Idas y venidas del cannabis legal en el Congreso y en la calle
A 66 años de que se inició formalmente la prohibición del cannabis en Chile el proyecto de diputados para regular al cannabis sigue durmiendo, nadie lo quiere. La Federación de Asociaciones Cannábicas sigue su rumbo agrupando clubes de cultivo y dispensando recetas y cannabis. Este grupo es de las pocas lucecitas que están prendidas para avanzar.
El 30 de marzo de 1961 y bajo el gobierno de Eduardo Frei Montalva, Chile inició el camino de la prohibición de las drogas. A casi 60 años de ese hito, y en el mismo lugar donde se fundó la ciudad de Santiago, usuarios y cultivadores de marihuana, iniciaron el trámite legal de la conformación de la Federación de Asociaciones Cannabicas de Chile (FENAC).
Sin duda, es un paso impensado considerando cómo la política pública ha enfrentado el tema del uso de sustancias psicoactivas, desde que nuestro país suscribió la Convención Única de Estupefacientes en Nueva York, que obliga a todos los países a ratificar la guerra contra las drogas, dejando fuera de la prohibición, el alcohol y el tabaco.
El 4 de agosto del 2017, en la Municipalidad de Santiago, dos clubes cannabicos, ACCI y Greenlife, junto a la ONG Latinoamérica Reforma, representando además al Club BOCI de Arica, ratificaron con sus firmas, la conformación del directorio de la Federación, mientras 14 nuevos clubes esperan integrarla.
Desde el 2005 a la fecha, con la primera marcha “contra el narcotráfico…cultiva tus derechos”, la presión de la sociedad civil por despenalizar el uso de la cannabis, ha ido en aumento con distintas estrategias que han significado avances y también retrocesos. Mientras, el proyecto de modificación de la Ley 20.000 de drogas, duerme profundamente en la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados en el Congreso. Su antecesora, la ley 19.366, fue sustituida durante el gobierno de Ricardo Lagos, siendo un proyecto impulsado por el ex presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle.
La novedad que introdujo el nuevo reglamento, fue el concepto de “microtráfico”, es decir, que penalizaba la comercialización de pequeñas cantidades de drogas y dotaba además a los jueces de la posibilidad de rebajar o aumentar las penas debido al mérito particular del “imputado”. En el gobierno siguiente y durante la administración Bachelet, se promulgó el Decreto Ley 867, un reglamento que categoriza las drogas según el grado de daño a la salud, toxicidad y dependencia física o síquica que provocan. La marihuana quedó en la lista 1, compartiendo espacio con sustancias como la morfina o la cocaína. Las cifras de detenidos por ley de drogas para el 2012, llegó a ser de 80 mil personas en Chile, siendo el 79,4% por consumo, porte o cultivo y sólo el 18,9% por tráfico.
Modificación de la 20.000
La primera iniciativa que surgió desde el parlamento para legalizar el uso de la cannabis en Chile se remonta al 2003. El ex senador Nelson Ávila presentó un proyecto que buscaba “combatir el narcotráfico” a través del cultivo para uso personal y evitar que los usuarios recurran al mercado negro para abastecerse. Sin embargo, la iniciativa no pasó más allá de un polémico acto mediático en donde el parlamentario se presentaba en las pantallas de los noticieros junto a una planta de marihuana.
El 2012 los senadores Lagos Weber y Fulvio Rossi arremetieron con un segundo proyecto de ley que permitía el cultivo, sin obtener ningún resultado positivo, aunque en una entrevista en el diario La Tercera, Rossi reconoció abiertamente que consumía marihuana. Durante esos años hubo un par de casos de personas allegadas a la farándula nacional que fueron sorprendidos con cultivos de plantas de cannabis, lo que conmocionó a la opinión pública y puso el debate en la agenda mediática.
El caso del Dr. Milton Flores y Paulina González, de Triagrama, marcó un hito sin precedentes por cuanto fueron absueltos por la Corte Suprema en el fallo 4949 del 2015, reconociendo la legalidad de un cultivo colectivo para uso personal con fines espirituales. Ellos mantenían en su casa 116 plantas.
Un año antes, Fundación Daya consiguió que se le otorgara el primer permiso de parte del gobierno, para un cultivo legal de marihuana con fines de investigación medicinal, para pacientes con cáncer, en conjunto con la Municipalidad de La Florida, proyecto que aún no ha entregado resultados concretos, pese a que se extendió a muchos otros municipios años después.
La información es gris, dicen que tiene un medicamento que lo están probando con enfermos de cáncer. Pasaron tres años desde que se puso a rolar el mecaniso de dispensación de Daya y todavía no sabemos ni cuantos pacientes han atendido o cómo viene el estudio. Extraoficialmente se habló de que el medicamento. Entre tanto, 132 médicos suscribieron una carta por el uso medicinal de la cannabis y la ONG Latinoamérica Reforma, dirigida en ese momento por el Dr. Sergio Sánchez Bustos, instaló una consulta médica especializada en tratamientos cannábicos.
Ese año la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados del Congreso, redactó un proyecto de ley que legalizaba el uso recreacional de la cannabis, estableciendo la posibilidad de cultivar en casa un máximo de seis plantas y portar hasta 10 gramos de marihuana. Se aprobó en Sala. Los activistas, que en un principio miraron con buenos ojos la iniciativa parlamentaria, comenzaron a criticar el proyecto que imponía restricciones, mientras que la actual ley 20.000 no es clara respecto a límites en cuanto a cantidades de cultivo y porte. Incluso, los artículos 4, 8 y 50 permiten el uso personal y medicinal. A partir de este momento es el fiscal quien debe presentar medios de prueba de narcotráfico, pues la sola existencia de plantas no constituye delito.
Poner números y límites significaba un retroceso, mayor control y dejaron de apoyar la iniciativa e incluso se opusieron al proceso legislativo que se estaba llevando en pos de la “legalización”. Esto no hizo más que empeorar las cosas cuando el gobierno de Michele Bachelet ingresó sus indicaciones, rebajando la tenencia a una planta de cannabis y dos gramos de porte en especie vegetal. A partir de ahí, el proyecto descansa en la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados y no se ve mucho interés por continuar con la discusión.
Cronografía del cannabis nunca legal
Año 2015 • La Comisión de Salud de la Cámara de Diputados aprueba discutir la legalización de la marihuana, modificando la ley 20.000 de drogas y estupefacientes. • La Cámara de Diputados aprueba que la Comisión discuta el proyecto de ley. • El proyecto vuelve a la Comisión. • La Comisión propone un máximo de cultivo de 6 plantas de cannabis y 10 g. de porte de materia vegetal. • Los activistas rechazan el proyecto por encontrarla restrictiva. • El gobierno introduce modificaciones al proyecto rebajando a 1 planta de marihuana y 2 g de porte. • Hasta el día de hoy el proyecto sigue en la Comisión y no se ha vuelto a discutir el proyecto.
De continuar adelante con la propuesta la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados debería despachar el proyecto para discusión en Sala. Si no hay acuerdo de la mayoría de los diputados, debe volver a la Comisión y volver a la Sala hasta que sea aprobada por la Cámara Baja. Ratificada por los diputados, debe pasar a la Comisión de Salud de la Cámara de Senadores. La Comisión de la Cámara Alta debe discutirla, hacer o no indicaciones y despacharla a Sala. Si no hay acuerdo de la mayoría de los Senadores, debe volver a la Comisión y volver a la Sala hasta que sea aprobada. Aprobada por la mayoría de los Senadores, debe ser promulgada como ley de la República por la presidenta. por Mariela Hernández de Latinoamérica Reforma