Árbol sin raíz no aguanta parado
Conseguir un buen sustrato es clave en el vegetativo. Por eso debes conseguir un compost de calidad y tener cuidado al momento de trasplantar.
Conseguir un buen sustrato es clave en el vegetativo. Por eso debes conseguir un compost de calidad y tener cuidado al momento de trasplantar.
Conseguir un buen sustrato es clave en el vegetativo. Por eso debes conseguir un compost de calidad y tener cuidado al momento de trasplantar. Las raíces son la clave de un buen crecimiento. La elección de la variedad tampoco es menor. Sé limpio, sé sabio, dale espacio a tu nena, lo va a necesitar.
El período vegetativo es el momento más importante y crítico del cultivo. Y lo es por dos cosas. La primera fase es crucial, por entonces se define la estructura de nuestra planta que debe madurar y soportar sus frutos. El segundo momento es también crítico y tiene que ver con los problemas que puede tener la planta, ya sea climáticos o por un mal proceder al cultivarla. Cuando la planta recién nace y aún es pequeña cualquier descuido nos truncaría el cultivo.
Debemos tener en cuenta el sustrato, debe ser rico en materia orgánica, estar aireado, su pH necesita ser neutro y debemos darle buenos lúmenes solares a la planta. La formación de follaje y ramas está directamente relacionada con la cantidad de lúmenes que reciba la planta. Las horas de luz y los nutrientes disponibles de nuestro sustrato serán la clave para una buena cosecha. Solo cuando las plantas jóvenes alcancen su madurez sexual decidirán seguir creciendo o comenzar a florecer, y eso se logra según las horas de luz que reciban.
Que la planta germine y enraíce óptimamente es fundamental. Para que una planta crezca sana y vigorosa necesitamos mantener el sistema radicular sano, para ello es importante el medio de cultivo. El sustrato debe estar aireado y ser liviano, es importante no sobrepasarse con el riego. A medida que nuestra planta va creciendo semana a semana, va demandando mayor cantidad de agua debido a que sus raíces crecen día a día.
Trasplantar
Debemos trasplantar cuando notamos que nuestra planta está decaída porque solicita cada vez más agua. Por eso, ha dejado de crecer y comienza a mostrar las carencias en las partes bajas del follaje. Al trasplantar necesitamos que nuestro sustrato esté medianamente seco y así desmoldar con cuidado al trasplantar a una maceta o al suelo, tratando que las raíces no se expongan al sol, lo aconsejable es hacer trasplantes nocturnos. Cuando llega el verano las niñas empiezan a sentir calor y es necesario darles una buena maceta, sin excederse en el riego ni en fertilizantes.
Hay que tener en cuenta que el crecimiento vegetativo de una planta es diferente si se trata de especies provenientes de esquejes o de semillas. Las plantas que nacen desde semilla tienen que crecer y desarrollarse hasta cierto tamaño antes de alcanzar la madurez adecuada para comenzar su ciclo de floración.
Si vas a hacer un cultivo en tierra directa, busca una planta ya constituida de por lo menos cinco a seis nudos al momento del trasplante. Es bueno hacer una base firme, es decir cavar un buen pozo y trasplantar, siempre teniendo en cuenta las recomendaciones anteriores sobre las características del sustrato. Notarás grandes diferencias dependiendo de si cultivas en maceta o en tierra directa, la producción más notable es el cultivo directo al suelo.
Con las semillas y en exterior, no hay por norma general ningún tipo de problema ya que la planta sigue su proceso natural. El problema radica en los esquejes. Si queremos sacar un esqueje de interior para que florezca en exterior tenemos que tener en cuenta que el esqueje es una planta madura y por tanto es mucho más sensible a los cambios lumínicos. Los esquejes se hacen de plantas madre sexualmente maduras, una vez enraizados florecen inmediatamente si el ciclo de luz lo permite y es lo que pasa con el fotoperíodo que tenemos en nuestras latitudes.
Para calcular qué espacio va a ocupar nuestra planta tenemos que tener en cuenta la genética empleada. La variedad elegida es clave para estimar la duración de un cultivo exterior. Debemos distinguir tres grupos dentro de las variedades. Los dos principales, índica y sativa y los híbridos.
Las variedades índicas suelen estar listas para cosechar a mediados de abril. He llegado a tener índicas puras y cosecharlas a fin de marzo. Los híbridos, debido a su mezcla tienen duraciones muy diferentes, según su porcentaje de índica y sativa, tardará más o menos en estar preparada para la cosecha. Se suelen empezar a cosechar a mediados de abril. Las variedades sativa tardan mucho más que las anteriores. Son variedades de origen tropical y subtropical. Hay variedades que pueden necesitar entre 10 y 14 semanas de floración. Este tipo de plantas empieza a cosecharse durante mayo.
Una buena base
Las características de un buen sustrato es que sea liviano, aireado, rico en nutrientes y que mantenga la humedad. Por eso necesitamos un buen espacio entre planta y planta, ya sea en tierra directa o maceta. Es una buena manera de maximizar la producción y que cada una de nuestras plantas obtenga la mayor cantidad de lúmenes posibles.
Nuestra tierra debe tener una buena textura. Tenemos que conseguir que no sea ni arcillosa ni arenosa, lo ideal es un equilibrio de las dos más algo de esponjosidad obtenida con los materiales orgánicos y algún componente para airear. Por eso, recomiendo para el sustrato vegetativo un 40% de compost orgánico, 40% de humus de lombriz y el resto porcentajes variables de perlita, turba y vermiculita. Si el sustrato es rico en materia orgánica mejorará la textura del suelo y beneficiará el desarrollo de las raíces.
En la fase vegetativa, como en floración, disponer de un buen compost nos da una planta fuerte y sana. Para ello conviene compostar cenizas de madera (sin pintura ni barniz) que son una buena fuente de potasio. La cáscara de banana es un importante reservorio de fósforo y potasio, se descomponen rápidamente y ayudan a activar lentamente el compost.
La cartulina, periódicos y papel triturados, sin colorantes químicos, se remojan y mezclan en el compost. Son productos ricos en nitrógeno. Las malezas también son una buena fuente de nutrientes. Siempre es mejor utilizarlas en verde y sin indicios de gérmenes. Las malezas perennes deben ser secadas antes de agregarlas al compost. Pequeños trozos de lana, algodón, fieltro y seda, siempre y cuando no sean sintéticas ni mezclas, pueden compostarse. Plumas y pelos mantienen la humedad y son muy ricos en nitrógeno.
Al heno y la paja conviene triturarlos y remojarlos. Son una muy buena fibra, generalmente alta en carbón. La paja es mejor para la circulación de aire pues los vástagos son huecos y derechos. Las hojas también conviene triturarlas y remojarlas. Tienden a ser levemente ácidas, así que ojo con el pH. Son una fuente excelente de carbón. Conviene mezclarlas con material rico en nitrógeno, como la alfalfa o los residuos de remolacha, buena fuente también de magnesio y calcio.
No hay excusas. Llegó el tiempo de plantarse.