Retrospectiva de macro y micro nutrientes vegetales

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28 Dec 2019

La historia de la agricultura, es la historia de la humanidad tratando de crecer, de alimentarse y de construir civilizaciones duraderas. Los macro y micronutrientes se descubrieron cuando la agricultura debía alimentar a la civilización Occidental en plena expansión colonial e industrial.


Hoy nos podemos dar el lujo de dosificarlos en casa para una planta de cannabis. Pero la historia de la agricultura es la del alimento. Todo ese conocimiento histórico acumulado ahora está disponible para cultivar marihuana. Pero al inicio se trataba de sobrevivir como especie y de expandir la civilización occidental en tierra y en agua. Algo que fue posible gracias al conocimiento de la función de los macro y micronutrientes en el reino vegetal.

Fue Justus Von Liebig, un prohombre de su época abocado al estudio del suelo, quien descubrió muchas de las cuestiones de la interacción y potenciación del reino vegetal. Por entonces, los economistas creían que exclusivamente la tierra generaba riqueza en la humanidad. Von Liebig fue el primero en poner la ciencia al servicio del reino vegetal, o más bien a los negocios que brotan desde el suelo. En su conferencia “La química en sus relaciones con la agricultura y el crecimiento de las plantas”, sentó la base para la fertilización y la nutrición mineral en el reino vegetal.

Desde entonces se entendió que las plantas no toman su alimento del humus, sino que lo absorben de las soluciones minerales presentes en el sustrato. Las sales minerales son los únicos y verdaderos alimentos de las plantas. La fermentación del humus genera fertilizantes inorgánicos, como el calcio o el magnesio disponibles, por ejemplo en las rocas o los huesos. Por supuesto que para una correcta asimilación de la planta es mejor la forma líquida.

En palabras de Von Liebig, “las plantas se alimentan exclusivamente de materia orgánica procedente de la descomposición del humus y de las sustancias minerales presentes en la tierra”.

El problema es que el agotamiento del suelo produce infertilidad. Por lo que deben restituirse varios nutrientes, entre ellos nitrógeno, fósforo, potasio y calcio. Así funciona la fertilización química clásica.

Con la teoría mineral, de Von Liebig, se logró explicar por qué eran tan útiles las prácticas de la agricultura tradicional y por qué eran tan productivos los suplementos como los huesos en polvo y el guano en todas sus variedades. Von Liebig también fue un grandioso investigador del guano de ave sobre todo. De hecho, fue uno de los grandes empresarios del guano de aquella época. Y tuvo una participación muy importante en describir la acción del nitrógeno en el reino vegetal.

El papel que juegan los elementos químicos en el desarrollo vegetal es el que nos guía para que no falte ningún elemento en el cultivo de cannabis. Si falta uno, esa ausencia imposibilita a los restantes nutrientes a producir el efecto deseado, algo que repercute contra una correcta acción nutritiva.

A mediados de siglo XIX los químicos del suelo descubrieron que hay elementos minerales asimilables y no asimilables por el reino vegetal. Luego de este aporte la atención de los investigadores (y mercaderes) se centró en la materia orgánica. En cómo se desarrollaba su ciclo y en los elementos minerales que arrojaba su descomposición, la interacción bacteriana, la fijación del nitrógeno y algunos otros asuntos.

Los químicos de la fertilidad entendieron que la fermentación se debe a la acción de levaduras y que cuando concentraciones altas de nitrógeno se fijaban al humus no quedaban disponibles para la asimilación de la planta. Entonces se comprendió que el humus tiene otras funciones en su interacción con el sustrato. Entre otras, que mientras brinda nitrógeno facilita la absorción del ácido fosfórico.

Investigaciones posteriores llegaron a demostrar que las plantas podían cultivarse en medios inertes humedecidos. Es decir, en una solución acuosa conteniendo todos los nutrientes necesarios para el desarrollo vegetal. Sobre la década de 1860 se comprobó que esto era posible. Algo que otras civilizaciones ya entendían. Pero el hombre blanco es auto referencial, terco y no le gusta lo que no entiende. Hay registros de este tipo de plantaciones con agua como conductor de los nutrientes en Babilonia y civilizaciones americanas pre colombinas.

Pero los lores europeos de la química vegetal instruyeron una disciplina a la que llamaron “nutricultura”. Fue la madre de la hidroponía. Enseñaron que se podían lograr rendimientos más o menos normales sumergiendo las raíces en la solución acuosa con nitrógeno, fósforo, azufre, potasio, calcio y magnesio. Estos elementos químicos de la tabla periódica son los que hoy conocemos como macronutrientes.

Investigaciones siguientes que se desarrollaron entre los siglos XIX y XX encontraron que el reino vegetal también necesita otros siete elementos, pero en proporciones más pequeñas. Ellos son los micronutrientes: como el hierro (Fe), cloro (CI), manganeso (Mn), boro (B), zinc (Zn), cobre (Cu) y molibdeno (Mo).

Los macro y micro nutrientes son elementos esenciales y con funciones específicas en el metabolismo de la planta. En nuestro ecosistema cannábico, y en cualquier otro, si los nutrientes escasean limitarán el correcto desarrollo del cultivo. En consecuencia, el suplemento adecuado de macro y micronutrientes incrementa de forma apreciable la productividad, el crecimiento y el desarrollo con vigor.

Con una cantidad suficiente de micro y macronutrientes garantizamos una buena parte de la necesaria resistencia de las plantas al stress, enfermedades, hongos y plagas. Una cantidad suficiente y una adecuada disponibilidad de estos nutrientes en el sustrato son fundamentales para el correcto desarrollo durante vegetación y floración.

La menor presencia y volumen de micronutrientes que macronutrientes en los tejidos vegetales implica que cada grupo de nutrientes activa o gestiona funciones diversas a lo largo del ciclo vegetativo y también tiene una relevancia capital en el metabolismo de las plantas.

Para nutrir el cannabis se recomienda humus porque se obtiene a bajo costo o incluso a costo cero si reutilizas los residuos orgánicos de la casa (ver páginas 39-40).

Si estás midiendo electroconductividad estás midiendo mucho de esto que estamos hablando. Si tienes un buen sustrato rico en macro y micronutrientes tienes mucho del ciclo asegurado. Buenos humos.

Macronutrientes y la salud del cannabis Macronutrientes Primarios Nitrógeno: Cada nucleótico del ADN contiene cuatro bases nitrogenadas. También es importante para el ARN. Es decir, sin nitrógeno no habría genoma vegetal. Ni vida vegetal o animal. Constituye proteínas, aminoácidos y forma parte de la clorofila. Es el nutriente que la planta más necesita en su proceso vegetativo. Fósforo: Juega un importante rol en procesos reproductivos. Es de gran importancia en la fertilidad y la maduración de los frutos. Potasio: Interviene en la fotosíntesis y en la retención de agua de los tejidos, participa de la síntesis de azúcares y proteínas. Aporta a la calidad de los frutos. Macronutrientes Secundarios Calcio: Cumple un papel fundamental, no sólo en la estructura del suelo, sino también en la mecánica y química del complejo absorbente. Muy influyente en la capacidad de asimilación de otros elementos considerados esenciales para la planta. Contribuye al vigor del espécimen y la formación de semillas. Magnesio: Imprescindible en las moléculas de clorofila. Azufre: Elemento básico en la formación de aminoácidos esenciales, enzimas y gluscósidos que dan los olores característicos al cannabis. Micronutrientes Hierro: Interviene en la síntesis de la molécula de clorofila y en la fijación de nitrógeno. Zinc: Compone el sistema enzimático, activa las enzimas. Manganeso: Activa algunas enzimas, libera oxígeno en la fotosíntesis. Boro: Participa en el metabolismo de los carbohidratos, en la utilización del calcio en la polinización y está presente en las membranas. Cobre: Forma la pared celular, compone ciertas enzimas. Molibdeno: Integra los sistemas enzimáticos, participa en la fijación del nitrógeno y reducción de nitratos. Cloro: Presente en la fotosíntesis y el almacenamiento de energía luminosa. Silicio: Auspicia la rigidez de las paredes celulares. Sodio: Regula la presión osmótica.

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