Montando tu rincón verde de cero
Arma tu espacio de cultivo sano y en óptimas condiciones para que jamás falte el verde. Nunca es tarde para comenzar un cultivo de cannabis. Pero si empiezas de cero, toma los recaudos necesarios. Iluminación, ventilación, temperatura, riego, nutrientes, limpieza y mucha observación son los pilares esenciales de cualquier cultivo. Manos a la obra. Ya viene una nueva temporada de artes cannábicas.
Antes que nada tienes que escoger un lugar discreto dentro de tus posibilidades y apto para que las niñas puedan desarrollarse sanas y fuertes. Un espacio que cumpla con los requisitos mínimos de seguridad e higiene.
No importa si el lugar es una caja de lavarropa, un ropero, una carpa de cultivo de 1 x 1 o si tienes una habitación entera a tu disposición. Lo importante es que te sientas cómoda/o en tu espacio. Podrás ir de menor a mayor. Y obtener muy buenos resultados. Así comienzan los grandes cultivadores de interior.
Observa tu lugar y recuerda que cuanto más grande sea, más preparación, más planes y más experiencia necesitas. No olvides que a mayor volumen mayores serán los gastos en semillas, sustrato, macetas, fertilizantes, abonos, estimulantes, preventivos para plagas, lámparas, agua, sistema de circulación del aire y la lista sigue. Hay un conocido dicho que dice “el que mucho abarca poco aprieta”. Mejor ir de a poco si es tu primer cultivo.
No se recomienda tener plantas en el lugar donde alguien duerme. Durante la noche las plantas exhalan CO2. Y no queremos vernos privados de oxígeno para respirar. En cambio, durante el día despliegan gran cantidad de oxígeno. Es muy bueno respirar junto a ellas. Lo recomiendo. Lo he experimentado.
Primeros pasos: preparativos y recaudos
Piensa dentro de tus posibilidades dónde instalarás el cuarto interior secreto. Puede ser algún viejo ropero, algún baño en desuso, un altillo abandonado, un sótano, un container, algún garaje en donde no guardes ningún vehículo. Eso dependerá de ti.
Uno de los primeros pasos es desechar todo lo que no vayas a usar. No dejes nada inútil. Desinfecta la zona, ventila y cierra bien el espacio para que no haya fuga o contaminación lumínica.
Revisa tu instalación eléctrica. Si no sabés de electricidad contacta un especialista para chequear que la instalación general soporte tu idea. Esto es lo primero que deberíamos hacer. He sabido de malas o descuidadas instalaciones que tuvieron como resultado pérdidas totales debido a los incendios provocados por exceso de energía, cables no adecuados y llaves precarias. No escatimes en gastos si se trata de seguridad.
CO2, temperatura y limpieza
La limpieza previa del lugar es necesaria para evitar futuras plagas o erradicar patógenos en la sala. Una posibilidad es tirar una bomba y/o pastilla insecticida si el espacio lo requiere. Mata todo bicho no deseado en el ambiente. Y luego ventila muy bien.
Cuanto más grande sea el espacio, mayor será la limpieza a realizar. Por ello es ideal un piso de hormigón o una superficie lisa para que pueda barrerse y fregarse con facilidad.
Dentro de una sala de cultivo interior tienes que recrear la naturaleza misma. Obviamente, de manera artificial. Las plantas tienen que tener suficiente luz, agua y una correctísima ventilación. Si está dentro de tus posibilidades proporciona CO2 a la sala. Existen generadores y sistemas de inyección de COz. Puedes preguntar por ellos en tu growshop de confianza.
Controla la temperatura de la sala, tanto exterior como interior, con el sistema de iluminación que vayas a utilizar. En verano o invierno, esta tarea es fundamental para evitar dolores de cabeza. Tener una buena circulación de aire será un rédito en la cosecha.
El aire fresco lo podemos ingresar con un aire acondicionado. Pero que no le pegue directamente a las plantas. De no tener uno, puedes ingresar aire del exterior con un extractor, pero invertido. Procura ponerle un filtro y una trampa para que la luz no se fugue al exterior.
Para mantener siempre el aire renovado es fundamental contar con un ventilador oscilante prendido 24 horas dentro de la sala. Esto te hará tener un jardín más saludable y vigoroso.
Si tu jardín está en un armario por lo menos utiliza un pequeño ventilador. Como los que usaban los viejos ómnibus o taxis sin aire acondicionado. Así puedes achicar el sofocante calor del verano.
El montaje de estos cultivos indoor siempre serán relativos a la cantidad de equipos a utilizar. A mayor sala, mayores equipos activos. Es conveniente que operen silenciosamente. No es bueno llamar la atención de los vecinos o de ladrones de cogollos, los malvados cogolleros.
Prepara un calendario para controlar los riegos, los tiempos de cada planta, de las variedades y de todas las tareas que conlleva el cultivo. Te ayudará en el día a día. Y podrás tener un seguimiento de tu sala cosecha tras cosecha, ver avances, sacar estadísticas y conclusiones para el próximo cultivo.
Iluminación: planifica y actúa
Luego de tener un lugar limpio, vacío y acondicionado, hay que saber cuáles lámparas utilizar. Y de qué manera se distribuirán en el ambiente. El sistema lumínico de una sala de interior es su corazón. La cantidad de luz y espacio que las plantas tengan determinarán su desarrollo. La luminosidad se relaciona proporcionalmente al crecimiento.
La potencia en watts y clase de lámparas debe decidirse antes de sembrar o esquejar. Para saber qué lámparas elegir, lo principal es tener claro la cantidad de watts necesarios por metro cuadrado de superficie del cultivo. Para un espacio de un metro cuadrado se recomiendan 400 watts. Las plantas crecerán bien y se podrán desarrollar de manera óptima para una correcta floración.
El crecimiento de las plantas y el tiempo de florecimiento dependen de la luz que reciban. La luz es uno de los alimentos de las plantas. Cuando baña las hojas acciona el proceso de fotosíntesis.
Hay varias opciones. Desde tubos fluorescentes, lámparas de bajo consumo, tecnología LED, tubos PLL, lámparas de mercurio halogenuro y las tradicionales lámparas de sodio.
Los tubos fluorescentes son muy comunes, prácticos, económicos y suelen tener una larga duración, la claridad que emiten estos tubos es interesante para los primeros días del cultivo. Son efectivos para germinar, enraizar y hacer crecer plantínes o esquejes.
Para optimizar el espacio arma las mesas con tablones y caballetes. Así los tubos pueden conectarse por debajo de los tablones y aprovechar el espacio para cultivar por debajo de la mesa. Utiliza tubos LED, que son muy eficientes. Puedes conectarlos fácilmente y tienen una gran durabilidad. Una buena fuente LED brinda excelentes resultados. No emite calor, abarata el consumo eléctrico y sirve tanto para el vegetativo como para floración.
Las lámparas de bajo consumo y tubos PLL también son utilizadas por muchos cultivadores de interior para la primera fase vegetativa de germinación, plantínes o esquejes.
Las luminarias de mercurio halogenuro (MH) son usadas para el estadio vegetativo. Tienen una fuente de luz blanca artificial muy eficiente. Funcionan muy bien para crecimiento, enraizamiento y mantención de plantas madres o esquejes. Para usar las MH es necesario contar con un balasto.
Las lámparas de alta presión de sodio (HPS), junto a las de mercurio halogenuro, son las más efectivas para el cultivo de cannabis. Las HPS son ideales para la floración. A la hora de la cosecha notarás la diferencia en el crecimiento y engorde de las flores. No hay nada como estas lámparas para este estadio. También necesitan un balasto.
Las HPS no son tan efectivas para la etapa vegetativa, pero suelen usarse de todos modos. Ya que luego no es necesario cambiarla para florecer. Las HPS son lámparas duraderas. Se dice que una de 1000w dura alrededor de 24.000 horas encendidas. Las de 600w son las más eficientes en cuanto a producción de lúmenes por watt. La tecnología del halogenuro cerámico (LEC) está en ascenso. En realidad, son una evolución de las lámparas de HM (mercurio halogenuro) y de las HPS (alta presión de sodio). Pero en su caso la descarga se canaliza a través de la cerámica.
Las lámparas HPS de 600W ofrecen un rendimiento que ronda entre los 0,8 gramos a un gramo por vatio. Las lámparas LEC de 315w producen lo mismo. Pero con la mitad de consumo que una HPS.
Antes de cultivar: calcular
Deja el espacio totalmente vacío con las luces encendidas. Observa de qué manera refracta la luz en el ambiente. La iluminación debe ser pareja y potente. Hay muchas opciones para aprovechar la luz al máximo. Como pintar las paredes y el techo de blanco. El látex es una muy buena opción para reflejar la luz y es fácil de repintar y limpiar. Si pintas tu espacio lo mejor es pasar una mano de fijador al agua antes de aplicar el látex para evitar el descascaramiento. Utiliza una pintura anti-hongos de buena calidad para optimizar la reflexión y evitar hongos.
No se recomienda pintar de blanco el piso. La reflexión en el piso es negativa para las hojas. Pinta siempre antes de empezar el proyecto y con la sala vacía. Los gases de las pinturas pueden ser nocivos para las plantas. Luego de pintar ventila muy bien el espacio. Y espera que esté complemente seco.
Otra opción para refractar es el papel de aluminio. Pero es lo menos recomendado. Su durabilidad es corta y puede quebrarse fácilmente.
El nylon blanco (de silo) es una opción muy buena, económica, expandible y reutilizable. Además, se puede utilizar para dividir la sala como si fuera una pared. Es fácil de manipular, se recorta con tijera o cutter (trincheta), puedes clavarlo con chinches y engrampar con facilidad.
También existe el rollo de papel de mylar. Aprovecha la energía de la luz de la forma más eficiente. Aumenta un 30% la iluminación. Su colocación es muy fácil. Soporta temperaturas extremas. Y es un buen retardante del fuego. Incluso actúa como aislante eléctrico. También es un escudo para la humedad. Además, contiene el calor en el cuarto de cultivo. Es fácil de limpiar y duradero. Si es cuidado, puede durar varios cultivos.
Riego y nutrientes
Llevar agua a tu lugar de cultivo es un trabajo cotidiano. Intenta tener un grifo cerca para facilitar la tarea. Una buena opción es acopiar bidones de cinco litros de agua. Así, ahorrarás tiempo. Si el agua es de grifo, déjala reposar para evaporar el cloro. Todos conocemos el fuerte olor y el gusto del cloro. Y no queremos eso para nuestras niñas.
Yo riego cada planta a mano. Para observar la necesidad de cada una, ya que no suelo trabajar con una sola variedad. Siento que cada planta pide algo diferente. O que sus necesidades son diversas por genética.
Medir el potencial Hidrógeno (pH) y la electronductividad (EC) es clave para evitar riesgos. Las mediciones de pH están en una escala de 0 a 14. El valor 7.0 es considerado neutro. Las soluciones con un pH inferior a 7.0 se consideran ácidas.
La EC es la capacidad que tiene un líquido para trasportar minerales disueltos en soluciones acuosas. Estas disoluciones acuosas pueden tener más o menos elementos minerales (sales) que influirán directamente en el cultivo.
Generalmente hay que darles una EC de 0,5 a 0,8 en los primeros estadios. A partir de los 13 a 15 días desde que germina vamos subiendo progresivamente a 1,1 al final de la fase de crecimiento. Los niveles máximos de floración se sitúan en 2,1. Para medir la EC al cultivar en maceta usa el agua de riego que drena de la maceta. Un pH y una correcta EC garantiza una muy buena salud en el jardín.
Cultivo tic tac
Timer y medidor de temperatura y humedad no pueden faltar en el jardín interior. Con el timer podemos encender y/o apagar las lámparas en el momento justo y programarlo haciendo las veces de sol o de noche. Otros artefactos como ventiladores, turbinas o extractores, también pueden ser programados con un timer para tener un control exacto de los principales factores del indoor.
Con el medidor de temperatura y humedad estarás tranquilo, ya que podrás controlar los niveles cuando sea necesario. Acostúmbrate a observar temperatura y humedad con las luces prendidas y apagadas. Controla tu jardín secreto totalmente.
Ten siempre a mano las herramientas que utilizas a cotidiano. Ya sea para jardinería o para reparar algún daño técnico en el indoor.
Estas son algunas de las pautas o labores que tendrías que tener en cuenta a la hora de pensar en armar el jardín interior cannábico. Como suele decirse: cada maestrillo con su librillo. Pero hay reglas básicas que todo cultivadora/o sigue a raja tabla.
Limpieza, orden y constancia son la base de un buen trabajo. Sé prolija/o, investiga cada duda que te surja. Y regálate el margen para equivocarte. Es la manera como aprendemos a superarnos. Verás cómo cosecha tras cosecha mejoran los frutos.
No te quedes solamente con una opinión o con alguna nota. Investiga por ti misma/o. Relaciónate con tu jardín y aprende a observar cada día el desarrollo de las plantas. Solo así obtendrás valiosos resultados. Comunícate, conéctate, involúcrate. Y verás que siempre hay un nuevo amanecer. Y que todo vuelve a empezar.