Facu Santo Remedio, influencer: "un explorador cannábico fiel a sí mismo no se detiene"

08 Feb 2023

Facu Santoremedio usa las redes a favor de los cultivadores y la industria cannábica de Uruguay. En cinco años se ha consolidado como una voz activa, con su buena onda, astucia, inteligencia, humor y ética ha llevado al cannabis a otra dimensión de la comunicación en redes sociales. Ser influencer cannábico es una responsabilidad que le interesa y alimenta con pasión. Aprendió a confiar en su trabajo y quiere la unión de los cultivadores. “La planta es un portal y si tenés habilidad suficiente y sensibilidad para dejarte llevar tenés el camino ganado”, dice Facu que se ganó su camino pero está lejos de dejar de caminar ayudando a la comunidad a matar tabúes y celos.


Por Lucío Larsen.
Fotos: Reinaldo Altamirano.


Facu Santoremedio es un storyteller, un contador de historias que hace cinco años es la cara de la marihuana uruguaya en Instagram. Ahora prepara “Flowers in the Night” un documental sobre la regulación en Uruguay donde trabaja en la producción.

En sus reels se lo ve suelto, de la misma manera que visita growshops, publica un documental sobre los abusos que se habilitaron en Uruguay contra los cultivadores a partir de un reciente cambio en la normativa penal. Ningún espacio de lo cannábico le es ajeno. Es un todo terreno cannábico. Se mueve con soltura lo mismo que para hacer un sorteo que para mostrar un cultivo o entrevistar a un master grower.

De día le gusta fumar una Sour Diesel que convida, sabe exquisita y suave. “Es una sativa plena que nos deja charlando y activos para la mañana”, dice mirando el canuto. En la noche “fumo 24k, es más Tangie, me gusta como queda mi boca y su retro gusto. Me fumo dos o tres pitadas y puedo estar un rato tranquilo porque el gusto me va a quedar, es un porro que me acompaña”, dice con satisfacción.

Su estilo horizontal es el de un fumador cannábico cualquiera. Pero uno, como él, con formación actoral, con humor, sensibilidad y también con bronca para denunciar lo que anda mal.

Facu empezó a ser conocido en el Río de la Plata tras haber ganado el reality show “Despedida de Solteros” de la televisión argentina en 2017, en Uruguay concursó en Master Chef Celebrity, también fue host de un documental para Discovery Channel, ha actuado en varias películas y nunca abandonó su pasión por el teatro. De hecho, el día caluroso de diciembre cuando nos sentamos a fumar porro y hacer esta entrevista en una plaza de Montevideo era la última función de “Mi noche triste” una obra de teatro que ha recorrido bares de Montevideo durante nueve años donde actúa.

El teatro es la arcilla que Facu ha moldeado. “Fui acomodando mi cuerpo, mi voz, mi gestualidad, para contar historias”, dice confiado. Lo de “santo remedio”, su alter ego artístico, viene “por la versatilidad, la resolución. Todos tenemos que ser un santo remedio: calzarse los pantalones, hacer lo que hay que hacer, porque no lo va a hacer otro. Y si sentís que lo estás haciendo bien es que lo tenés que hacer. Por más que sea difícil, no haya plata o te digan que no: santo remedio”, dice mientras fuma la Sour Diesel súper rica que convida. Un santo remedio.

La marihuana según Facu Santo Remedio

El cannabis para Facu ha sido algo cambiante. Primero fue un signo de rebeldía ante los padres. “Hoy para mi es unión, experimentación, la planta me ayudó a conocerme, a usar el tiempo de otra manera. Yo vivía en otra máquina. Ahora me hago el rato con la planta y siento que me tranquiliza, hace que el tiempo rinda más y corro mucho menos. Siento que me manejo con otros ritmos mucho más placenteros. Eso fue por conocer la planta y aprender a consumirla, sin abusar de ella. Además, me hizo conocer gente que tenía que seguir conociendo. La planta es un portal y si tenés la habilidad suficiente y sensibilidad para dejarte llevar por ese portal tenés el camino ganado”, explica a Soft Secrets.

Desde que es influencer cannábico se ha fumado la tarea muy en serio. Cinco o seis años atrás empezó a pensar que había un espacio para alimentar en las redes sociales sobre la actividad cannábica, las cosas buenas, los problemas y mostrar una pujante y diversificada industria que necesita una cara para mostrar sus marcas.

Facu es polifacético. Ha presentado la mini serie documental “Legal”, en coproducción con los genios de El Planteo que muestra la vida de varios cultivadores y cultivadoras del Uruguay.

 

Facu Santo Remedio.
Facu Santo Remedio.

La carrera de Facu es amplia para sus 36 años. Basta decir que la revista de negocios Forbes lo eligió como unas de las personas de habla hispana más influyentes en el mundo cannábico. Por todo eso, pero sobre todo por ser buena gente, buena onda y muy divertido es que les queríamos presentar a Facu Santoremedio, que ya es un amigo de la casa.

­­–¿Cómo y por qué empezaste a comunicar sobre marihuana?

­–Empezar a comunicar sobre faso fue accidental. Cuando quise informarme en Uruguay no había nada. Se había regularizado y si querías acceder a buen faso como usuario no había información. Entonces hice un primer video en enero de 2018, con el miedo de comunicar sobre cannabis y que las marcas se me iban a borrar, tenía miedo de comunicar sobre drogas, pero al lanzarme entendí que se reconocía. Me decían: “qué buena forma y qué bien que estés hablando de algo tabú sin hablar como tabú”. Ahí pensé en seguir haciéndolo. Así empezó la exploración que no voy a detener nunca.

­– ¿Qué imagen tenías de la marihuana?

–En el barrio siempre había marihuana y mi hermano siempre plantó y tenía, pero no había probado de clubes. Sabía que había, pero no tenía amigos que fueran socios, era algo raro. Era difícil acceder, la información era bastante reservada. En un momento fumé algo rico, pregunté qué era, quién lo había cultivado. Me dijeron que era tal cosa y me señalaron a Mati Jardi que es un gran cultivador y terminó siendo gran amigo y otro amigo que cultivaba en Punta del Este.

La imagen que tenía del que hace el porro era otra, vinculada a la violencia, a lo oscuro. Estos pibes iban al mismo colegio que yo, cantaban las mismas canciones. Se derrocó esa idea de que lo vinculado al porro era denso. Y ahí conocí, me interesé, filmé una vez y entré en el mundo.

–¿Cómo es interpretar lo que la gente piensa, lo que circula en el mundo cannábico y comunicarlo?

­–Últimamente han ocurrido años de revolución más bien política sobre el cannabis con el cambio en los derechos y la reinterpretación de la regulación que criminalizó un montón de situaciones.[1] Pero los cultivadores defienden el derecho que tienen a cultivar. Venimos de la tierra, la tierra es nuestra no existe nada de maldad. Es una planta y dentro de ella hay un mundo maravilloso, diverso, con muchas aristas y del que todavía sabemos poco.

La comunidad cannábica dice que estamos en una etapa donde los egos se están puliendo. Creo que vamos a entrar en una fase de unión, de confraternidad, donde se comparta la información que tienen los cultivadores de forma individual. El cultivador es capaz de no salir de su casa durante meses y cultiva su sabiduría desde ahí. Estamos en un proceso de juntarnos y escucharnos más para hacer esta cultura más fuerte. Tenemos las herramientas.

–¿Hay miedo de quedar expuesto?

–El miedo todavía existe y se siente.

–¿Te llamas influencer?

–Me tuve que amigar con la palabra. Yo nací en 1986, no tuve internet durante mucho tiempo y generar ideales no pasaba por la virtualidad. Lo de influencer se dio un poco como consecuencia de ganar un reality show, de estar haciendo videos casualmente en aquel momento, fantaseando con lo que me gusta: contar historias y compartirlo. Esa era mi forma.

Cuando entre al barullo del cannabis, recién se estaba instalando que había influencers, que no eran periodistas, que no eran comunicadores, que no trabajaban ni para radio o tele. Eran influencers, que ni siquiera tenían canales de YouTube, sino que usaban redes sociales del teléfono. Ahí me amigué. Al principio no entendía.

Influenciar es muy poderoso. Hay una línea delgada entre influenciar y manipular. Es tremenda interpretación. Pero después es algo que me atribuí, tiene una carga. Pasó a ser una responsabilidad. Elegí ese lugar, como actor y para contar historias.

­–¿Y te sentís a gusto?
–Me siento a gusto, aunque me costó entrar porque la información a veces es muy reservada y la gente tiene muchos secretos que quieren mantener como tales, acceder a ciertas personas no es muy fácil pero a base carisma, buena onda, compresión y sabiendo que mi objetivo es comunicar fui abordando, conociendo y encontrando lugares para que el trabajo se pueda lucir y ayudar a la comunidad a seguir matando tabúes.

–¿Te sentís un medio?

–Hay un medio y es una gran responsabilidad decirlo porque siempre vas a uni direccionar tu forma, porque somos subjetivos en nuestro pensamiento y accionar.

–Conectas con lo subjetivo de la gente…

–Total. Conecta con la sensibilidad y la idea. Por eso hay que ser fiel a uno y si algo no te parece debemos tratar de manifestarlo de alguna forma. Quizás a Zutano y Mengano no le gusta tu forma, pero también se trata de eso, de convivir en la diferencia. Siento que desde la comunidad se construye y esto de ser voz de mi comunidad me gusta. Entiendo que es una gran responsabilidad y me interesa tomarla.

­–¿Qué enseñanzas te dejaron los reality show?

–Me enseñaron a confiar. A que me paraba a y hablaba confiado. En Argentina el cannabis era más tabú que acá. En esto de elegir dónde pararme yo me paré desde el lado del consumidor. No tengo problema. Defiendo también del consumo de cualquier otra sustancia. Ese rol me hizo confiar para después reproducirlo de manera independiente.

Ese Facundo militante empieza a nacer ahí. Teniendo mi bandera para defender. Crecí en situación de privilegio de ser hombre heterosexual, blanco, flaco, todo… Mis luchas van por otros lados, por la libertad. Nunca me sentí parte de una minoría que tenía que luchar, mi causa fue el derecho al consumo. Si lo que hago no jode a nadie… ¿por qué no hacerlo? La prohibición no es el camino para nada.

–¿Como ves la industria en Uruguay?

–Hay un gran negocio. Pero el cannabis no es una planta para producir en masa. Necesita otro cuidado del productor artesanal. La producción en masa pierde la esencia del trato con planta que es clave para el resultado final.

Hay una sola empresa que ganó dinero en la exportación de CBD. Las que intentaron no llegaron. Les pasaron un montón de cosas por no tener experiencia y por pensar que es una industria que se puede replicar tan fácil como la agroindustria y no es lo mismo, es otra cosa. El trato con el suelo tiene que ser otro, el trato con el usuario tiene que ser otro y la forma que consumimos va a ser otra. Al final todo lo termina manejando el capitalismo.

–¿Qué historias te gusta contar?

–Me gusta contar historias de gente que me motive, me motivan los emprendedores, de lo que sea, gente que decide hacer, que es muy buena, que lo sabe hacer y vender, que le encuentra valor a lo que hace.

–¿Ese es el sentido de ser emprendedor?

–Sí, quizás les chupo un poco de energía para eso. Para no bajar los brazos. Comunicar cannabis en el mundo de las marcas tradicionales está mal visto. Podés hacer reels de whisky, pero de porro está mal visto.

–Está mal visto y sin embargo tenés 75 mil seguidores…
–Sí. Y es divina la gente. Con muchos de ellos pude discutir, me tiran buena vibra y aprendí a nutrirme de esa buena vibra.

–¿Qué aprendizajes te dejó la serie documental “Legal”?

­–En “Legal” fue el primer proyecto conocí a varios cultivadores y todos hablaban de las formas de aprovechar la planta. Y lo que decía uno se complementaba con lo que decía otro. Al principio aparecía el tema del ego: que aquel no sabe nada, que el otro no sé qué.

Pero yo creo que aquel, que quizás no sepa de esto, sabe de esto y de eso otro. Y otro que nunca presentó un porro en una copa es porque no le interesa, capaz que aquel está en otro plan. Y nadie se plantea cómo aprender entre todos. La aproximación al otro siempre es como cuidando la chacrita. Hay que desatar los nudos, la cuerda es mucho más larga si está desatada y hay para todos. No hay tanta diferencia entre vos y vos. Aquel tiene tal información, vos tenés otra, hagan acuerdo, ganan ambos. Hay que tratar de encontrar espacios juntos.

 

[1] Se refiere a la aprobación de la Ley de Urgente Consideración en Uruguay que hizo inexcarcelables los delitos de drogas. Y que se ha usado para caerle a con mucha dureza a cultivadores desde que asumió el gobierno de derecha de Luis Lacalle Pou que paradójicamente fue el primer político en presentar un proyecto de ley para regular la marihuana en 2011.