Perú: lo malo de tener de la buena

Soft Secrets
24 Nov 2013

Hablamos con Luis Gavancho de Legaliza Perú. El país tiene una marihuana de buena calidad que se cultiva en sus floridos campos, esto lo diferencia de países del sur del continente que no tienen plantaciones y que los abastece Paraguay, con ese prensado tan aborrecible. Incluso, hace 10 años que existe una modificación en el Código Penal que no sanciona la tenencia personal de hasta ocho gramos, pero como pasa en toda América Latina: Hecha la ley, hecha la trampa.


Entrevista a Luis Gavancho de Legaliza Perú

El activismo que trabaja por el cambio de paradigmas y que sirve de plataforma de información y ayuda para usuarios y cultivadores está a cargo de Legaliza Perú, y su motor se llama Luis Gavancho. Con él conversamos sobre la realidad de la marihuana en tierras Incas.

 

-¿Cómo funciona la ley en Perú? ¿Ha eliminado las arbitrariedades de la policía?

-La ley es esquizofrénica como en otros lugares de Latinoamérica, puedes tener hasta ocho gramos de cannabis o sus derivados. Incluso gente que ha tenido más cantidad tampoco ha sido procesada como narcotraficante porque no pudieron probar eso. Pero hay extorsión a los usuarios. Nuestro acercamiento con los usuarios fue a través de las denuncias que hacían por extorsión y eso dio origen a la Línea Verde, un consultorio jurídico para detenidos. Gente que tenía cinco gramos, que estaba fumando un porro en la calle y la policía los extorsiona, les pide plata, es una práctica común. Ahora que manejamos la Línea Verde la práctica muta, la corrupción es un virus que muta. La policía sabe que hay una Línea Verde con abogado que va a ir a la comisaría y litigar hasta liberar al detenido. Entonces ahora recogen gente con plata que fuma en la calle, cerca de los centros de estudios. Los detienen y les hacen firmar una declaración para irse. Pero lo ‘empapelan’ y le envían a su casa una citación por presunto tráfico. Llega la citación y los padres del joven van con la billetera gruesa para dejar la mayor cantidad de dinero posible. Y esto es mejor para los policías porque los padres tienen mayor poder económico que los usuarios de la Línea.

 

-¿Cómo es el trabajo de la Línea Verde?

-A partir del feedback con los usuarios nos acercamos al Centro de Investigación Drogas y Derechos Humanos con Ricardo Soberón y hablamos de las extorsiones como modus operandi. Todo el tiempo recibíamos denuncias en la página web de gente que no ha cometido ningún delito, que es la más vulnerable, son menores y muchas veces no conocen sus derechos. El Centro administra la Línea Verde y nosotros ayudamos a derivar casos y también con la comunicación del proyecto que desde agosto de 2011 brinda un servicio gratuito. La llamada entra al Centro de Investigación y ahí hay un consejero, si esa persona puede resolver el problema en el teléfono se resuelve, sino pasa para el abogado y si es necesario el abogado tiene que ir a la comisaría.

 

-¿Cómo es la situación del autocultivo en Perú?

-El autocultivo es incipiente y esto es porque la marihuana del mercado clandestino es de muy buena calidad, son cogollos grandes y resinosos. Toda la marihuana se produce en los valles interandinos y alguna en las selvas. Por eso es que en Perú, Colombia y México hay poco involucramiento con el autocultivo, porque el usuario la tiene fácil. Vas a la esquina y encuentras buena hierba y barata. Muchos argentinos y gente que viene del sur, que están acostumbrados a la paraguaya, se sorprenden y quedan contentos por la facilidad y la oferta.

 

-¿Están muy lejos de los clubes de cultivo?

Yo creo que sí. La gente la tiene fácil y se involucra poco con el activismo, entonces apoyan las ideas pero el involucramiento no es total. Sin embargo, la gente está empezando a cambiar las formas de pensar, pero falta un paso para que cambien la forma de actuar, que dejen de ir al narco, que sean conscientes de los riesgos para su salud y de cómo se reducen los riesgos sociales con los clubes de cultivo u otro camino.

 

¿La gente se está involucrando más?

Sí, la gente se está involucrando más en el tema porque hay conciencia de las noticias del VRAE (zona de conflicto militar por la producción de cocaína) de la gente que muere o que derriban un helicóptero de la policía o que han emboscado a la policía. Y la gente siente la herida del narcotráfico y empieza a considerar otros tipos de medidas, de opciones de políticas de drogas.

 

¿Cuáles son las principales líneas de trabajo del movimiento?

La bandera de batalla es el autocultivo y los clubes sociales. Estamos promoviendo eventos, participando en medios de prensa y proporcionando debates. Ahora tuvimos un debate con tres profesionales: un toxicólogo y dos psicólogos, uno de ellos ex policía. Sus argumentos siempre están fuera de lugar y cuando propiciamos debates en universidades, muchas veces han tenido que salir rápido del asunto porque la gente se ponía a presionar mucho. Lo que queremos es descalificarlos en un contexto académico para que el discurso pueda tornarse a nuestro lado. Tiene que haber otra forma de regulación, la actual es perniciosa y no funciona. Las drogas definitivamente tienen algunos efectos secundarios, pero ninguna sustancia es buena o mala por sí misma. La prohibición y la interdicción causan más daño que la sustancia en sí.

Entrevista con Mamá Cultiva Perú.

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