Uruguay: faso a faso
Cuatro años después de aprobada la ley que regula el mercado de cannabis para uso recreativo, Uruguay cerró una etapa clave para garantizar el acceso a la marihuana por la única vía pendiente: la venta en farmacias de cogollo producido por dos empresas y controlado por el estado.
Para la fecha de lanzamiento habían 4.000 adquirentes registrados. Dos meses después la cifra trepó a 14.000 inscriptos. Además, hay 7.280 auto-cultivadores registrados y 64 clubes de membresía. La ley que día a día le saca kilos de venta al narcotráfico aún tiene baches. Como que los bancos amenazaron cortar las cuentas bancarias de las farmacias que venden cannabis. Por lo que de las 16 farmacias que había al principio solo quedan 10. El gobierno anunció la creación de nuevos dispensario que funcionarán como herboristerías exclusivamente cannábicas.
No es el único bache en el camino de la regulación, las consecuencias se ven en la calle, como la criminalización de algunos auto-cultivadores registrados, la falta de acceso legal al cannabis medicinal y la presión de los bancos internacionales. Bank of America, Citibank y banco Santander amenazaron con cerrar cuentas a los bancos en Uruguay que trabajan con la industria legal del cannabis. A pesar de los escollos que hay que sortear, acá hay algo irrevocable: los uruguayos conquistaron una nueva libertad y esto no lo cambia nadie.
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