It´s not DEAd

La DEA mantiene al cannabis en la lista de las drogas más peligrosas.

A principios de este año, la oficina antidrogas de Estados Unidos (DEA) puso a consideración el lugar de la marihuana en su lista de peligrosidad, a pedido de los ex gobernadores de Rhode Island y el estado de Washington. En esta coyuntura, los movimientos estadounidenses a favor de la legalización tenían expectativas reales de que se diera un cambio de mentalidad en la autoridad máxima del combate a las drogas. Pero una vez más, fue tan solo una ilusión.

Mediante un comunicado el Director de la DEA Chuck Rosenberg informa que la marihuana "debe mantenerse en la Categoría 1 de sustancias bajo la ley de Sustancias Controladas". Esta categoría la comparte con la heroína, éxtasis, LSD, Peyote, entre otros y define a estas sustancias como aquellas que carecen de un uso médico actualmente aceptado y tienen un alto potencial de abuso.

El Director de la DEA despachó las expectativas de los usuarios argumentando que "no existe evidencia de que haya consenso entre los expertos cualificados de que la marihuana es segura y efectiva para el uso a la hora de tratar una enfermedad específica y reconocida".

Las repercusiones no se hicieron esperar, el congresista por Oregón Earl Blumenauer sostuvo que "mantener a la marihuana en la Categoría 1 es la continuación de un enfoque caduco y fracasado". Alertando que al día de hoy, los pacientes, consumidores y empresarios se encuentran atrapados entre las leyes federales y estatales.

La única arista positiva de este comunicado es que la DEA permitirá en el futuro que más universidades puedan cultivar marihuana con fines científicos. Hasta ahora solo cuenta con esta autorización la Universidad de Misisipi.

Pese a que la DEA ya no realiza redadas en dispensarios donde las leyes estatales permiten su uso medicinal, sigue sosteniendo que la ley federal está por encima de las reglamentaciones estatales, reservándose la potestad de realizar decomisos, si así lo cree conveniente.