Carl Sagan y la marihuana

Soft Secrets
21 Mar 2016

El profesor emrito de psiquiatra en la Escuela de Medicina de Harvard, Lester Grinspoon, estaba cansado de escuchar lo mismo cada vez que iba a cenar a la casa del astrnomo Carl Sagan.


El astrónomo Carl Sagan escribió su célebre serie sobre el orígen del mundo y la vida en la Tierra fumando marihuana.

Carl Sagan era muy amigo de la marihuana. Y también del profesor emérito de psiquiatría en la Escuela de Medicina de Harvard, Lester Grinspoon. Que estaba cansado de escuchar lo mismo cada vez que iba a cenar a la casa del astrónomo Carl Sagan. Su amigo, asesor de la NASA y profesor de Harvard, era consumidor habitual de cannabis. Y él, un psiquiatra reconocido, trataba de convencerlo de que se estaba haciendo daño. A partir de 1969, Lester se aboca a escribir un libro sobre esa hierba que parecía haber seducido a todo su círculo de amigos y que él, como médico, consideraba un peligro. Como nunca había fumando, le pidió a su amigo que bajo un seudónimo, escribiera un capítulo con su punto de vista. Es entonces que Carl Sagan se convirtió en Mr. X. En 1971 el Dr Grinspoon publicó “La marihuana reconsiderada”. Manteniendo el secreto de que Mr. X era Carl Sagan hasta después de su muerte, hasta que el doctor se lo contó al biógrafo Keay Davidson.

Ahí va el Capitán Carl Sagan y su marihuana

El método de trabajo de Sagan para escribir Cosmos, consistía en salir a caminar después de haber fumado marihuana con un grabador. Luego se lo daba a su secretaria para que lo desgrabara. Cuenta el Dr. Grinspoon que “una vez, Carl y su esposa nos estaban visitando en Cape Cod. Yo me llevé a su hijo a pescar y Carl quiso quedarse atrás y caminar por la playa solitaria durante la marea baja. Pude ver desde la barca que estaba fumando y que después se ponía a grabar su voz con su nueva grabadora portátil. Y antes de aquello, acostumbraba a llevar siempre encima algo donde pudiera escribir notas. Cualquier cosa que le permitiera conservar las ideas que le llegaban estando colocado, para más adelante poder revisarlas”. Muchos de los conceptos de Sagan son más filosóficos que científicos. A pesar de ser una referencia para la ciencia pudo mantenerse como un librepensador. Un libre pensador cannábico que describió nuestro planeta como un “punto azul pálido”, lo describió mejor que nadie. Probablemente la obra de Sagan hubiera sido muy diferente sin la marihuana en su vida cotidiana. Muchos de sus descubrimientos y teorías, son fruto de su estudio incansable y su inteligencia feroz. Pero muchas de sus reflexiones no son producto solamente de su excelencia académica, sino de fumarse un cogollo y mirar hacia el cielo. “Si estamos solos en el Universo, seguro sería una terrible pérdida de espacio”, decía cómicamente. “No me considero una persona religiosa en el sentido habitual, pero a veces existe un aspecto religioso cuando estoy flotando. La sensibilidad aumentada en todos los ámbitos me provoca una sensación de comunidad con aquello que me rodea, tanto lo animado como lo inanimado. A veces me sobreviene una especie de percepción existencial de lo absurdo y veo con una terrible certeza las hipocresías y artificios tanto de mí mismo como de mis congéneres. Y, en otras ocasiones, se da un diferente sentido del absurdo, una percepción juguetona y fantasiosa. Ambos sentidos de lo absurdo pueden comunicarse, y algunas de las subidas más satisfactorias que he tenido lo han sido gracias al intercambio de charlas, percepciones y humor. El cannabis nos aporta una consciencia que entrenamos durante toda una vida para ignorar, olvidar y desterrar de nuestras mentes.”

Carl Sagan y la marihuana: muchas cosas

La marihuana para Sagan era muchas cosas. Era un acercamiento al arte, fumando cannabis podía acercarse más y mejor a la intención de un artista, señala en el artículo escrito para el Dr. Grinspoon. “La cannabis les permite a los no músicos experimentar un poco lo que es ser un músico”, escribía Sagan, perdón, Mr. X. En el mismo escrito, Mr. X, que se describía como “no religioso”, al usar cannabis sentía su sensibilidad estimulada y que “ciertos viajes tienen u aspecto religioso”, sentía “comunión” con quien lo rodeaba e incluso con los objetos. Veía pasar flashes, podía penetrar en su pasado. “Recordar experiencias de la niñez, a los amigos, parientes, juguetes, calles, olores, sonidos y sabores de una época”. Sagan o Mr. X, también se animó a decir que las teorías fundantes de la psicología moderna, escritas por el Dr. Sigmund Freud, provenían en buena medida “de su experiencia con las drogas”. “Estoy convencido de que la cannabis da acceso a niveles de percepción genuinos y válidos, niveles que, a pesar de los defectos de nuestra sociedad y de nuestro sistema educativo, no son accesibles sin estas drogas”. Aquel artículo que escribió para el psiquiatra Lester Grinspoon, hoy un defensor a ultranza de la legalización, terminaba así: “La ilegalidad del cannabis es un ultraje, un impedimento para utilizar una droga que ayuda a generar la serenidad, intuición, el compañerismo que se necesita tan desesperadamente en este mundo cada vez más peligroso y enloquecido”, decía Carl Sagan el amigo de la marihuana.

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