Anonymous: retrato robot.
Una masa anónima de ciberactivistas agita la Red.
Una masa anónima de ciberactivistas agita la Red.
También son su objetivo a menudo las webs de multinacionales y gobiernos. Se hacen llamar Anonymous y dicen luchar por la transparencia, la libertad de expresión, los derechos humanos, la neutralidad de la red o lo que es lo mismo la libertad en Internet. Aunque también toman partido contra la corrupción política y en general, cualquier estructura infecta de poder. Funcionan sin líderes y ocultan su rostro bajo una careta. A continuación, su retrato robot.
"Somos una legión, no perdonamos, no olvidamos, espéranos” es la frase que siempre cierra los comunicados de esta voz sin portavoces reconocibles.
Anonymous (como plural) es un "meme" fenómeno o subcultura de Internet, que representa el concepto de muchos usuarios de la comunidad online, o la comunidad online en sí misma, actuando anónimamente de forma coordinada. Es también una etiqueta adoptada por grupos de personas que no pertenecen a ninguna asociación, pero que se unen a las protestas y otras acciones bajo el título de Anonymous. A Anonymous se les atribuyen los ataques DDdos bajo un software que permite lanzar peticiones masivas desde el ordenador pudiendo boicotear una web o tumbar su servidor de datos (datacenter). El ataque DDdos es una "denegación distribuida del servicio", en sus siglas inglesas, y se puede realizar con unos conocimientos básicos de Internet. Basta con introducir la dirección que se desea atacar y especificar la frecuencia del ataque (la frecuencia con la que el ordenador atacante solicitará entrar en una página web). La coincidencia en el tiempo de millones de peticiones de este tipo acaban por saturar el servidor que aloja la página web atacada logrando que deje de funcionar.
A Anonymous se le responsabiliza de la operación Payback contra Postfinance.ch (banco suizo), tarjetas de crédito (Visa - Mastercard) y otras páginas web que cancelaron sus servicios con WikiLeaks. En España concretamente, de tumbar los sites del Senado, del PP, y de la Embajada de EE.UU. en protesta por la “Ley Sinde” y en su último ataque lo intentaron también contra Telefónica, en protesta contra el ERE que acabará con 8.500 puestos de trabajo a pesar de que la compañía haya tenido unos beneficios millonarios en lo que se llamó #OpTelefónica.
Anonymous a menudo se concibe como un movimiento hacker ciberactivista. Se identifican por su traje y corbata negra con camisa blanca y una careta o máscara que proviene de “V de Vendetta”, el cómic escrito por Alan Moore e ilustrado por David Lloyd que inspiró también una pleícula.
“V de Vendetta” está ambientado en Inglaterra tras una guerra nuclear y sometida a un gobierno totalitario fascista por la ultraderecha Norsefire. En ese escenario, un subversivo que se autodenomina V, luchará contra la represión tradicional y tecnológica, ejerciendo una crítica total a la sociedad de control e incluso al supuesto Estado de Bienestar, oculto bajo la máscara de Guy Fawkes.
Guy Fawkes fue un insurgente durante la reforma protestante que hubo en Inglaterra entre los siglos XVI y XVII que murió a manos del gobierno de Inglaterra de una manera brutal junto a sus compañeros, conocidos como “Conspiradores de la Pólvora” (llamados así porque su objetivo era volar el parlamento inglés). En lo que luego se llamaría la noche de los traidores, Guy y sus compinches fueron colgados del cuello con una soga, impidiendo que sus cuellos se rompieran. Después les seccionaron los genitales, tirándolos al fuego mientras todavía estaban vivos. Por último, les destriparon, les arrancaron el corazón, les decapitaron y descuartizaron. Todo muy cívico.
Entender el universo Anonymous no es cosa fácil. Este movimiento global es fiel reflejo de la nueva sociedad civil que está naciendo a raíz de la revolución digital que permite Internet y la difusión en tiempo a través de las Redes Sociales y la tecnología actual. Superada la vieja dialéctica izquierda-derecha, esta revolución de talante global no apunta contra ningún partido político o ideología en concreto sino contra la vocación de servicio de distintos gobiernos con grandes bancos y grandes empresas, y no con el bien común o el pueblo.
Anonymous probablemente surge a raíz de la necesidad de movilizarse en lo que cada vez más ciudadanos perciben como un mundo corrupto, plagado de injusticias sociales. Unos dicen que para sumarse a su conversación se les encuentra en webs como whyweprotest.net. otros a través del chat IRC Anonops donde establecen canales de discusión específicos como en su día fue #operationpayback o #hispano, que aglutina a los Anonymous españoles.
El caso es que en estos lugares se piensan consesuadamente las estrategias online que luego ser irán distribuyendo a la red por blogs y webs Anonymous, hasta llegar a los Twitter y Facebook de Anonymous individuales. Porque si hay algo que caracteriza a este movimiento es su a priori talante absolutamente democrático y horizontal.
Es un estereotipo tan recurrente como falaz que los miembros de Anonymous son hackers. La mayoría son ciberactivistas que participan en la conversación online y, ocasionalmente, en la protesta en la calle. Sin embargo les acusan a menudo de “terrorismo internacional” y desde el FBI hasta la policía nacional les han estigmatizado al “en busca y captura” y no es exagerar.
Hace poco se leía “desarticulada la cúpula de la organización 'hacktivista' Anonymous en España” respecto a tres detenciones en Almería, Alicante y Barcelona. De forma instantánea, la Red hirvió en respuesta con comentarios indignados respecto a que se hablara de "cúpula" para referirse a una organización transnacional que rechaza estructuras jerárquicas de cualquier tipo, y por tanto, líderes.
De hecho aquel que intente destacar en Anonymous es condenado al rechazo y el ostracismo por los demás miembros. Así ocurrió en Londres en diciembre con Coldblood, un Anonymous que dio la cara ante los medios en los días del proceso a Assange.