a pesar de su legalidad, se les mantiene en el vacío legal, también apuestan por desarrollar códigos éticos en el sector (AESCANN, 2013).
Las growshops son la parte más visible de un sector comercial muy completo, que incluye mayoristas, fabricantes y varias ferias. También a los bancos de semillas, donde España destaca a nivel internacional en las feminizadas y autoflorecientes. Así, la edición 2017 de la International Highlife Guide incluye en su sección española 890 growshops, 100 mayoristas y 60 bancos de semillas, además de otros epígrafes. Otro ejemplo es el catálogo 2016/2017 del mayorista Hortitec, con 12.000 referencias y más de 600 páginas en su edición física.
Medios de comunicación
En 1997 nacen tres revistas, Cáñamo, El Cogollo y Mundo High. En 2002 aparece la edición española de Soft Secrets, fundada en Holanda en 1985. En estos años muchos medios aparecen y desaparecen, pero siempre hay una variada oferta. En la actualidad continúan Cáñamo y Soft Secrets, además de dos revistas editadas por Feria del Cáñamo: Cannabis Magazine y El Cultivador, a esto se suman varias televisiones por internet, como Marihuana Televisión, así como numerosos portales web.
Durante este tiempo los medios de comunicación cannábicos han difundido mucha información sobre autocultivo, activismo y legalidad, constituyendo una eficaz herramienta de la cultura cannábica.
Se puede hablar específicamente de la cultura del cannabis […] esta cultura es especialmente relevante para la aparición del cultivo en los países desarrollados […] Resulta difícil imaginar que pueda ocurrir algo similar con otras drogas más duras: no existe una «Copa de la heroína» y tampoco hay libros o revistas llamados «Heroin Times» o «Cocaine Culture» (Decorte, 2012: 107).
Prohibicionistas, fracaso tras fracaso
En el 2000 el prohibicionismo empieza su reacción, con el artículo Estrategias y organización de la cultura pro-cannabis, donde se asegura que «esta estrategia sirve para abrir nuevos espacios comerciales, profesionales y de poder» (Calafat, 2000: 231). La idea de que hay que detener al movimiento cannábico se cristaliza en 2002 con una declaraciones del delegado del Gobierno para el Plan Nacional Sobre Drogas, Gonzalo Robles, donde asegura que consultaría con la Fiscalía General del Estado como actuar contra revistas y growshops que hacían «una clara cultura de apología del consumo« (Balbas, 2002). Como respuesta, Fernando Sequeros Sazatornil, fiscal del Tribunal Supremo, afirma en 2003 que la venta de semillas de cannabis y equipos para su cultivo, así como su publicidad es legal, siempre que no se excedan los límites del autocultivo (Sequeros, 2003).
Tras fallar en este primer intento, el Ministro del Interior, Angel Acebes, asegura en el mismo 2003 que van a crear una comisión de expertos para «que puedan perseguir incluso con una mayor contundencia a aquellos que realizan esa labor tan perniciosa y negativa para nuestros jóvenes» (EFE, 2003). El denominado «Plan Acebes» pretendía prohibir semillas, growshops, revistas e incluso introducir la delación obligatoria (Grupo estudios del cannabis, 2004: 27-30), más el fracaso electoral del PP en el 2004 paró estos cambios legales.
Tras el fracaso de la legislatura de Aznar, el Partido Popular de Rajoy lo intenta de nuevo en el 2015, en este caso con una reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana que aumenta las multas a usuarios, además de a los autocultivadores que tengan sus plantas expuestas al público, así como una persecución de los clubs, en ambos casos hay consecuencias inesperadas que benefician a los autocultivadores.
La reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana, al multar las plantas expuestas al público, también reafirman la legalidad de las no exhibidas, siempre que se destinen al autocultivo: «El cultivo de cannabis ya estaba descriminalizado en España, pero la nueva ley de seguridad ciudadana lo confirma de manera explícita» (Observatorio civil de drogas, 2015: 18).
Respecto a la sentencia condenatoria a Pannagh, deja claro que el autocultivo es una actividad que carece de relieve penal y tiene un ciclo anual (Brotons, 2015: 15) «El cultivo para el exclusivo consumo personal es contrario a la legalidad, pero carece de relieve penal. El cannabis, como es sabido, es uno de los estupefacientes con ciclo natural de cosecha» (Tribunal supremo, 2015 :28).
Del vacío a la Regulación Responsable
El Observatorio Vasco de Drogodependencias da en el 2002 una serie de criterios para saber si estamos antes un autocultivador: que consuma lo que cultiva, la cantidad que cultiva, ser miembro de alguna asociación, no poseer útiles relacionados con el tráfico y la ubicación de las plantas (Observatorio Vasco de Drogodependencias, 2002: 165). En todo caso, los autocultivadores viven en la ambigüedad, incluso el movimiento cannábico se ha pasado años sin propuesta común. «Es muy probable que cuando diferentes actores del movimiento cannábico hablan de normalizar el cannabis se refieran a cosas muy diversas» (Barriuso, 2005: 206)
En 2016 distintos actores del movimiento cannábico se unen para presentar una propuesta unitaria, los cinco pilares de la Regulación Responsable. El primer pilar está dedicado al autocultivo, con una propuesta que trata los puntos principales, como cultivo, transporte, almacenamiento, tenencia y conducción. Establece una producción anual de hasta 10 gramos diarios por usuario, esta cantidad cubre las necesidades de la gran mayoría de cultivadores, al tiempo que ofrece una sólida base legal, pues es la mitad de lo considerado notoria importancia (Tribunal Supremo, 2001). Además de este pilar ya existe un completo dictamen jurídico sobre su idoneidad (Brotons, 2015), así como los puntos claves para su defensa (Madera, 2016: 20) y argumentación jurídica (Brotons, 2016: 12).
Los autocultivadores
Al investigar sobre el autocultivo y los autocultivadores aparecen muchas referencias bibliográficas sobre el acto de cultivo, pues la cultura cannábica ha creado abundancia de manuales y revistas, pero si se busca sobre los autocultivadores apenas existe información, los autocultivadores domésticos «no solo han escapado de la atención de las autoridades, sino también de los investigadores» (Weheits, 2014: 146). Decorte también señala la·infrainvestigación sobre «los cultivadores de cannabis independientes a pequeña escala» (Decorte, 2010: 271).
Una cosa está clara, al hablar de cultivadores de cannabis del primer mundo son imposibles las generalizaciones, pues pueden cultivar por muchos motivos. Asi Potter, Bouchard y Decorte compilan hasta 7 clasificaciones diferentes de los cultivadores occidentales, una de las más completas es la de Potter y Dann en 2005, con añadidos posteriores de Potter en 2010, sobre los cultivadores que no buscan beneficio habla de que cultiva para autoconsumo, del cultivador medicinal y del cultivador activista. (POTTER, BOUCHARD, DECORTE, 2014, 12).
Los autocultivadores se han extendido por todo el mundo, con motivaciones diferentes a los cultivadores comerciales, como buscar mejor calidad, uso medicinal, activismo o el placer de cultivar la planta. El cultivo de cannabis «ha florecido tanto en países represivos como en países tolerantes, sin distinciones» y en muchos casos las razones son diferentes de las financieras (Decorte, 2012: 116).
La peritación
Según WAWG, un grupo esponsorizado por la UNODC, las estimaciones de la cantidad de cannabis cultivado en EEUU son de 4 a 10 veces el consumo interno, lo que no cuadra con la realidad (Bouchard, 2007: 5). Este error podría aparecer en general en la mayoría de las estimaciones oficiales, por ejemplo, se estiman producciones de hasta un kilo por planta, mientras que una media más realista sería de 34 gramos por planta de interior o 0,5 gramos por vatio cada cosecha y de 53,8 gramos en planta de exterior (Bouchard, 2007: 5). Otros estudios, realizado con variedades comerciales, consiguió un rendimiento medio por planta de 28,1 gramos, además de señalar la intensidad lumínica y la variedad de la planta como factores determinantes, por lo que se pronuncian en contra de peritaciones directas en función del número de plantas. Este mismo estudio señala que Bedrocan consigue unos rendimientos por metro de entre 251 a 315 gramos según variedad (Vanhove, Van Damme y Meert, 2011: 162).
Conrad señala una serie de dificultades para hacer peritaciones según el número de plantas, ya que en exterior pueden producir grandes plantas, mientras que los cultivadores que emplean la técnica Sea Of Green necesitan muchas pequeñas plantas, pues ponen directamente a florecer gran cantidad de esquejes. Como solución propone un criterio científico para que los pacientes puedan calcular su producción anual, la formula desarrollada en 1992 por la Drug Enforcement Administration publicada como Cannabis Yields, donde habla de unos 150 gramos por m² (Conrad, 2013: 4).
En un estudio de 38 autocultivadores finlandeses solo uno llegó hasta 3 kilos en exterior y necesitó cultivar entre 40 y 50 plantas (Hakkarainen, Perälä, 2014: 77). Este dato arrojaría una media por planta de entre 60 y 75 gramos.
Los cultivos pueden encontrarse con problemas inesperados que arruinen la cosecha o reduzcan mucho su producción. En un estudio australiano realizaron tres cultivos de interior durante un año, en el primero preñadas por una hermafrodita, en el segundo sobrefertilización y en el tercero gran ataque de araña roja (Knight, Sansen y Connor et al., 2010: 39).
En un estudio sobre cultivadores profesionales holandeses la media fue 259 plantas por cultivador, con una densidad media de 15 plantas por m² y 510 vatios por metro cuadrado. La producción por metro cuadrado era de 505 g., es decir, una media de 0,99 gramos por vatio (Toonen et al., 2006, 1051-1053).
Esto coincide con la medida que señala la literatura especializada, el famoso gramo por vatio, establecido como referencia a la que aspirar. David, fundador de la growshop Gramovatio, explica que el gramo por vatio es una «meta, una realidad que pocos clientes llegan a conseguir». (Madera, 2012: 69).
Naciones Unidas en Métodos recomendados para la identificación y el análisis del cannabis y los productos del cannabis (UNODC, 2010:14) proponen 22-40 gr./planta o 400-505 gr/m² en interior y 75 gr/m² en exterior . Según Xaquín Acosta las cantidades de interior se basan en los referidos estudios de cultivadores profesionales holandeses, pero en España las producciones medias están entre los 250 y 350 gr/m². La producción en exterior es todavía más variable, de 25 a 500 gr/planta, y en casos excepcionales se superan estas cantidades (Acosta, 2013: 36).
José T. Gallego es una de las grandes referencias de los autocultivadores ibéricos, sobre la producción de los autocultivadores me aseguró que muchos cultivadores «no alcanzan ni medio gramo por vatio de luz, con frecuencia sólo 0,3-0,4 g/w» y «sólo hacen una o dos cosechas al año”. Sobre la producción media de una planta de exterior en condiciones reales «suele ser de entre 50 y 100 gramos».
Estudio exploratorio: autocultivadores españoles en 2017
Se realizó un primer estudio exploratorio sobre 29 informantes. En los valores asociados al autocultivo y otros aspectos aparecen conceptos detallados en estudios sobre autocultivadores ya citados, por lo que se pueden considerar una muestra representativa.
Sobre la producción por planta, 17 están por debajo de los 200 gramos y solo 5 los superan, hay 12 que están por debajo de los 100 gramos y 7 que están por debajo de los 50 gramos. Como adaptaciones al marco legal hasta 4 señalan que no tienen báscula, ni pesan nunca, mientras que uno explica que no hace exterior por los ladrones.
Respecto a la propuesta de Regulación Responsable de un consumo anual de 10 gramos diarios, 25 informantes consideran que sería suficiente para su consumo personal, ninguno dice de forma rotunda que sería insuficiente. De estos 26, solo uno comenta que en su consumo personal andaría muy justo. Mientras que otros cuatro señalan espontáneamente que es más que suficiente y uno señala que es suficiente y le llegaría para extracciones, aunque también otro hace referencia a que al elaborar extractos podría ser insuficiente.
Sobre la ILP de RCN que pide un registro previo no exigido en la propuesta de Regulación Responsable, entre los informadores que manifiestan preferencia sobre una opción, 20 prefieren la de Regulación Responsable, 2 matizan que prefieren la propuesta de Regulación Responsable, pero ninguna les representa; 7 estarían dispuestos a apuntarse a un registro con bastante facilidad, a estos se suman otros 4 informantes que se apuntarían, pero con cierta reservas en función de la garantía que diera este registro. Hay 8 informantes que no se apuntarían en ningún caso a un registro, de este grupo señalan como motivos principales los principios filosóficos (4 casos) y la desconfianza de que se pueda usar contra ellos en un futuro (3 casos).
Estudio exploratorio consumos hachís
Entre los que un límite de 10 gramos diarios les parece insuficiente hay un grupo que argumenta que el hachís de calidad requiere grandes cantidades de materia vegetal. Se realizó otro estudio exploratorio entre expertos y fumadores hachís, reconocidos por participación en artículos y libros, premios en copas y experiencia, como por ejemplo Feisal de Oilhunters, Javier Ruano de Medical Seeds, Jorge Soto de Ananda Labs, Alvaro “Loky” de Ganja Time, Adan de The Kush Brothers, Ignasi de Ripper Seeds, Pepe de Exclusive Seeds, Juan de Diosaplanta, Victor Santana de Chaval Records y hasta 15 informadores. Consideran que los rendimientos normales en una extracción andan en torno al 7%-10%, mientras que para las extracciones que fuman los más exigentes los retornos andan entre el 1% y el 3%. A estos números se une que consideran un consumo de uno a dos kilos anuales de hachís como normal, la cantidad de cogollos más citada como necesaria para realizar las extracciones que sustentan tal consumo es entre 15 y 20 kilos. Queda claro: a los grandes fumadores de hachís no les salen las cuentas con un límite anual de cultivo de 10 gramos diarios.
Conclusión. De los 10 gramos al modelo pacharán y el modelo de los tomates.
Casi todos los autocultivadores españoles consideran que un aprovisionamiento de 10 gramos diarios cubrirían sus necesidades. Esta cantidad cuenta con una solida jurisprudencia a favor. Peritar un cultivo es complejo, hacerlo por número de plantas puede dar lugar a errores y las estimaciones oficinales son excesivas. Sería mas realista 0.3 a 0.5 gramos vatio en interior y 50 a 150 gramos por metro de exterior.
Más allá de aceptar la solución de 10 gramos diarios, en la declaración de valores los informantes señalan dos modelos muy familiares para los activistas, el de los tomates, también asimilado a verdura y huevos, o el del pacharán y otras bebidas alcohólicas de baja graduación.
En el apartado Modelo Pacharán abogamos por la existencia de un cannabis comercial y un cannabis de producción casera, como el pacharán (LES, 2007).
El modelo de cómo debería ser la legalización de la marihuana está ahí afuera. Son los tomates. En América se producen más tomates por los cultivadores caseros que comercialmente (Rosenthal, 2010: XV).
Estas modelos podrían señalar modelos de sus aspiraciones para el largo plazo, una vez que la sociedad haya normalizado totalmente el uso del cannabis.
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