AgroFuturo: ¿cannabis en Chile?

Soft Secrets
03 Feb 2013

Esta empresa pidió permiso al Gobierno chileno para plantar marihuana medicinal y se lo otorgaron. ¡Vaya sorpresa para un país donde su cultivo y consumo está penalizado! En las siguientes líneas desclasificamos todas sus novedades y, por supuesto, cómo se las ingenió para ganarle a la Ley.


AgroFuturo se mete en el historial de la industria del cannabis en Chile. Y por cierto en Sudamérica, no registraba un hecho similar desde la parafernalia sesentera, tiempos cargados de hippies y de cannabis. Cannabis de sobra y cannabis despenalizada; Cannabis industrial materializada en cordones, hilos y, de vez en cuando, porros. Pero el dicho lo dice: la ocasión hace al ladrón. En cosa de meses, los vecinos de los predios plantados de cannabis que nutrían a la industria nacional detectaron los cogollos, comenzaron los saqueos y fin de la historia.

Por eso la portada del diario chileno La Hora, del 31 de marzo de 2011 sería un golpe que venía para sacudir años de una industria paralizada: “Autorizada primera plantación de cannabis”. La compañía en cuestión era AgroFuturo. Y su gerente, Álvaro Gómez, tenía bastante que contar.

Escenario de AgroFuturo Cannabis

Plantar marihuana con fines terapéuticos es casi una utopía en Chile. La Cannabis sativa pertenece a la Lista 1, que agrupa “sustancias o drogas estupefacientes o psicotrópicas productoras de dependencia física o síquica, capaces de provocar graves efectos tóxicos o daños considerables a la salud”.  En consecuencia, su consumo personal es castigado como falta, y el cultivo puede lograrse solo con permiso de la entidad reguladora del gobierno chileno: el Servicio Agrícola y Ganadero –SAG-.

Para efectos medicinales, su consumo queda sujeto a juicio del Instituto de Salud Pública -ISP-; entidad que califica los casos basándose en la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes -cuyas líneas aceptan que el uso médico de los estupefacientes continuará siendo indispensable para atenuar el dolor- y haciendo caso también al Decreto Supremo 404, art.5, que le confiere al ISP el poder de autorizar casos calificados y para investigación científica en las condiciones que determine la resolución correspondiente.

Punto cero: La documentación

Novato en materia cannábica, y con poco y nada de información, en 2009 Gómez decidió solicitar, contra todo pronóstico, un permiso cuyo norte sería desarrollar una infusión de marihuana con fines medicinales. Con esa idea en la cabeza, el agrónomo recolectó y escarbó todo tipo de información.

Entonces fue cuando empezó a familiarizarse con documentos: La convención sobre estupefacientes del 61, la convención de las naciones Unidas del 88, informes de la Organización Mundial de la Salud, la Ley chilena (20.000) de Drogas y Estupefacientes y por supuesto, algunos reglamentos del Instituto de Salud Pública –ISP-, organismo encargado de aprobar los permisos para producir fármacos.

Con todas estas cartas sobre la mesa, el cabecilla de AgroFuturo se dio cuenta de una maravilla: el cultivo de cannabis con fines terapéuticos nunca ha estado prohibido en Chile. Nunca.

Álvaro se había encontrado con una ley en trocitos, y en un año y medio armó el rompecabezas.

El producto

Idear el proyecto fue una tarea estudiada con lupa: AgroFuturo debía decidir con qué banco de semillas trabajar, analizar con lujo de detalles el producto y de esa forma sobrepasar las vallas del SAG.

Para poder salir al mercado, la empresa cuenta con un capital de tres millones de dólares destinados a la investigación y estandarización. Esto, porque el ISP solicita un estudio técnico donde se determine qué variedad es la más idónea, cuál entrega la concentración del componente activo que se busca y cuál es la estabilidad de este cultivo en tres producciones sucesivas en el tiempo para ver y analizar sus parámetros.

El primer paso fue conversar con los bancos de semillas. De todas las opciones, el único que apoyó y confió en el proyecto fue el banco holandés Nirvana. Entonces vino la selección de variedades: New York, Papaya, Raspberry, Sterling, Blackberry, Black Jack, Chrystal, Ice, Jack Horror, White Castle y Medusa fueron las elegidas. Todas israelís, híbridas y de uso médico. 

Una vez seleccionadas, Nirvana tuvo que validar estas semillas por medio de las entidades fiscalizadoras de su país, para posteriormente entregarle a AgroFuturo un análisis de riesgo de plagas y un certificado que confirmara que lo que vendían era realmente lo que decían.

Todo ese proceso duró más de un año. Pero valió la pena: el 31 de enero de 2011, AgroFuturo fue autorizado para plantar marihuana con fines de investigación que, a largo plazo, derivaría en un producto medicinal: una infusión de cannabis que se diluirá en leche, haciendo caso a los ingredientes activos de la cannabis que son liposolubles. Su nombre será K-Lawen, donde la K representa el vocablo árabe Kief y Lawen, un término mapudungún que significa ‘Planta medicinal’.

El plan es proporcionarles la infusión a enfermos de cáncer, esclerosis múltiple y sida. Aunque la lista podría aumentar, puesto que el Colegio Médico de Chile está pidiendo incluir la artritis, asma y el dolor neuropático. “Son usuarios medicinales que al día de hoy el Estado los empuja y los obliga a producir un ilícito, ya sea comprando o produciendo para ellos mismos”, afirma Gómez.

En este sentido, AgroFuturo se ha propuesto ofrecer un producto de calidad que sea estable y que entregue las garantías necesarias y suficientes para disminuir el sufrimiento. Siempre con las mismas concentraciones para que sus efectos garanticen estabilidad. Utilizará el cultivo indoor porque es la única forma en la que se puede estandarizar el medicamento –misma temperatura, humedad, fotoperiodo-. Calculó un área de cien metros cuadrados, dos cierres perimetrales y muchas cámaras de tele vigilancia.

Uno de los aspecto más importantes del plan de la empresa es hacer todas las gestiones para incluirlo en el GES - plan gubernamental cuyo objetivo principal es garantizar la cobertura de problemas de salud- , de modo que su comprador sea el Estado y se lo entregue a los usuarios totalmente gratis.

Problemas en el camino

Dos meses después de otorgada la autorización todo se vendría abajo. Repentinamente el SAG, sin consultarle a Gómez, entregó la información a los medios y el golpe noticioso que titulaba: “Autorizada la primera plantación de cannabis”, traería consecuencias inmediatas: el 31 de marzo el mismo SAG le revocó el permiso.

Después de ese día, a Gómez solo le quedó una opción: recoger AgroFuturo de a pedacitos y comenzar todo el proyecto de nuevo. Entonces fue cuando la empresa entró en tierra legal cien por ciento. Primero recurrió a la Corte de Apelaciones, luego a la Corte Suprema y luego a los tribunales.

En eso pasaron casi dos años, hasta que el 13 de noviembre de 2012 el tercer Tribunal de la ciudad de Concepción finalmente falló a favor de AgroFuturo y le dio pase libre para concretar su proyecto e iniciar las investigaciones.

Al cierre de esta edición el permiso aún se encuentra en tierra judicial. Esto, luego de que el 4 de diciembre recién pasado el SAG apelara la sentencia. Pero AgroFuturo esta lejos de perder la calma y la fe, por eso ya está preparando un nuevo recurso ante la Corte de Apelaciones de Concepción.

El paso que falta

Como hemos revisado, la infusión de cannabis de AgroFuturo deberá cumplir con todas las normas técnicas y de manufactura exigidas por el Instituto de Salud Pública. Posterior a eso, deben fijar si el producto es calificado como fitofármaco o planta medicinal.

Ahora, ¿cuáles son posibilidades de que el ISP les entregue esa autorización? Para Álvaro Gómez esto “Es tan real como que tenemos que hacer cumplir la Ley, y ésta dice “que se autoriza a todo el género cannabis para la producción y uso médico”. Y viendo la jerarquía, ningún decreto ni reglamento está sobre la Ley”.

Por lo tanto más vale prepararse, porque por ahora el futuro del cáñamo medicinal tiene cabida. Al menos, de la mano de AgroFuturo.

S
Soft Secrets