Actualidad en las variedades de cannabis

Soft Secrets
25 Aug 2015

infocannabinoides


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Ciertos criadores entienden que las variedades de cannabis que conocemos llegaron a un cuello de botella. Mientras algunos intrépidos exploradores cannábicos recorren África y Asia, los criadores domésticos se sacan canas verdes para preservar la herencia genética del cannabis, mientras otros ni corte le dan.

Una variedad es un cultivar concreto perteneciente a una especie. En horticultura solo se reconoce un cultivar si produce los mismos resultados tanto asexualmente (con esquejes) como sexualmente (con semillas). Además, también debe ser una variedad homocigótica o pura. Para conseguirlo los criadores deben producir un cultivar que sea único en un rasgo particular que sea homocigótico para ese rasgo. Esto significa que la descendencia del cultivar debe tener las mismas características, tanto si se cultiva a partir de un esqueje como de una semilla.

La mayoría de los criadores de semillas que trabajan en la industria del cannabis no han estudiado horticultura. Por eso miles de variedades de cannabis han sido etiquetadas y nombradas como cultivares específicos, sin serlo. Solo un pequeño porcentaje son homocigóticas para algún rasgo específico. Para el cultivador doméstico, esa inconsistencia en la reserva genética disponible causa pocos problemas, especialmente entre quienes cultivan con esquejes. En cambio, el criador doméstico (todos los criadores empezaron en casa) sufre un millar de problemas debido a la inestabilidad de las genéticas disponibles. Complicaciones que solo se pueden corregir con más crianza o el abandono.

Inestabilidad

Blueberry es una fantástica variedad de cannabis. Crece mirando hacia arriba, con notas de gris, púrpura y azul que embellecen cualquier jardín. Aunque no pretendo desacreditar el trabajo de los criadores que la desarrollaron (DJ Short/Breeder Steve), esta variedad de cannabis es muy inestable. Si los criadores intentaron aislar y perpetuar una variedad intersexual (que muestra flores femeninas y masculinas) en su linaje, entonces tuvieron éxito.

La razón por la que aparece este rasgo intersexual es porque las plantas parentales que se usaron originalmente para hacer la Blueberry también eran inestables. De todos modos, el dulce sabor y el aroma almizclado de Blueberry son legendarios. Y sus criadores siguen trabajando para aportar algo más de estabilidad a la línea, con métodos seleccionados de cruces endogámicos y retrocruzamientos.

Otro ejemplo sería Jack Herer —la variedad, no el hombre—. El banco de semillas Sensi Seeds tiene gran prestigio como criador de genéticas de alta calidad. Para formar el legendario trihíbrido se combinaron Northern Lights #5, Haze y Skunk #1. Es raro que un cultivador pueda encontrar en un paquete de Jack Herer una hembra de tipo sativa completamente madura que no produzca unas pocas semillas sin que haya algún macho presente. Esto sucede porque las genéticas tailandesas —y posiblemente mexicanas— que están entre los ancestros de Haze y de Blueberry tienen rasgos de intersexualidad. El polen recolectado de las plantas hembra intersexuales fue, en un tiempo, muy lucrativo para la producción de semillas 99 % femeninas. Hasta que llegó la plata coloidal que inhibe la sexualidad femenina y permite que los criadores apliquen un “polen feminizado” sobre plantas hembras para producir semillas feminizadas. El resultado es tanto estable como inestable, según las plantas parentales utilizadas. Puede ser adecuado mencionar en este punto que algunas variedades de cannabis —a menudo aquellas homocigóticas— no responden bien a las aplicaciones de plata coloidal.

Estabilidad

La estabilidad de las variedades de cannabis es completamente desconocida con frecuencia. La mayoría de los cultivadores destruye las plantas macho y se fuma los esquejes hembra. Un alto porcentaje de las semillas feminizadas cultivadas hoy en día son rarezas botánicas. Solo queda un puñado de cultivadores amantes del cannabis que, por amor, dinero o ambos, permiten que unas cuantas plantas macho vivan y se diviertan con unas pocas plantas hembra.

Si pusiéramos una X imaginaria sobre los bancos que venden semillas femeninas o feminizadas, nos quedaríamos con Breeder Steve/DJ Short, Grow Doc, No Mercy, Shantibaba y unos pocos más que todavía mantienen variedades exclusivamente normales (machos y hembras) de cannabis, además, por supuesto, de todos los criadores y colectivos clandestinos. Esto no quiere decir que algunas variedades feminizadas o femeninas no sean estables y puras, hay unas pocas que lo son. Esto significa que la descendencia de las plantas macho, de la misma variedad feminizada, pueden desaparecer y son inútiles en la crianza de variedades normales.

A corto y largo plazo ciertas variedades de semillas estarán en peligro de extinción. Ya se han extinguido algunas variedades concretas, algunas con aplicaciones médicas. Obviamente, se han guardado algunos prolíficos especímenes que se han reproducido como esquejes. De todos modos, el enorme alcance de lo que significa perder las variedades individuales, con todas las plantas hermanas de esos esquejes tan especiales, es incalculable. Esto no quiere decir que todas las semillas puedan tener el mismo potencial.

Esperanza de vida

La mayoría de las variedades de semillas de cannabis tienen una esperanza de vida corta. Muchos criadores domésticos realizan un nuevo cruce con dos plantas, cultivan —y comparten— las semillas y unos pocos años después la variedad desaparece. Solo las variedades clonadas o cruzadas endogámicamente para crear F2 continúan el linaje en existencia dentro de la reserva genética disponible. En este sentido, el cannabis todavía está evolucionando como cultigen doméstico. Las variedades domesticadas de cannabis son controladas por humanos más que por la selección natural. Desafortunadamente, a causa de la prohibición, a menudo son personas que tienen pocos conocimientos sobre la genética cannábica. Una trampa evolutiva que perjudica a los ganadores en favor de los perdedores, basada en unas pocas observaciones y una buena cantidad de suerte; lo contrario a un método y programa de crianza organizados.

Cada cierto tiempo un cultivador doméstico se encuentra un viejo paquete de semillas que guardó como reserva. Unas pocas pueden ser todavía viables y germinar. A menudo esto ayuda a refrescar la piscina de genes disponible con viejos genes que pueden reforzar algunos rasgos, sobre todo con retrocruzamientos (cruzar las genéticas parentales de nuevo con sus ancestros). Del mismo modo, los esquejes que se mantienen y circulan largas distancias pueden insuflar la reserva genética local con genética fresca. Afortunadamente gran parte de los cultivadores de cannabis todavía son generosos cuando se trata de compartir “su” genética con otros cultivadores de cannabis. La mayoría de los criadores de semillas normales (con machos y hembras) son conscientes de que otros criadores pueden experimentar más adelante con las variedades que ellos desarrollan.

Bancos de semillas

Un banco de semillas es un lugar que permite a los jardineros depositar y recoger semillas. Una precaución común entre los criadores que no tienen un interés comercial es compartir las nuevas genéticas con criadores amigos, en “depósito”, o como medida de seguridad, con el acuerdo de que si el criador pierde la línea genética como resultado de su estupidez, el fuego o un robo, las semillas sobrevivirán y podrá volver a recuperarlas.

Hoy en día muchos almacenistas de semillas se publicitan como “bancos de semillas” cuando, en realidad, solo actúan de vendedores de semillas para varios criadores. Otros “bancos de semillas” trabajan como cooperativas; emplean a varios criadores conocidos o desconocidos para que mantengan un stock de parentales con los que producir las semillas. Estas tiendas-granja a menudo producen lotes de semillas de la misma variedad de irregular calidad a lo largo del mismo año antes de abandonar completamente la línea porque, el criador que seleccionó originalmente la variedad por un rasgo específico ya no es el productor actual de las semillas o porque el criador original hizo un híbrido a partir de parentales inestables o actualmente extintos.

Los pocos criadores que todavía mantienen sus propios bancos de semillas con stock de semillas normales con machos y hembras, seleccionadas a mano y recolectadas en lugares tan lejanos como Alaska, Brasil, Hawái, Holanda, India, Marruecos y Estados Unidos— se están volviendo raros. En 2012 el número de bancos de semillas profesionales que admiten haber estabilizado sus propias genéticas más allá de la séptima u octava generación pueden contarse con los dedos de las manos.

Esos criadores suelen invertir una gran cantidad de tiempo, dinero, investigación y recursos para guardar su material en varios lugares diferentes, sobre todo para evitar tener todos los huevos (semillas) en la misma canasta. Por esta razón Grow Doc Seeds envió algunas de sus mejores genéticas a la Bóveda Global de Semillas de Svalbarg (Noruega) hace muchos años.

Semillas de bolsa

Una semilla de bolsa es una semilla encontrada en una flor de cannabis que no era parte de un proyecto planificado de crianza. Las semillas de bolsa son fenómenos que aparecen cuando menos te lo esperas, a menudo en el último cogollo. A veces, producen las plantas más increíbles. Muchas variedades famosas que solo existen en esqueje, Diesel y OG Kush incluidas, parecen descender de semillas de bolsa. Del mismo modo, las genéticas en las que se basan muchas variedades californianas también provienen de semillas encontradas en bolsas de hierba.

Estas semillas, encontradas en cosechas de plantas femeninas, son con frecuencia el resultado de los rasgos intersexuales de la planta madre; rasgos genéticos que la planta en que se convierte la semilla lleva consigo: dominantes si aparecen flores intersexuales cuando se cultiva, o recesivos si lo hacen cuando se cruza con otra planta más abajo en la línea de descendencia. Los cogollos de esa planta también contendrán semillas de bolsa, y cuando se cultiven perpetuarán los rasgos intersexuales entre los cultivadores y los criadores.

Aunque son completamente inestables e inútiles para la crianza, algunas de esas variedades de semillas de bolsa a menudo producen algún rasgo característico —en sabor u olor— que es específico de este cultigen. Por esta razón muchos criadores han usado esas plantas en programas de crianza que aunque preservan el rasgo característico y específico también promueven la aparición de genéticas sexualmente inestables dentro de la “reserva genética”.

La reserva genética doméstica

La reserva genética es el conjunto formado por todas las semillas y esquejes en existencia. Si tuviéramos que imaginar la reserva genética domesticada del cannabis como una tarta, cada trozo contendría un subgrupo o familia genética diferente. El trozo más grande de la tarta doméstica sería el de las variedades Skunk, seguidas posiblemente por las variedades Kush, las variedades Haze, y así hasta completar toda la tarta. Muchas de ellas contienen genéticas mexicanas y afganas. Los trozos más pequeños del pastel corresponderían a una variedad de interior de Hawái o alguna otra igual de remota.

Teniendo en cuenta que el cannabis sativa se originó en Asia, antes de viajar a Eurasia, Polinesia, Europa y África, la demografía de la reserva genética doméstica ha ido oscilando hacia América. Algunos botánicos cannábicos han argumentado que esto ha llevado a un cuello de botella genético, o, siguiendo nuestro ejemplo, menos trozos de tarta. Varios criadores europeos han empezado a trabajar con una nueva reserva genética de variedades locales de África y Asia. Será interesante ver los resultados de esos híbridos en los próximos años.

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