Manicura: la penúltima fase de la cosecha
Eliminar las hojas del cogollo una vez cosechado es muy importante. Hay varios motivos. El principal es el sabor que ganan las flores despojadas de las hojas.
El otro no es menos importante: es la prevención de la podredumbre. Las hojas fomentan la humedad que adoran los hongos. Por todo ello conviene ir sacando las hojas tan rápido como sea posible. Si vas a usar las hojas para cocinar o extraer aceite conviene que las guardes bien. Y eso significa depositarlas en bolsas de papel cerradas para que tengan una ventlación controlada y no pierdan tanta humedad de golpe. La manicura lleva mucha muñeca.
Conviene hacerla con amigos. Además que es más divertida, ayuda a que sea más rápida. Una vez que los cogollos fueron despojados de las hojas más grandes habrá que ir por las hojas más pequeñas que rodean al cáliz de la flor. Allí hay que se cuidadosos de nos destrozarla. También es un excelente momento para colectar hachís. No solo de las tijeras sino de los tricomas que se van deprendiendo por la manipulación y con el roce de las tijeras. Por eso es conveniente manicurar sobre una superficie limpia y blanca que realce los tricomas desprendidos.
¡Tijeras cortadoras a la obra!
Es importante que las tijeras sean livianas para no lastimarse las articulaciones de la mano. Para la manicura fina hay magníficas tijeras en los grow shop. Personalmente me gusta usar las de hilo por su versatilidad y precisión. Lo ideal es tener dos tijeras. Mientras una queda reposando en alcohol durante un día, la otra está haciendo el trabajo. Si las manos se cansan. Para. Respira y haz algún ejercicio para estirar los tendones. La manicura es un arte. Te regalará el verdadero buquet de las flores. Su esencia. Da trabajo. Ten paciencia. La recompensa será inolvidable. ¡Buena cosecha!