Deja la maceta quieta que ella se arregla con el Sol
El fruto del cannabis será una expresión de sus cuidados.
De sus nutrientes y su genética. Pero también de la luz que reciba. La reacción de la planta a los estímulos lumínicos es lo que se conoce como fototropismo. Cuando una planta crece hacia la fuente de luz se dice que hay un fototropismo positivo. Cuando lo hace en otra dirección, algo muy, muy raro en las especies cannábicas se dice que hay un fototropismo negativo. Hay varios tipos de “tropismos” en las plantas, es decir de movimientos. Por ejemplo, para que las raíces avencen en el sutrato existe lo que se llama gravitropismo. O sea, el moviento hacia el centro de gravedad de la Tierra. Pero ese es otro tema. Son las auxinas, unas hormonas que aprovechan no solo el movimiento de la planta sino la reproducción celular en algún sentido. Son hormonas que delimitarán su fisiología. La auxina está sobre todo en el ápice de la planta de cannabis y también en las raíces. Los estimuladores de crecimiento se aprovechan de ella para estimularla.
Pero si hablamos de fototropismo y cannabis basta saber que es relevante dejar a las plantas en una orientación seleccionada en función del movimiento del sol en exterior. Y de las características del cuarto de cultivo en interior. Si permanentemente estamos rotando las plantas se estresan. Es un error muy habitual en cultivadores novatos. He visto algunos que de tan obsesivos las rotan varias veces en el día. Lo hacen bajo un supuesto falaz. De que las matas al recibir más luz en distintas zonas desarrollarán mejor el crecimiento. Falso. Para las planas es un trabajo en sí mismo buscar su orientación al sol. Y hacen una tarea desgastante buscando una y otra vez su punto medio. Así que déjalas quietas, elige una posición y espera paciente que el sol y la mata hagan lo suyo. Y aprende a controlar la altura antes que crezca demasiado.
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