Una descendencia milenaria - Reproducción no asexuada
La reproducción asexuada, desde esquejes o gajos, como le decían las abuelas, permite multiplicar la planta tantas veces como tu imaginación lo quiera.
En este tipo de reproducción del cannabis no hay machos ni hembras que se unan. Son las tijeras y el medio los que hacen lo suyo. Este espécimen o pseudo espécimen todavía, conservará todas las características de su descendiente. Si sale de una planta hembra será hembra, si sale de un espécimen masculino, será macho. Las ventajas comparativas con las semillas son muchas. Tal vez la más interesante, además que nos evitamos la germinación, es que estos esquejes rápidamente pueden ponerse a florecer casi instantáneamente. Aunque claramente, conviene que se estiren para poder recabar una producción más grande. Si la planta X te gusta mucho, antes que empiece a florar puedes cortar unas ramas, que ya tenga cuando menos tres nudos y ponerla a enraizar para multiplicar la descendencia.
Entre las desventajas que tiene este método es que no todas las plantas serán igual de resistentes ante los patógenos, plagas y enfermedades. La resistencia, además de otras características se trasladarán a la descendencia. Esto es claro cuando nuestro cultivo proviene de distintas fuentes vegetales. Es decir de distintas plantas madres. Unos especímenes serán más resistentes que otros a las enfermedades. Por eso siempre es bueno seleccionar aquellas plantas que resisten mejor y por supuesto: las que mejor se adaptan a tu paladar. El efecto, el gusto, los matices y todas las características son transmisibles de madre en esqueje y de esqueje en esqueje. Esa es la magia de sacar un “gajo” de una planta y reproducirla o cuidarla por años. Si vas a esquejar recuerda que la planta madre no puede haber empezado a florecer. Si lo vas a hacer en esta temporada en el hemisferio Sur es imprescindible que lo hagas máximo hasta enero, así la pequeña tendrá tiempo de desarrollar sus flores hasta abril. Porque cuando las horas de luz sean menos, recuerda, que empezará a florecer.
Manos a la tijera
Si vas a esquejar, elige primero el sustrato. Yo por un tema económico y porque vivo cerca de un río con mucha arena es lo que uso para hacer el esqueje. La arena drena muy bien y tiene sus nutrientes, mezclado con algo de humus o fibra de coco es una maravilla. Los mejores sustratos para esta primer etapa probablemente sean inertes y sin microorganismos que te pueden pudrir todo en poco tiempo. La lana de roca y la fibra de coco son los más usados. Y los jiffys creo que son los más fáciles y de mejores resultados. A la hora de cortar recuerda que el tallo debe tener cuatro nudos y unos 10 centímetros de largo. La tijera deberá hacer lo suyo a igual distancia de dos nudos y en un ángulo de unos 45 grados.
Asegúrate que el cutter que elijas esté bien afilado (así no rompes ni la descendencia ni la madre) y desinfectado porque este momento es clave para que los clones no agarren infecciones. Ni bien cortas deja los esquejes en agua y retira las hojas excepto tres o cuatro que cortarás solo en sus puntas. Yo uso agua del grifo que dejo unos días antes aireándose para quitar el cloro. Pero puedes usar agua esterilizada de óptimo rendimiento. Luego pasas al sustrato del vaso seleccionado. Yo uso vasos plásticos transparentes para ver la evolución de las raíces. Si es alto, mejor para el futuro sistema radicular. Pon a resguardo los clones de la luz y de temperaturas bajas. Puedes utilizar algún enraizante que venden el growshop, algo que ayudará mucho.
Si lo usas, moja el tallo en él antes de ponerlo en la tierra o en el medio de cultivo seleccionado. Para ello, haz un agujero con una varita, coloca el tallo y apreta levemente el medio de cultivo para sellar al nuevo integrante. La primer semana el esqueje debe estar en un ambiente húmedo. Yo les hago una carpa plástica transparente y los pulverizo dos veces por día. La abro alguna vez más para que los hongos se vayan. Aunque tomes todos los cuidados algunos morirán, es la ley de la selva, así que usa más clones de los que vayas a necesitar. No los pongas sobre luz directa ni sobre lámparas muy grandes. Y luego de los primeros cuatro días evita la acumulación de humedad en las paredes de la cámara plástica. A las dos o tres semanas ya tendrás tus clones prontos para tirar a maceta o a la tierra que tanto nos da. Los clones son una manera magnífica de reproducir esta y otras plantas. A reproducirse que la vida es corta y nada como dejar la mejor descendencia arriba de esta Tierra complicada. por Carlos Jara