Sin distinción entre cannabicultor y traficante
En medio de la prohibición y la represión federal, los cultivadores brasileños continúan luchando por la libertad de la planta. Prueban nuevos métodos de cultivo, seleccionan sus variedades y se esconden tras una catarata de seudónimos. Hablamos con varios de ellos para que nos cuenten qué hacen y cómo se esconden.
En medio de la prohibición y la represión federal, los cultivadores brasileños continúan luchando por la libertad de la planta. Prueban nuevos métodos de cultivo, seleccionan sus variedades y se esconden tras una catarata de seudónimos. Hablamos con varios de ellos para que nos cuenten qué hacen y cómo se esconden.
En medio de la prohibición y la represión federal, los cultivadores brasileños continúan luchando por la libertad de la planta. Prueban nuevos métodos de cultivo, seleccionan sus variedades y se esconden tras una catarata de seudónimos. Hablamos con varios de ellos para que nos cuenten qué hacen y cómo se esconden.
La cosecha de cannabis en Brasil siempre ha sido un gran reto. Sea por las leyes complejas y confusas, la falta de estructura y materiales disponibles en el mercado o incluso la falta de información sobre el tema.
Sin embargo, en los últimos años, el escenario parece estar cambiando rápidamente. El aumento de la violencia resultante de narcotráfico y la mala calidad del cannabis vendido en el mercado clandestin son factores decisivos para que el país viva un boom del autocultivo.
Surgieron revistas y sitios web que proporcionan información sobre el tema, tiendas especializadas en materiales de cultivo, y sobre todo una gran cantidad de personas dispuestas a cambiar el curso de esta historia.
Cosecha en Sâo Paulo
Una de estas personas lleva el apodo Donjamon, reside en Sâo Paulo. Hace cinco años decidió no recurrir más al tráfíco para obtener su marihuana. Cuando se fue de la casa de sus padres, en 2011, estudió todo lo necesario para armar su cultivo. Sembró las semillas de prensado.
“En la primera cosecha, que por desgracia no fue muy abundante, me di cuenta. Aquello que había fumado en toda mi vida estaba lejos de ser marihuana real”, dice. Durante la última cosecha Donjamon apostó por una diversidad de cepas. Las mantuvo 35 días vegetando, y entre 55 y 70 días en floración. El cultivo lo hizo al aire libre con suplemento de luz durante la estación de crecimiento. El cannabicultor sigue buscando la cosecha perfecta en un mar de problemas latentes. Entre ellos, las dificultades para poner en práctica lo que había aprendido en la teoría.
“En un primer momento empecé a buscar información en internet, algunas cosas pueden asustar al más desprevenido: pH, fotoperiodo, macro y micro nutrientes, son términos que pueden confundir e incluso alejar al cultivador menos persistente. Pero como con casi todo en la vida, el principio puede ser difícil, pero entonces las cosas empiezan a caminar casi por sí mismas”.
Pero hay cosas que no cambian tan fácil. La dura represión que existe en Brasil también fue una razón para llamar a Donjamon por su apodo y no por su nombre. “Aquí no hay distinción prevista por la ley para diferenciar usuarios de distribuidores. Y como el autocultivo es algo nuevo, algunos cultivadores terminaron siendo detenidos injustamente como traficantes. Si la cosecha era de interior, la condena era incluso peor. La noticia de los periódicos solía decir que se habían encontrado laboratorios para la producción de “super” marihuana, que no pasaban de pequeños cultivos”.
“Me molestó mucho al principio esta situación irregular. Pero luego me di cuenta que no hay ninguna razón para tener miedo si hacemos algo bueno”, dice tomando coraje.
Al Norte
Lejos de los grandes centros urbanos, otro cultivador brasileño nos cuenta su última cosecha. “Este año he utilizado una habitación con cuatro HPS 600w”, se enorgullece “Curubirra”, otro cultivador anónimo.
Curubirra siempre cambia el método y las formas de cultivo. El cambio es parte del aprendizaje y la búsqueda de una buena cosecha. “He trabajado con SCROG, SOG, cajas de cultivo, habitaciones grandes, macetas pequeñas y grandes. De hecho lo que te marca el método ideal de crecimineto son las condiciones propias del cultivo. Es importante tener espacio, tiempo, estructura adecuada y el acceso barato a los fertilizantes”.
Sobre su última cosecha Curubirra reveló que su aprendizaje principal fue hacer una siembra uniforme. “Cuanto mayor es la homogeneidad de las cepas mejores serán las probabilidades de golpear el punto máximo y cosechar el máximo de cada fenotipo. Lo ideal es trabajar siempre con una variedad a la vez, y de poco a poco ensayar con nuevas cepas”.
Por último, el cultivador norteño, dijo que los principales errores que cometió durante su aprendizaje fueron “hablar mucho, leer poco de la doctrina del cannabis, cosechar antes de tiempo y usar una gran cantidad de fertilizante. La lista es grande y algunos de estos errores todavía los cometo actualmente. La evolución es ardua”, agregó.
Flor de la vida
Desde el interior del país, Flor da Vida, otro cultivador también anónimo, dice que “mi última cosecha fue con una lámpara de 600w en suelo inerte. Usé macetas de 14 litros y tenía un rendimiento de 75 gramos por maceta, en promedio”, enumeró.
Sobre el método de fertilización y cultivo, el brasileño dice que “siempre trato de hablar con otros cultivadores sobre las nuevas genéticas, las que nunca cultivé, para averiguar cuál es el mejor método para aplicar. Siempre estoy abierto a nuevas experiencias, pero tiendo a usar siempre el suelo inerte o muy ligero”, agregó.
Hoy en día
A pesar de vivir una época turbulenta políticamente donde se trata de derrocar a una presidenta electa democráticamente, Brasil logró una importante victoria en 2015, cuando la importación de aceite de CBD fue autorizado para prescripciones médicas.
Aunque la utilización médica ayude en la aceptación de gran parte de la población, Brasil todavía está detrás de Uruguay, Chile y Argentina, ya que no tiene grandes ferias ni copas cannábicas. Sin embargo, el mercado se abre gradualmente y varios eventos comienzan a ser creados aunque no en público, debido a las duras leyes del Brasil.