Un campo abierto de posibilidades
La marihuana es una cosa difícil de definir. Claro, es una planta, pero su variedad de principios activos se mezclan en el cuerpo humano haciéndola parecerse a un rico cocktail de muchas cosas. La marihuana tiene infinitas posibilidades. Por eso el cultivo es tan importante, porque permitirá adecuar tus necesidades a las posibilidades de esta planta, que es tan rica como milenaria, tan interesante como productiva.
La naturaleza es muy sabia, nada queda al azar. Desde tiempos primigenios el hombre ha hecho uso de todo tipo de plantas y materias orgánicas a modo de medicina, refugio o conexión espiritual. La marihuana al igual que muchas otras plantas, ha sido estudiada e investigada en profundo, pero bajo un lente más crítico y censurador, que hasta hace unos años la tenía aún en los baúles de la desinformación, los tabúes y la prohibición, financiado por grupos y laboratorios farmacéuticos. Hoy en día nadie puede negar el incremento de la utilización de la maría tanto en ámbito medicinal como lúdico y cada vez son más los gobiernos que deciden quitarla de las listas negras y comenzar a trabajar en pro de su uso, propiedades y beneficios también económicos. No hay peor ciego que el que no quiere ver.
Sistema Endocannabinoide
Nuestro sistema endocannabinoide es el responsable de que podamos experimentar y disfrutar de los efectos del cannabis. No todos los organismos poseen este sistema. Este sistema lo poseen solo los mamíferos. El sistema endocannabinoide es la manera que tienen nuestras células para comunicarse entre sí y establecer diversas funciones fisiológicas de nuestro organismo (apetito, dolor, sueño, impulsos sexuales, memoria, humor, etc.) pero sobre todo controlar y regular la homeostasis, o sea, el equilibrio de nuestro cuerpo. Este sistema está compuesto de receptores cannabinoides y los endocannabinoides, que interactúan del mismo modo que lo hacen una cerradura y su llave. Los receptores se encuentran repartidos en varios órganos del cuerpo.
Lúdico/Medicinal
Como sabemos, el ingrediente activo de la marihuana es el THC (Delta9-tetrahidrocannabidol), es el responsable de los efectos psicotrópicos de la planta. Si fumamos, el efecto será casi inmediato, pero si lo ingerimos a través de comida o líquidos, su efecto tardará más tiempo en manifestarse. Este efecto durará entre 1 hora y 4 si se combustiona y fuma, pero si la cannabis se consume en forma de alimento, el efecto será más intenso y de mayor extensión temporal, podría llegar hasta más de 12 horas. Hay que tener en consideración que los efectos del THC variarán dependiendo de la variedad de cannabis y de los porcentajes de otros cannabinoides y terpenos que se encuentren en la variedad. Aunque el THC sea el componente psicoactivo principal, no actúa solo, si no en sinergia con otros cannabinoides presentes en la cannabis y también con los terpenos.
El THC, ha cautivado a gran parte de la humanidad a través de los tiempos debido a sus estimulantes y cautivantes efectos. Civilizaciones ancestrales como los egipcios retrataban y describían en sus papiros las excitantes consecuencias de haber encendido cannabis en forma de incienso para enriquecer el acto sexual, así como también hablaban acerca de tratamientos de enfermedades a base de cannabis. A modo general, el THC se manifiesta en una sensación de bienestar y tranquilidad, con una euforia estimulante, se agudizan los sentidos (principalmente tacto y oído) y la memoria tiende a debilitarse a corto plazo. Todo efecto y su manifestación finalmente dependerá del tipo de cannabis, la cantidad administrada y de la reacción o evolución particular de cada consumidor. Los efectos secundarios o negativos para nuestro cuerpo se manifiestan con el enrojecimiento de los ojos y a veces taquicardia, pero también se pueden desencadenar etapas de ansiedad, perdida de orientación e incluso crisis de pánico para personas con potencial psicótico.
Todo depende de los factores ambientales y personales. La estabilidad emocional del consumidor es muy importante y su integridad física también, asi como si ha consumido alcohol u otras sustancias. Y también depende de otros cannabinoides. Como el cannabidiol (CBD), que es un antagonista del THC. El THC te sube, el CBD te seda. El CBD es el otro cannabinoide que más se encuentra en la cannabis, es un componente no psicoactivo. Los efectos del uso de la marihuana no se expresan solo a través del THC, si no que se trata de un trabajo mancomunado entre cannabinoides, flavonoides y terpenos (CBD, CBN, CBC, CBG y otros). El CBD calma en cierta medida el efecto psicoactivo de la cannabis, pero al mismo tiempo eleva su valor medicinal. El CBD hoy en día es el núcleo de las investigaciones científicas en el campo medicinal y existen cientos de estudios y reportes que avalan su efecto y consecuencias positivas en nuestros organismos. Los niveles de CBD que podemos encontrar normalmente en las variedades de marihuana del mercado, varían entre el 1 y 5% en promedio, pero ya podemos encontrar ciertas cepas que acumulan hasta más de 10%.
Arriba, abajo
Podríamos decir que una variedad de marihuana que posee un porcentaje de THC que ronda entre el 5% y 10% es una variedad con una baja cantidad de este principio activo. Entre un 10% y 15% se considera una cantidad media y de 15% hacia arriba, estaremos hablando de una variedad alta en THC, por lo tanto muy potente. Si le gustan los altos vuelos, existen variedades con niveles superiores al 25%, son brutales. Por ahí dicen “todo es mejor con marihuana”, lo cierto es que los que la consumimos no podemos negar que la música suena como nunca, que las ganas de enfrascarte en una pelea se esfuman, que motiva la creatividad, mejora la sociabilidad (si no te pasas de rosca), relaja tensiones, energiza, contribuye a la tolerancia, distiende ambientes, etc. Hablando de esta manera, no nos queda otra que amar el THC.
Gustos y necesidades: eligiendo tu variedad
Cultivar tu propia hierba te permite acceder a material de primera calidad y acorde a tus necesidades. El repertorio de variedades, aromas, sabores, colores y efectos que nos proporciona la marihuana, me hace afirmar que probablemente exista un tipo de marihuana para cada uno de nosotros. Si te gustan los efectos eufóricos, que te inyectan energía y te hacen reír a carcajadas, además de reducir tu estrés, tensión y mal humor, de seguro debes ir por una sativa pura o al menos un híbrido en donde predomine su genética sativa. Estamos hablando de landraces o variedades autóctonas de Sudamérica o Tailandia por ejemplo, tales como Colombian Gold, Punto Rojo, Wild Thailand, entre otras. También de híbridos potentísimos como Destroyer, Power Plant, Cotton Candy y toda la famosa y condecorada familia Haze. Plantas que en muchos casos superan las 12 a 16 semanas de floración, pero que para aquellos que tuvieron la paciencia de cultivarlas verán y disfrutarán de los efectos y sabores de auténticos frutos del paraíso.
Por la otra vereda nos encontramos con las variedades índicas, las cuales se originaron en lugares como India, Paquistán y Afganistán. Hablo de variedades que se adaptaron a climas fríos y hostiles, entregándonos frutos de llamativos colores, aromas y particulares efectos sedantes. Si lo tuyo es la absoluta calma, la pasividad, el relajo y el buen dormir, deberías consumir marihuana índica. El efecto clásico de una índica se expresa a través de un pesar en el cuerpo, en donde el consumidor entra en un estado de relax bajo un manto narcótico y sedante que lo mantiene hipnotizado. En otras palabras uno experimenta un “colocón”, más que “subidón” (en el caso de las sativas), lo que no quiere decir ausencia de grandes vuelos. Toda esta cualidad y capacidad relajante, se traduce directamente en un mayor efecto medicinal al momento de consumir una variedad índica pura o un hibrido con genética mayoritariamente índica.
Este tipo de marihuana se recomienda mucho para aquellos que tienen problemas para conciliar el sueño. También se utiliza para calmar dolores y relajar tensiones musculares, también para combatir la inflamación, reducir la ansiedad y estimular el apetito. A pesar de que la mayoría de las variedades índicas poseen estos efectos corporales, hay algunas que se manifiestan mentalmente de manera muy potente, o sea, sus efectos físicos van de la mano con efectos cerebrales de alto calibre. Es así como podemos mencionar variedades puras como Pakistan Valley, Hindu Kush, Mazar I Sharif y Afgani. También híbridos con mayor genética índica estables como Northen Lights, Sensi Star, Black Domina, Hash Plant, Bubblegum y toda la familia Kush. Pluralidad y diversidad son palabras altamente aplicables a nuestra querida cannabis. Toda la “magia” de los efectos de la marihuana pasa por una sinergia entre distintos componentes y nuestro propio cuerpo. La interacción de cannabinoides y terpenos produce un amplio ratio de efectos y sensaciones. Es como si la naturaleza confabulara para que podamos volar alto, como pájaros. Si quieres disfrutar de los beneficios de la cannabis, no dudes en informarte, buscar y escoger bien tu variedad. De seguro hay algo para ti y para todos. por Felipe Naranjo