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CANNAMÉRICA DEL SUR
CANNAMÉRICA DEL SUR
Argentina: verde y albiceleste
Un juzgado bonaerense autorizó el uso de cannabis a un paciente que sufre el dolor de una neuropatía periférica por su infección de VIH. Para combatir los dolores, el paciente utiliza metadona cuyos efectos secundarios son perjudiciales. Pero ahora la justicia le dio luz verde al cannabis.
El Juzgado 13 de lo Contencioso de la ciudad de Buenos Aires, a cargo del juez Guillermo Schleiber, permitió iniciar el trámite necesario para que se importen a la Argentina los fármacos disponibles en otros países.
Schleiber sentenció a favor del uso compasivo de los medicamentos que solicitó el paciente del hospital Tornú de la ciudad de Buenos Aires. El principal argumento del magistrado fue que el Derecho "no puede ser insensible al dolor y al sufrimiento humano". También se refirió a la normativa que rige en Argentina manifestado que ciertas leyes "conspirarían contra un adecuado ejercicio y goce de derechos individuales como el de la salud, dignidad, intimidad o la autonomía".
La identidad del paciente no trascendió. Fue él quien interpuso un recurso de amparo. Siendo el recurso aceptado, será el gobierno de la ciudad, en su calidad de responsable del Hospital Tornú, quien debe pedir el permiso a la Administración de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT). Antes de eso será la Facultad de Medicina de la Universidad de la Plata que deberá dictaminar si los fármacos en base a cannabis son beneficiosos contra los síntomas o la enfermedad que el paciente padece. Todo indica que la Universidad dará el visto bueno, ya que están investigando en la temática del cannabis medicinal desde el año pasado formalmente. Si todos estos pasos se cumplen el paciente podrá recibir la medicación.
El fallo judicial argentino explica que a pesar de la prohibición el paciente consumió cannabis y notó importantes mejorías. El juez basó su resolución en que el “régimen de uso compasivo de productos médicos”, permite importar o usar productos medicinales que no están incluidos en la farmacopea “en situaciones clínicas que incapacitan o deterioran la calidad de vida” o “cuando no es efectiva la terapéutica convencional reconocida o se presenta intolerancia a los tratamientos existentes”.
Las normas prohibicionistas “conspirarían contra un adecuado ejercicio y goce de derechos individuales como el de la salud, dignidad, intimidad o la autonomía”, relató Schleiber, en su fallo.
La medicina puede funcionar en Argentina. Pero la política en es cosa dura. La derecha propone para las elecciones de octubre mano dura y la izquierda no dice ni palabra.
Brasil medita
En Brasil también están pasando cosas, siempre pasan. En 2009 un mecánico automotriz fue enviado a prisión por poseer unos 60 gramos de cannabis. El artículo 28 de la ley 11.343 criminaliza la compra, el porte o el almacenamiento de drogas para consumo propio.
El mecánico de 55 años apeló diversas sentencias, siempre desfavorables. Hasta que consiguió que la Corte Suprema brasilera tratara su caso en 2011.
Recién a finales de agosto los jueces se pronunciaron, algunas a favor, otros pidieron tiempo y otros en contra. Son once los jueces que integran el órgano y luego —de aprobarse el recurso— debe pasar por otro órgano para que ratifique la decisión. Todo indica que, como siempre pasa en estas arenas políticas, la cosa se dilatará en el mejor de los casos.
Los ministros deben evaluar si el porte y el consumo de cannabis es constitucionalmente admisible, lo que echaría por tierra la muy prohibicionista ley de drogas.
Además de los movimientos cannábicos en Brasil varios políticos ya se manifestaron por la descriminalización del uso de cannabis. Son casi la mitad del Congreso, según el relevamiento del portal de noticias G1.
El mundo espera
Sea cual fuere el destino de Brasil o de otros países latinoamericanos. Lo importante es que en abril de 2016 se realizará en Nueva York la Sesión Especial de la Asamblea General de Naciones Unidas, conocida como UNGASS. La convocatoria es exclusivamente para tratar el tema drogas. Estaba estipulada para el 2019 pero fue adelantada debido a la actualidad y urgencia de acordar líneas de trabajo en políticas públicas relacionadas a las drogas. También hay una presión generada por el desarrollo de experiencias novedosas en distintos países que rompen con la "solución única" de las convenciones de drogas.
En UNGASS saldrá un documento consensuado en relación al tema, hay expectativas de que se pida que finalice el oscurantismo —o con alguna parte de él— y que baje la represión contra los usuarios en la "guerra contra las drogas". Se perfila un debate interesante y profundo, particularmente en las instancias de preparación para dicha sesión donde participa la sociedad civil.