Aprovechar al máximo el espacio con cultivos
Somos muchos cannacultivadores a los que nos gusta la variedad, tanto en genética como en sistemas de cultivo. Hay quien encuentra su genética perfecta que se adapta de manera idónea al sistema de cultivo perfecto para su hogar, con esa estabilidad desarrollan su vida cannábica.
Somos muchos cannacultivadores a los que nos gusta la variedad, tanto en genética como en sistemas de cultivo. Hay quien encuentra su genética perfecta que se adapta de manera idónea al sistema de cultivo perfecto para su hogar, con esa estabilidad desarrollan su vida cannábica. Pero hay otros que tienen muchas inquietudes, que les gusta probar una variedad de aquí y otra de allí, que tienen un Outdoor pero que cada temporada cambian o modifican el Indoor para ver que más puede salir. Se trata de la inquietud de experimentar y de llegar a la perfección lo que ha formado como exquisito cultivador a nuestro anónimo informante. Pues sí que saben montárselo bien en Galicia, ya que no creo que existan muchas personas que sean capaces de montar en 20m2, cinco salas de floración, cuatro de vegetación, tres esquejeras, un secadero y un curador, con cultivos hidro, aéreo y en tierra.
Todo comenzó como empieza todo el mundo, con una maceta en la ventana. Pero el exigente clima gallego te obliga a montar un Indoor, ya que las pocas horas de luz solar directa y los grandes porcentajes de humedad dificultan bastante el cultivo de Marihuana. La primera sala, que era la actual sala de vegetación, hacía las veces de esquejera, sala vegetativa y de floración. Pero la productividad de algo tan pequeño no daba abasto para el consumo personal de este cultivador y con el afán de tener una producción continua, hicieron ampliar la sala haciéndola únicamente de crecimiento y a montar otras salas de floración. Como no quedaba espacio para las esquejeras, hubo que apañárselas haciendo de cada esquina y recodo de la casa un pequeño sistema de cultivo. Puesto que en Galicia, rodeada de pequeñas montañas a pie de las rías y el mar, no hay un verano excesivamente caluroso ni un invierno excesivamente frio, todo el cultivo funciona de manera continua y exactamente igual durante todo el año. La situación actual es la siguiente.
Cultivo en tierra
Actualmente las cuatro salas de vegetación están siendo usadas como cultivo en tierra. Se trata de dos armarios en el suelo con otros dos puestos encima. Los dos de abajo, pegados el uno al otro pudiendo formar uno más amplio si se quita la tela/pared, tienen una superficie de cultivo de 1m2 por 1,65 de alto cada uno. Así, los dos de arriba, que también se puede formar una sala más grande si se quita la pared de tela, tienen la misma superficie de cultivo, pero la altura se ha aprovechado para llegar hasta el techo, por lo que tiene dos metros de altura. Estas cuatro salas presentadas como un bloque incluyen cuatro focos fluorescentes cada una de 55 watios (W) por tubo. Además un extractor de 120 conectado a un filtro de carbono activo, más un intractor TT de 140 m2, todo ello complementado con pequeños ventiladores para crear movimiento de aire.
Todo listo y perfecto para meter un total de 20 madres en macetas de 7 litros, cada una de ellas de una variedad distinta, como pueden ser Black Jack de Sweet Seeds, Moby Dick de Dinafem, o una Kaya de Nirvana cruzada por una AK 47, entre otras. A todas las macetas de la sala de floración, que proviene de esquejes, tan solo se les da una semana de vegetación y con las mismas se les cambia las horas de luz para florar. Es necesario darle muy poco tiempo de crecimiento, ya que la altura en el caso de las salas de abajo por ejemplo, supera por poco el metro y medio. Una vez se quieran llevar a florar, se cambian de armario para llevarlas al de floración, donde actualmente están a punto de terminar los cultivos hidro y aereopónico.
En medio de esta mudanza de macetas, se cortarán algunas ramas de las mejores madres para poder sacar esquejes y perdurar la genética, como la Haze de Nirvana que lleva manteniendo 8 años. La floración depende de la genética de la planta, las más Sativas se quedan 2 meses y una semana, mientras que las más Índicas con un mes y medio ya están para cosechar. Hay una excepción, la Arjan's Haze #3 que necesita hasta 3 meses de floración. A las plantas no se les poda, tan sólo un trasplante a una maceta más grande cuando se recogen los esquejes para darles crecimiento y esa maceta se va a quedar también en la floración. En cuanto al sistema de fertilización, se prepara la tierra antes de plantar con guano y no se le aplica abono de crecimiento , sino sólo un estimulador de floración llegado el momento. Aunque la fertilización no haya sido muy fuerte, las dos últimas semanas de la floración se lavan a conciencia las plantas para que no quede absolutamente ningún residuo de fertilizante. El resultado final, unas plantas bajas, pero con cogollos compactos y muy sabrosos.
Cultivo aéreo
Las plantas en aereopónico se encuentran actualmente en las salas de floración. Casi al igual que las salas de crecimiento, pegadas a una pared, se encuentran 4 armarios, dos sobre dos, siendo los dos de arriba los aéreos. Las medidas de estas dos salas superiores son de una base de 60cm2 por 1,40 metros de altura cada una, colocadas una al lado de la otra. La instalación contiene un foco de 250W, con un extractor e intractor iguales al de la sala de vegetación, acompañado todo por un filtro de carbono activo, todo ello en cada una de las dos salas superiores.
También cuentan con un ventilador para remover el aire. Una vez colocadas las plantas en la sala de floración sólo queda abonar las plantas con abono de floración, en esta ocasión específicos para cultivos aereopónicos. Las macetas de este cultivo no son exactamente macetas normales, o al menos no están así preparadas. Con el tiesto vacío, se le coloca una placa que haga las veces de tapa y de soporte para poder colocar las plantas en los agujeros a medida. Las plantas se ponen en una rejilla llena de bolitas de arcilla para que las raíces empiecen a crecer y caer hacia abajo. El riego es gracias a unos tubos que transportan el agua, previamente depurada por un filtro de ósmosis situado bajo el fregadero. Va desde un pequeño depósito hasta el interior de la maceta para que el agua sea pulverizada, impregnando así todas las raíces, tanto de agua, como del abono que se le haya introducido. Normalmente no se "desperdicia" mucha agua, ya que se la suelen tragar toda ella las plantas, pero para evitar encharcamientos en la base del tiesto, una pequeña llave de paso hace de salida de emergencia para el agua estancada. Cada maceta tiene capacidad para cuatro plantas, pero se decidió no colocar más de dos por maceta, ya que si no, no tendrían espacio suficiente entre ellas al crecer. Con un temporizador en el foco y una bomba automática que conduce y pulveriza el agua, sólo hay que preocuparse de que no se vacíe el depósito e ir mezclándolo con el abono de floración especifico.
Cultivo hidropónico
Debajo del cultivo aéreo, encontramos otras dos salas de floración, con una superficie de cultivo de 40cm2 y 80cm de altura cada una. Estas dos pequeñas salas de floración están equipadas, al igual que las otras salas, con un ventilador, un extractor y un intractor. La diferencia reside en el foco, que es de 400W complementado con un reflector conocido como "ala de gaviota", uno por cada sala. Las plantas, una vez puestas en las salas de floración, como hemos comentado, solamente les queda el riego y el abonado de floración y esperar a que se formen los cogollos. Actualmente las dos salas de floración inferiores, están habitadas por dos cultivos hidropónicos, que en cuanto a la maceta, es igual que la del aéreo, la única diferencia es que no son varias macetas, sino que es un tiesto que ocupa prácticamente toda la superficie.
Sobre este macetón, la tapa vuelve a hacer de soporte, con un sinfín de orificios para colocar las rejillas rellenas de bolitas de arcilla y que las plantas hagan crecer sus raíces hasta llegar al agua que se deposita en la base de dicha maceta. Una pequeña bomba transporta el agua desde un depósito hasta la maceta, en el cual también se vierten los abonos específicos de hidroponía, en este caso los fertilizantes de floración.
El resultado final son unas plantas no muy grandes, parecidas a las automáticas de última generación, pero repletas de cogollos o con pocas pero grandes y únicas guías compactas de florescencias. Como con todos los sistemas de cultivo, las dos últimas semanas de la floración son sólo de lavado de raíces para que disipen cualquier rastro de fertilizante y que esas ramas compactas tengan un sabor y aroma único y exquisito.
Las esquejeras
Como comentábamos al principio, antes de pasar las plantas a florar, sean del tipo de cultivo que sean, se sacaban esquejes de las mejores plantas para mantener la genética y poder seguir cultivando en cuanto el armario vegetativo quede libre. Una de las esquejeras era específica de hidropónico, con una maceta igual que la del cultivo hidro, pero más pequeña, en menos de un metro cuadrado y 60cm de altura, iluminada con cuatro barras fluorescentes iguales a las del armario de crecimiento (55W), lo suficiente como para que sobrevivan antes de ponerlas a crecer y sin que se vaya de las manos en altura, ya que si no luego no cabrían.
Otra esquejera para retoños en tierra se formaba en un antiguo acuario, modificado para que un pulverizador rocíe dos veces al día las plantitas con agua fresca y siempre sin ningún tipo de abono. Y como en un piso de 20m2 no hay mucho sitio, hay que aprovechar al máximo los pequeños espacios, como el que se forma en una esquina del cuarto de baño, tapado y con otro fluorescente para aguantar a otras tantas pequeñas macetas con más esquejes. Estas, que normalmente suelen ser de tierra, no tienen riego automático ni bomba de agua, por lo que el riego hay que realizarlo a mano, pulverizando el agua una o dos veces al día.
El cajón de sastre
O mejor dicho, debajo de la única mesa de la casa, la cajonera desastre, ya que aquí se colocan aquellas macetas o plantas, indistintamente del tipo de cultivo que sea, que no cabían en ninguna otra estancia. Este mini-armario bajo la mesa, contiene un foco de 250W que dependiendo del ciclo en el que se encuentren las plantas, sirve como crecimiento o de floración, aunque normalmente se suele quedar con las horas de crecimiento, ya que a las de floración siempre se le va a intentar buscar un hueco en los armarios de floración, que se encuentran contiguos a este.
Con todo este tinglado montado en un piso tan pequeño, que los olores delaten es algo muy sencillo, por lo que un filtro de carbono en cada pequeña sala se hace imprescindible. Los sistemas de ventilación independientes en cada sala, están conectados a un sistema de ventilación general que recorre toda la casa, pasando por cada estancia, con una salida e y su consecuente extractor TT de 200 y una entrada con su respectivo intractor igual que el otro. Otro filtro de carbono activo colocado a mitad del recorrido de salida, hacen que no huela absolutamente a nada fuera de la casa, aunque otros vecinos cultivadores no tengan tanto cuidado y prácticamente toda la calle huela a yerba.