Cannabis jeans

Soft Secrets
18 Aug 2016

Emprendimiento textil colombiano apuesta a las prendas de fibra de cáñamo


Emprendimiento textil colombiano apuesta a las prendas de fibra de cáñamo En medio de las noticias de la legalización de cannabis medicinal y recreativo, pasa casi desapercibido otro uso ancestral de la planta: el cáñamo industrial. La fibra de cáñamo se puede utilizar en industrias como la automotriz, la de estopas, cuerdas, aceite, papelera o para la confección de ropa. Su uso es tan común en esos sectores que inclusive en Colombia, uno de los países que más ha luchado contra las drogas, la importación del cáñamo no tiene inconvenientes. De hecho en el año 2015, se importaron seis mil kilos de ese producto desde China. En los años 30, el ex presidente colombiano Enrique Olaya Herrera fue una de las primeras personas que trajo semillas al país para su uso industrial. El cáñamo industrial fue muy popular en el siglo XVIII en China, Estados Unidos y Europa. Desde finales del siglo XIX y principios del siglo XX, cuando la industria textil se volvió masiva y los productores empezaron a preferir los tejidos sintéticos (nylon y los derivados del petróleo), el cáñamo como materia prima pasó al olvido. Con la prohibición de la marihuana se dejó de usar por completo el cáñamo industrial. Carlos Martínez es un empresario colombiano que decidió utilizar el cáñamo fabricar prendas de vestir, denomina su proyecto como "una nueva propuesta ecológica" para ofrecer en el mercado. Las prendas que confecciona tienen 55% de cáñamo que trae desde China y 45% de algodón. Martínez sostiene que es una propuesta ecológica porque "el cáñamo no necesita químicos ni mucha agua, enriquece el suelo y tampoco necesita mucho terreno. Si usted quiere hacer ropa con una hectárea de algodón, obtendría lo mismo con media hectárea de fibra de cáñamo". Sus prendas artesanales también apuestan a recuperar una profesión que se ha perdido con el avance de la tecnología: la sastrería. Cuando Martínez volvió de China, empezó a buscar mano de obra que reconociera el valor civil y social del proyecto. Carlos y su familia buscan brindar soluciones al mal uso del suelo y los cultivos, con ropa que se mantenga perfecta al menos cinco años, utilizando telas inteligentes con anti fluidos para limpiar en seco. Los botones que usan son hechos con semillas de tagua. El trabajo es realizado 100% por colombianos. En el tejido de la tela y los botones trabajan indígenas del Cauca y artesanos de Tinjacá (Boyacá), la mano de obra está a cargo de tres sastres del barrio Galán. Un grupo de reclusos de la Cárcel Distrital es también parte del equipo. Hicieron un acuerdo con la prisión para que el trabajo de confección de estas prendas sirva como una terapia mientras reciben un buen pago. Jaime Fernández el diseñador de la marca, deja claro hacia qué público apuntan "nosotros no queremos ni necesitamos que esta sea ropa linda ni que esté de moda. El que usa esta ropa sabe que así está cuidando la tierra que está pisando y además apoya a rehabilitados, reclusos, sastres con poco trabajo, indígenas y artesanos. La perfección y la estética se las dejamos a otros". Este proyecto no busca producciones masivas, por lo tanto esperan sus gestores que en este año se vendan solo 3000 prendas.  
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