Actualización y perspectivas del uso terapéutico del cannabis
Probablemente, si el cannabis no tuviera efecto psicoactivo y no se hubiera utilizado con fines lúdicos, no estaría escribiendo este articulo. Seguramente se utilizaría solo con finalidad terapéutica como se ha hecho durante miles de años.
Probablemente, si el cannabis no tuviera efecto psicoactivo y no se hubiera utilizado con fines lúdicos, no estaría escribiendo este articulo. Seguramente se utilizaría solo con finalidad terapéutica como se ha hecho durante miles de años.
Hay que pensar de todas formas, que el uso lúdico ha podido influir evidentemente en el interés por el estudio de la planta y de su potencial terapéutico. La historia del cannabis terapéutico tiene dos puntos de inflexión importantes, el descubrimiento del THC en 1964 por el Profesor Mechoulam y equipo, y posteriormente en la década de los 90 se describe el SEC o Sistema Cannabinoide Endógeno.
De la misma manera que nuestro organismo puede sintetizar opioides, ya que poseemos un sistema opioide endógeno, podemos también producir cannabinoides endógenos. Estos cannabinoides actúan a través de unos receptores celulares específicos y propios del SEC, que también utilizan los fitocannabinoides o cannabinoides de la planta, y los cannabinoides sintéticos creados por la industria farmacéutica. Tenemos que tener bien claro que todos los cannabinoides actúan a través de receptores específicos que forman parte del SEC.
En la planta del cannabis encontramos unos 400 principios activos, de los cuales 100 tienen una estructura química parecida y forman la familia de los fitocannabinoides. Inicialmente el THC ha tenido prácticamente el protagonismo terapéutico, hasta que otros cannabinoides (algunos de ellos no psicoactivos) han ido acaparando el interés por sus propiedades medicinales. Actualmente sabemos y tenemos cada vez mas información sobre las características de los diferentes cannabinoides de la planta y sus posibles efectos terapéuticos.
Personalmente creo que que la planta del cannabis debe contemplarse como un conjunto de principios activos diferentes, con propiedades diferentes e incluso con indicaciones distintas
La planta del cannabis es la única variedad botánica que produce cannabinoides que sepamos. Estos compuestos (unos 100), pueden utilizarse para diferentes patologías, todos funcionan como decíamos anteriormente a través del SEC, pero no todos tienen los mismos efectos ni se utilizan para las mismas patologías.
Debemos ya individualizar y distinguir claramente que cada cannabinoide se puede utilizar como si fuera un fármaco con personalidad propia. Estamos en un momento muy interesante desde el punto de vista terapéutico, ya que sabemos actualmente que podemos identificar y conocer la composición de los principales cannabinoides de las variedades o cepas de marihuana. El procedimiento es complejo y requiere equipamiento y personal especializado, se basa en la Cromatografía de Gases asociada al Espectrómetro de Masas.
Este proceso nos permite estudiar los principales componentes de la planta ya que los cannabinoides son sustancias volátiles o semivolatiles como los terpenos y flavonoides. A partir del porcentaje de cannabinoides de las variedades del cannabis podemos llegar a dosificarlos de manera exacta mediante diluciones a través de extractos, o utilizando la planta completa.
Es muy importante este paso, ya que hasta ahora se dosificaba a partir de la experiencia de cada uno y del conocimiento de la variedad que se utiliza. Pero sabiendo la porcentuación de cannabinoides podemos hacer los cálculos para poder administrar al paciente las dosis adecuadas.
Dado que el estudio mediante Cromatógrafo nos indica los porcentajes de cannabinoides en relación a una muestra de 100 mgrs de tamizado de planta, a partir de aquí podemos calcular la cantidad de cada cannabinoide en dicha variedad. Por ejemplo si tenemos una variedad hipotética con un 10% de THC, esto nos indicaría que en 100 mgrs de tamizado tenemos 10 mgrs de THC. Por lo tanto en 1 gr de tamizado tendríamos 100 mgrs de THC. Y así con todos los cannabinoides de los cuales conozcamos el porcentaje.
Es evidente que para uso terapéutico es imprescindible conocer los porcentajes de los cannabinoides para poder dosificar correctamente. El problema que nos encontramos para el uso de la planta completa es conseguir una estandarización del producto. Todos sabemos que el cultivo del cannabis para conseguir un producto uniforme, en cuanto al porcentaje de cannabinoides, es complejo. Debemos mantener unas condiciones tanto de sustrato, como de microclima que no determinen variaciones en la planta, pues se traducirían en porcentajes no estables de cannabinoides, lo que determinaría dificultad y posiblemente errores al dosificar.
Tenemos que estabilizar los cultivos de las variedades que vayamos a utilizar con fines terapéuticos, para poder conseguir un producto homogéneo que se traduce en un porcentaje estable de cannabinoides. Desde el punto de vista terapéutico, para la mayoría de patologías susceptibles de tratamiento con cannabinoides (a día de hoy) utilizamos básicamente el THC y el CBD, ya que nos ofrecen un amplio abanico de indicaciones.
Cada vez tenemos mas información sobre otros cannabinoides que inicialmente no tenían protagonismo terapéutico, ya que se encuentran en cantidades o concentraciones muy bajas, pero no por ello dejan de ser interesantes y útiles. Falta todavía mucha información, hay multitud de estudios y ensayos clínicos en vías de aportar información muy valiosa sobre las posibilidades terapéuticas de los cannabinoides. Por lo tanto es posible que en un futuro no muy lejano se utilicen cannabinoides como el THCV, CBDV, CBDG, CBDC, CBG, CBC, y así hasta unos 100 cannabinoides.
La tendencia del uso del THC y CBD se va definiendo. En cuanto al THC desde el punto de vista terapéutico, lo utilizamos a dosis bajas o medias respecto al uso lúdico.
Aproximadamente podríamos decir que una dosis de 0,5 mgrs de THC por día sería una media en cuanto al uso medicinal. Esto correspondería por ejemplo a unos 40 mgrs de THC para un paciente de unos 70 kgrs. Esta dosis debe fraccionarse en varias tomas, por ejemplo 5 mgrs x 6 horas. Las dosis son aproximadas y deben adaptarse a cada paciente en función de sus necesidades y fisiología.
En cuanto al CBD, todo lo contrario, se acabaran utilizando dosis medias o altas según se deduce de los estudios y ensayos en marcha. De hecho ya recomendamos y se pueden conseguir variedades con ratios 1/1, 2/1, y hasta 3/1 en la relación CBD/THC. En ensayos clínicos se llegan a utilizar dosis diarias de 300/600 mgrs de CBD por día, según las diferentes patologías.