Alcohol versus Cannabis: Parte 2

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10 Oct 2015

Cannabis medicinal


Cannabis medicinal

En la primera parte del artículo describíamos las características de la intoxicación aguda del alcohol y cannabis, en relación al riesgo de su consumo y las posibles repercusiones sobre la salud de los consumidores. En esta segunda entrega describiremos las características de la intoxicación crónica. Cómo el consumo de alcohol o cannabis de manera crónica pueden incidir sobre nuestra salud, teniendo en cuenta las características epidemiológicas de cada droga.

Intoxicación crónica de alcohol

Se considera la cifra de 80 grs de etanol al día, como la máxima a partir de la cual se consideraría el consumidor como alcohólico crónico. ( Un litro de vino con un 11% de etanol contiene 88 grs de alcohol, en una cerveza de graduación 6 % encontramos 20 grs de alcohol ).

A continuación veremos las implicaciones patológicas por sistemas u órganos en la intoxicación crónica.

Sistema Nervioso Central ( SNC ).

Síndrome de Wernicke-Korsacoff: En relación con el déficit de vitamina B1,y ocasionado por las alteraciones gastrointestinales propias del alcohólico crónico. La encefalopatía de Wernicke, se caracteriza por fallos de orientación, apatía, disminución de los reflejos hasta su desaparición total en algunos casos. La psicosis de Korsacoff, cursa con alteraciones del aprendizaje y memoria retrograda, por lo que se olvidan acontecimientos de meses y años anteriores, la memoria inmediata está conservada. Hay pues amnesia, distorsión del tiempo y confabulación ya que el paciente no puede estructurar sus recuerdos.

Esclerosis cortical laminar de Morel: Pseudoparalisis cerebral y cuadro psicótico, debido a perdida neuronal y gliosis de la corteza cerebral ( proceso de nuero inflamación de células Gliales ).

Enfermedad de Marchiafava-Bignami: se desconoce la causa, pero aparece en pacientes alcohólicos y en especial en los consumidores de vino tinto. Hay desmielinización y necrosis del cuerpo calloso (estructura que une los dos hemisferios cerebrales), y materia gris subcortical. Cursa con demencia, espasticidad, marcha inestable, y disartria (alteración en la articulación de las palabras).

Degeneración cerebelosa alcohólica: Pérdida neuronal y gliosis en cerebelo, aparece ataxia con marcha inestable, inestabilidad e incoordinación de miembros inferiores.

Demencia alcohólica: Asociada al consumo abusivo crónico de alcohol. Deterioro progresivo de funciones cognitivas hasta la situación de demencia. Aparece atrofia en lóbulos frontales. Por efecto directo tóxico del etanol a nivel de las membranas celulares neuronales y deshidratación neuronal.

Síndrome de alcohol-tabaco: En individuos malnutridos con déficit de vitamina B12 o rivoflabina, es una neuropatía de mal pronóstico. Hay deterioro visual con perdida parcial del campo visual, es una lesión desmielinizante que afecta a la vía óptica.

Ataques cerebrovasculares: Secundarios a una alteración vascular producida por el etanol, primero actúa como vasoconstrictor y posteriormente como vasodilatador a nivel cerebral..

Hematoma subdural crónico: Como consecuencia de repetición de microtraumatismos craneales de repetición en individuos ebrios.

Sistema Nervioso Periférico

Polineuropatia periférica alcohólica: Es la secuela mas frecuente de la enfermedad alcohólica crónica, ocasionada por la deficiencia de de tiamina y otras vitaminas del complejo B, y por los efectos directos del alcohol sobre la membrana neuronal. Degeneración de fibras mielíticas y amielínicas que produce una neuropatía distal, simétrica, que afecta principalmente a los miembros inferiores y produce una pérdida de fuerza muscular, sensación de quemazón en las plantas de los pies y parestesias dolorosas, además de una alteración táctil en las piernas, la sensibilidad se altera y puede producir sensaciones dolorosas.

Síndrome de disautonomia alcohólica: Alteraciones cardiovasculares, digestivas, genitourinarias y endocrinas. Aparece taquicardia sostenida, extrasístoles, hipotensión ortostatica (en los cambios posturales), diarrea, incontinencia urinaria y trastornos de la sudoración.

Sistema gastrointestinal

Hígado graso alcohólico: Es reversible al cesar el consumo. Acumulación de grasa por diferentes trastornos metabólicos. Manifestaciones clínicas mínimas o ausentes.

Hepatitis alcohólica: Etapa previa y precursora de cirrosis. Lesión inflamatoria hepática que conlleva fibrosis hepática ya irreversible, hay muerte de células hepáticas o hepatocitos. La sintomatología que aparece, pérdida de apetito, nauseas, vómitos, pérdida de peso, dolor abdominal ,fiebre, angiomas o tumores vasculares cutáneos, ascitis ( colección liquida en abdomen), edemas, encefalopatía y hemorragia de vías digestivas.

Cirrosis hepática: Destrucción de células hepáticas o hepatocitos y formación de nódulos de tejido conectivo (fibrosis). Se puede manifestar en forma de varices esofágicas (que pueden provocar un sangrado grave), disminución del tamaño hepático e induración del mismo, anorexia, desnutrición, disminución de la masa muscular, fatiga, debilidad, infecciones intercurrentes, ictericia crónica (color amarillento en piel y conjuntivas oculares por acumulo de bilirrubina), coma hepático e insuficiencia renal aguda o crónica.

Pancreatitis crónica: Dolor abdominal persistente, cuadro de diabetes. Hay fibrosis pancreática con destrucción del tejido glandular.

Síndrome de mala absorción: El consumo crónico de etanol conlleva la mala absorción de minerales, vitaminas, y otros nutrientes en intestino delgado principalmente. Disminuyen las concentraciones sanguíneas de potasio, fósforo, magnesio, zinc y calcio. Estas deficiencias dan lugar a múltiples alteraciones clínicas, algunas importantes.

Sistema cardiovascular

Aparecen miocardiopatías, arritmias e insuficiencia cardíaca congestiva. Hay alteraciones en el electrocardiograma típicas del alcoholismo crónico (ondas de Evans). Las pequeñas ingestas de alcohol podrían favorecer la síntesis de proteínas de alta densidad o HDL , ''colesterol bueno ".

Sistema osteomuscular

Miopatía alcohólica: Atrofia muscular de más de 6 meses de evolución en cintura escapular (hombros y musculatura escapular), dolor y edema muscular.

Osteoporosis: El consumo prolongado puede causarla por déficit de vitamina D y calcio, además el déficit de magnesio provoca alteraciones en la hormona paratiroidea.

Sistema endocrino

Alteración en el metabolismo del calcio (fracturas y osteopenia), aumento del cortisol, disminución de las hormonas tiroideas, inhibición de la secreción de vasopresina (regula la reabsorción de agua a nivel renal), aparece hipoglicemia también.

Sistema reproductivo

En el varón: Atrofia testicular, ginecomastia (aumento del volumen glandular pectoral), impotencia, esterilidad, disminución de la testosterona. En las hembras: Amenorrea (desaparición de la menstruación ), atrofia ovárica, esterilidad.

Sistema renal / Deshidratación.

Sistema hematopoyético, agranulocitosis tóxica: conlleva anemia, leucopenia y trombocitopenia. (disminuyen los glóbulos rojos, blancos y plaquetas). Esto supone un estado de inmunosupresión celular que afecta sobre todo a linfocitos T y macrófagos.

Efecto Mallamby: Paciente alcohólico crónico que permanece sobrio con alcoholemias anormales. Se produce en consumos elevados, prologados y frecuentes.

Pelagra: Deficiencia de ácido nicotínico en alcohólicos desnutridos graves, y cursa con dermatitis, diarrea y demencia.

Síndrome alcohólico fetal: Cuando la embarazada es una alcohólica y hay consumo durante el embarazo, pueden aparecer importantes problemas fetales. Hay alteraciones en el SNC, reducción de sustancia blanca cerebral, retraso mental. Pueden aparecer anomalías craneofaciales, también malformaciones cardíacas, alteraciones en diferentes órganos, también en las extremidades con limitación de los movimientos articulares.

Carcinogénesis

En los bebedores habituales existe un riesgo mayor, unas 5 veces mas, de presentar un cáncer digestivo ( estomago, colon, páncreas ).

Síndrome de abstinencia

En consumidores habituales, se produce tolerancia celular inducida, y ante la interrupción brusca del consumo, aparece el síndrome de abstinencia. Temblor, mareo, agitación, ansiedad, ataques de pánico, alucinaciones auditivas y visuales, confusión, vómitos, diarreas, y en algunos casos graves convulsiones. Puede aparecer al tercer o cuarto día un cuadro de delirium tremens, proceso psicótico agudo delirante, con alteración de la conciencia, desorientación, alucinaciones terroríficas asociadas a alteraciones somáticas. Puede acabar en muerte.

Cannabis; Una droga menos perjudicial que el alcohol como droga de abuso. Efectos nocivos del cannabis sobre la salud física Efectos nocivos crónicos 

Sistema respiratorio

Como siempre tendríamos que poder diferenciar entre fumadores de cannabis + tabaco y fumadores sólo de cannabis. La sintomatología es superponible a la del fumador crónico de tabaco. Podemos encontrar sintomatología como tos crónica, bronquitis, disnea ( dificultad respiratoria). Si parece estar claro que el consumo crónico puede facilitar la aparición de EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) en el adulto, de la misma manera que lo haría el tabaco. Tras el consumo prolongado, aparecen lesiones histológicas como hiperplasia celular, estratificación, metaplasia celular en racimo, engrosamiento de membrana celular en vías aéreas superiores, similares en frecuencia, tipo y magnitud que los que aparecen en fumadores crónicos de tabaco. Evidentemente fumar cannabis mezclado o no con tabaco supone un riesgo de padecer cáncer pulmonar. Si utilizamos cannabis solo, se minimiza este riesgo, pero no lo eliminamos. En definitiva no encontramos diferencias sustanciales entre el consumidor de tabaco y/o cannabis en relación a la patología respiratoria crónica.

Sistema Nervioso Central

El consumo crónico de cannabis ocasiona alteraciones cognitivas. La OMS considera que el consumo crónico, reiterado y prolongado de cannabis altera la capacidad de integración y organización de información compleja. Esta situación implica la atención, memoria, aprendizaje verbal, discriminación auditiva y altera la filtración de información irrelevante. Los consumidores crónicos presentan rendimientos inferiores a los no consumidores en atención focal y filtración de información irrelevante, durante pruebas de respuesta a estímulos auditivos. Es progresiva con la persistencia de consumo.

En test neuropsicológicos hay menor rendimiento en expresión verbal y habilidades matemáticas, en las funciones de atención / ejecución, y en la memoria visual espacial, incluso 24 horas después de no consumir. La capacidad para mantener centrada la atención y para filtrar información irrelevante se deterioran progresivamente en relación con los años de consumo, pero sin relación con la frecuencia, mientras que la velocidad para procesar información disminuye más cuanto mayor es la frecuencia de consumo, sin influir el tiempo que se lleva consumiendo. La filtración de información irrelevante es un proceso cerebral, que implica neuronas del área prefrontal. Todos estos datos de todas formas son controvertidos, ya que hay autores que después de numerosos estudios, opinan que es una situación reversible tras varios meses de abstinencia.

Respecto al controvertido tema de la relación entre patología dual como la esquizofrenia y el cannabis, la situación a día de hoy es la siguiente: La mayoría de autores coinciden en afirmar que el cannabis no genera este tipo de patologías, pero en pacientes con enfermedades psiquiátricas de base , que todavía no han debutado con cuadro psicótico, puede su consumo en relación con el THC, favorecer la aparición del cuadro psicótico. Es el THC pues, el cannabinoide que puede como decimos influir negativamente en la aparición del brote. No es el caso del CBD, el cual se estudia para su uso en este tipo de pacientes, por su efecto ansiolítico y normalizador del humor. Tenemos que asumir también que hay pacientes que se automedican con cannabis, pero su uso en relación a los niveles de THC, pueden ser perjudiciales para el paciente esquizofrénico a corto y medio plazo.

Sistema cardiovascular

El consumo prolongado e intenso de cannabis puede originar daños poco aparentes en el sistema cardiovascular, muy parecidos a la cardiotoxicidad del tabaquismo, ya que THC y nicotina tienen efectos similares a nivel cardiovascular.

Sistema endocrino

Los efectos del cannabis sobre el sistema endocrino se estudian desde dos perspectivas diferentes: sobre las hormonas hipofisarias, donde parece ejercer un efecto inhibitorio y sobre el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal. Hormonas sexuales masculinas: hay resultados contradictorios, por un lado en animales de experimentación disminuye la LH (hormona luteinizante, en varones regula la secreción de testosterona y en hembras de progesterona) y la testosterona. En estudios con varones consumidores crónicos, no siempre es así. Hay autores que señalan mayor riesgo de impotencia. Hormonas sexuales femeninas: En modelos animales, el THC antagoniza o bloquea el efecto del estradiol (hormona esteroide femenina) a nivel de la hipófisis, retrasa la aparición de la pubertad y reduce el numero de óvulos en el primer día de la ovulación. Hay irregularidades menstruales, disminuyen los niveles séricos de LH, progesterona. Se alarga el tiempo de gestación, con aumento de nacidos muertos aunque sin constatar un incremento en las malformaciones.

Gónadas y conducta sexual: En animales el THC tiene efectos tóxicos directos sobre testículos y los ovarios. El consumo de marihuana produce inicialmente desinhibición, extroversión y sociabilidad, con aumento de la sensibilidad y se intensifican las sensaciones del contacto físico, pero a largo plazo sabemos que suprime la elevación plasmática de LH y prolactina, que siguen a la excitación sexual, y por lo tanto tendría un efecto inhibitorio sobre la conducta sexual. En los varones se reduce el número y la movilidad de los espermatozoides, sin que este hecho determine esterilidad en todos los casos.

Eje hipotálamo-hipofisario-adrenal.: El THC altera la secreción de hormonas relacionadas con el estrés. Un efecto agudo del THC es la disminución de secreción de adrenalina y noradrenalina, que son hormonas relacionadas con la gestión del estrés y que producen una serie de efectos en situaciones de alerta. Incremento de la frecuencia cardíaca, vasoconstricción, broncodilatación y participan en la reacción de lucha o huida del sistema nervioso simpático. Se pueden producir cambios endocrinológicos importantes en relación al consumo coincidente de cannabis y éxtasis.

Sistema inmunitario

El THC tiene efectos sobre el sistema inmunitario, modificando la función de diferentes células. Hay autores que indican que fumar diaria y regularmente cannabis parece disminuir la respuesta inmunitaria pulmonar a la invasión de microorganismos, sobre todo en pacientes inmunodeprimidos, incluidos los pacientes HIV, aunque se desconocen los mecanismos exactos que producen este efecto. El humo de la marihuana es mutagénico. La inmunosupresión producida por consumo crónico de cannabis, es una cuestión que genera controversia, ya que no hay estudios ni trabajos que confirmen esta cuestión.

El uso de cannabinoides en el colectivo de pacientes con HIV, para incrementar el apetito o tratar dolor, no esta demostrado que haya generado un incremento en las infecciones oportunistas que presentan estos pacientes en ocasiones. Los fumadores de cannabis presentan en el esputo un contenido significativamente mayor de todos los componentes histopatológicos en comparación con los no fumadores, y menos presencia de neutrófilos y macrófagos que en fumadores de tabaco. La ingestión de cannabis oral, induce inmunotoxicidad, con descenso de las inmunoglobulinas G y M, y también de los linfocitos T, B, y células NK. Altera la función de los macrófagos. Se ha relacionado la marihuana con tumores no linfoblásticos, con la leucemia aguda y el astrocitoma, pero sin resultados concluyentes y definitivos.

Desarrollo intrauterino y post-natal.

Es difícil metodológicamente medir la cantidad de THC que le puede llegar al feto, por lo que es difícil interpretar los efectos del cannabis sobre el desarrollo intrauterino y postnatal. En ratas recién nacidas expuestas a THC hay alteraciones en los patrones de motricidad espontanea, y los adultos expuestos a THC intrauterino y durante la lactancia presentan cambios persistentes en las conductas de respuesta a lo nuevo, interacciones sociales, orientación y en las pautas de comportamiento sexual. Se describe mayor riesgo en madres embarazadas fumadoras de que aparezcan malformaciones y cánceres infantiles, y en edad adulta de que presenten leucemia no lifoblastica. Los efectos del consumo de cannabis durante el embarazo sobre el riesgo en el parto, el peso, la talla, perímetro craneal, test de Apgar y aparición de malformaciones en el recién nacido son contradictorios y a día de hoy sin resultados concluyentes.

El Ottawa Prenatal Prospective Study, que estudia desde 1978 los efectos de fumar THC durante el embarazo, determina que los hijos de madres expuestas, a los 48 meses de edad tienen un rendimiento verbal y de memoria inferiores, y a partir de los 4 años de edad, pueden presentar problemas de conducta y disminución de rendimiento en percepción visual, la comprensión del lenguaje y el mantenimiento de la atención y memoria. Aunque se puede observar una gran discrepancia entre los estudios llevados a cabo en la década de los años 70 en comparación con los más recientes, podríamos concluir que el consumo prolongado de cannabis (consumos de más de 15 años de duración) provoca una sutil alteración en las funciones cognitivas entre los consumidores, principalmente en la capacidad de fijación de conceptos (probablemente por una menor capacidad de filtrar información tangencial).

Dicha alteración es el resultado de una alteración en el normal funcionamiento de los receptores del sistema cannabinoico endógeno, sin que se pueda hablar del mecanismo por el cual dicha alteración se refleja en los test neuropsicológicos, dadas las múltiples interacciones entre los distintos neurotransmisores cerebrales.

Conclusiones

Creo que si el alcohol es una droga legal y regulada, las drogas menos perjudiciales que el alcohol como el cannabis, deberían lógicamente ser drogas legales, y reguladas. Creo que es un baremo muy justo, que se sostiene con criterios científicamente demostrables.

Evidentemente hemos descrito las patologías que se pueden generar tanto con el consumo crónico de alcohol, como de cannabis, en función de la información de la que se dispone. Se ha estudiado más el abuso del alcohol que el de cannabis, creo que una razón importante sería que la repercusión del consumo de alcohol sobre las sociedades es mucho mayor que la del consumo de cannabis.

Sería mi intención como planteo en el inicio del texto, que este estudio comparativo entre alcohol y cannabis como drogas de uso esporádico o crónico, pudiera esclarecer la realidad del consumo de ambas drogas en relación con nuestra salud. Tenemos que aprender a utilizar las drogas libremente , de manera responsable, y minimizando siempre los riesgos de su consumo. Consumir con el mínimo daño posible para nuestra salud.

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