Los cicadélidos en el cultivo de cannabis

Chicharritas, grillitos, cigarras o saltahojas en la marihuana

Por Jhohan Rincón
El cultivo del cannabis es un proceso que exige la agudización de todos nuestros sentidos. Pues debemos tener la habilidad no sólo de detectar las plagas que atacan nuestras plantas sino de caracterizar esos ataques a partir de un diagnóstico certero. Pues sólo si sabemos qué bicho nos ha atacado podremos corregir.

Cada plaga se trata de manera diferente y no todas son susceptibles de ser eliminadas por el mismo método. Este es el caso de los cicadélidos, conocidos también, en toda América Latina con nombres populares diferentes como “chicharritas”, “grillitos”, “cigarras” o “saltahojas”.

Este conocido y molesto bicho es un peligroso succionador de savia que puede causar una gran molestia en nuestros cultivos cuando llegan a aparecer en un gran número. Su rápida acción y sus ágiles movimientos ocasionan que uno solo de ellos pueda atacar a varias plantas en un mismo día. Por lo que su control debe ser prioritario, pues debemos evitar a toda costa cualquier evento de infestación de cicadélidos.

Proveniente de la familia Cicadellidae, este hemíptero cuenta con más de 20.000 especies diferentes y es una de las plagas comunes de mayor impacto en la afectación de las plantas de cannabis. No sólo son succionadores sino potentes transmisores de virus, enfermedades o bacterias que pueden destruir el sistema vascular y frenar el desarrollo de las plantas.

Los cicadélidos pueden vivir por varias semanas y tanto las ninfas como los adultos se alimentan de igual manera: succionando vorazmente las hojas y excretando líquidos azucarados que pueden atraer otros insectos como hormigas y crear un ambiente perfecto de simbiosis para tener la plaga eternamente si no se realiza un control y detección temprana.

En el cannabis, es frecuente ver como estos molestos visitantes dejan una huella de destrucción sobre las hojas, causando unas marcas de decoloración plenamente observables a simple vista, destruyendo el material vegetal y dejando unas grandes marcas sobre el haz y el envés de la hoja.

Existen dos maneras de evitar que esta plaga llegue a un problema de infestación y genere pérdidas de gran envergadura. La primera es agitar constantemente las plantas para provocar su huida, pues muchos de estos cicadélidos tienen alas y se pueden ver a grandes distancias, lo que permitirá erradicarlos de forma manual.

La segunda forma es utilizar hongos entomopatógenos como el Beauveria Bassiana y el Paecilomyces Fumosoroseus que controlan el desarrollo de sus huevos y pueden prevenir el desarrollo de los adultos de manera biológica y sin generarle ninguna traza a la planta de cannabis, pues son depredadores naturales que puedes conseguir en cualquier tienda del agro o vivero cercano.

Tener mucho cuidado con esta plaga común y difundida puede evitar problemas que lamentar en un futuro cercano, pues no existe una única forma de reconocer su morfología ya que cuenta con muchas especies, colores, tamaños y proporciones. Lo mejor siempre es estar alerta y tener a la mano los hongos entomopatógenos aquí recomendados, ya que no sabemos cuando vamos a ser invadidos por este complejo bicho.