A la hidroponía dale aire y dale gas
Entender algunos conceptos básicos sobre el cultivo en contenedores e hidroponía resulta esencial para evitar problemas y recoger una cosecha abundante. A menudo los cultivadores de cannabis se despistan, dedicándose a diseñar y probar sistemas nuevos de cultivo y se olvidan de prestar atención a lo básico: el equilibrio entre el oxígeno y la solución nutriente. En este artículo, se distinguen el “cultivo en solución” del “cultivo en medio”, la “hidroponía” y el “cultivo en contenedor”, y está centrado en los niveles de oxígeno tanto en las soluciones como en los sustratos.
Cultivo en solución
El cannabis que se desarrolla en jardines de cultivo en solución hidropónica no emplea medio de cultivo. No obstante, hay jardines donde se inicia el cultivo en macetas pequeñas de rejilla con un puñado de sustrato. Ejemplos de cultivo en solución son la aeroponia, bubbleponics, el cultivo en agua (DWC), la técnica de flujo profundo (DFT), la técnica de película nutriente (NFT) y el cultivo en balsa de solución. Estos jardines requieren una bomba eléctrica que debe mantenerse en funcionamiento las 24 horas del día para que operen los goteros, emisores, difusores de aire (oxígeno), boquillas de nebulización y un buen filtro para asegurar que la solución quede libre de residuos.
Cultivo en medio
La hidroponía basada en un medio de cultivo utiliza un sustrato inerte, como lana de roca o bolas de arcilla expandida. El sustrato inerte no reacciona químicamente con los nutrientes. El cultivo en contenedores emplea un sustrato que no es inerte y reacciona químicamente con la solución nutriente; es el caso de las mezclas sin tierra, la fibra de coco, etc. El sustrato, ya sea inerte o no, realiza múltiples funciones: anclar las plantas, retener aire, agua y nutrientes para su absorción por parte de las raíces. El medio también contiene el precioso oxígeno, que resulta esencial para una absorción rápida de los nutrientes. Los medios de cultivo idóneos retienen abundante aire (oxígeno) y solución nutriente al mismo tiempo.
Las mezclas sin tierra y la fibra de coco son dos de los medios de cultivo más populares que se usan en el cultivo en contenedores. La lana de roca y la arcilla expandida son los sustratos que se utilizan más comúnmente en hidroponía. La solución nutriente llega al medio mediante inundación y drenaje, aporte desde arriba o mecha pasiva, que hace uso de la acción capilar. Los sistemas de cultivo en medio pueden clasificarse así: flujo y reflujo (inundación y drenaje), hidrorgánico, alimentación desde arriba (contenedores y planchas), riego a desecho y mecha (pasivo).
En el cultivo en contenedores y en muchos tipos de hidroponía, el aporte de oxígeno al medio de cultivo puede maximizarse. Lo que permite cultivar adecuadamente las plantas, con raíces sanas que absorban sus niveles máximos de nutrientes. Sin embargo, en el cultivo en solución es muy difícil, por no decir imposible, alcanzar de manera consistente los mismos niveles de oxígeno que en un medio de cultivo aireado adecuadamente. Las soluciones nutrientes bien afinadas pueden fomentar que las plantas desarrollen menos follaje vegetativo, hojoso, y cogollos florales más densos.
Los nutrientes hidropónicos —sales químicas diluidas en agua— que se mezclan y aplican de forma adecuada tienen la capacidad de proporcionar los niveles exactos de cada elemento para que las raíces tengan acceso a ellos y puedan absorberlos a máxima capacidad. La solución aireada es absorbida directamente o por acción capilar desde el medio de cultivo o por las raíces antes de drenar. Los nutrientes orgánicos—elementos y compuestos naturales— son más difíciles de controlar en el cultivo en contenedores que sus equivalentes químicos.
En la naturaleza, estos nutrientes suelen estar ligados en complejos compuestos biológicos que resultan difíciles de medir con precisión. Con independencia del método de aplicación de la solución nutriente, las soluciones nutrientes son de uso y desecho o son recirculadas para usarse una y otra vez, en lugar de desecharse tras un sólo uso. Los sistemas recirculantes tienen la complicación añadida de concentrar la solución nutriente y de que se acumulen los desechos de las plantas: raíces u hojas rotas, entre otros problemas. Los nutrientes están diluidos en agua en una solución para tierra o en una solución hidropónica para medios inertes.
En el medio (tierra, mezcla sin tierra, fibra de coco, etc.), se establece naturalmente una proporción natural de oxígeno respecto a la solución nutriente. Sin embargo, en la hidroponía que emplea lana de roca, bolas de arcilla expandida y demás ingredientes orgánicos, esta proporción debe crearse. En cualquier jardín hidropónico donde las raíces estén cubiertas de solución nutriente todo el tiempo es muy fácil fallar. Porque el contenido de oxígeno depende de la oxigenación artificial de la solución. El oxígeno es empujado o trasladado a la tierra, las mezclas sin tierra, se disuelven en la solución hidropónica, desde donde pueden llegar a las raíces. Si las raíces se secan, el movimiento de oxígeno queda restringido, especialmente si el nivel cae por debajo de la presión crítica de oxígeno (cantidad de O2 disuelto en la solución).
En el cannabis, la presión crítica de oxígeno es el punto en que la respiración empieza a ralentizarse debido a una falta de oxígeno, alrededor de 20 mg/lt.*. Las puntas de las raíces son muy activas y tienen requerimientos energéticos relativamente altos, casi como los seres humanos; pero por debajo de la presión crítica de oxígeno, esta actividad se ralentiza. Con un nivel máximo de agitación, la cantidad de oxígeno disuelto apenas basta para cubrir las necesidades de O2 y para acercarse todo lo posible a 60 ppm, el oxígeno ha de difundirse en la solución, típicamente con una bomba eléctrica de aire.
En las zonas de las raíces más viejas, esta falta de oxígeno se convierte antes en un problema, a niveles más bajos, ya que su absorción se reduce al 10% de las puntas. La parte interna puede volverse anóxica (deficiencia severa de oxígeno) o hipóxica (deficiencia de oxígeno que provoca una potente acción para corregir la deficiencia), matando las raíces o afectando a su funcionamiento.
La mejor manera de conseguir una aireación máxima consiste en no cultivar de forma que el agua cubra las raíces todo el tiempo, sino dejando un tiempo para que las raíces se sequen. En este tiempo, la solución sigue disolviendo O2 en la superficie de las raíces a niveles más altos mientras el aire tiene acceso y no hay agua. No se necesita más aireación extra que la producida por agitar el depósito de solución nutriente. La cantidad de oxígeno que precisa el sistema de raíces también será absorbida en la superficie de las raíces. *Lincoln Taiz y Eduardo Zeiger Plant Physiology 3rd Ed., Sinauer Associates, Inc., Sunderland MA, 2002 pág. 616-617 afirma 20 mg/l de media.