Llegó el momento: a cortar se ha dicho

Soft Secrets
12 May 2017

Repasamos algunos piques sobre la cosecha en exterior. Ya todo está casi pronto. Toma la lupa y empieza a hacerle seguimiento a tus tricomas, la parte más esperada de todo este proceso ya está en su fase final. La del corte, la de la despedida, la de la manicura, la de llenar los frascos.


Todo este tiempo de espera y cuidados está terminando. En el hemisferio sur, entre marzo y mayo se realiza la cosecha del cannabis que fue plantado en exterior. América del Sur tiene un gran potencial para el cultivo, su fotoperiodo es probablemente uno de los mejores para cultivar cannabis.

La siembra temprana en septiembre o la tardía en diciembre —y todas las combinaciones posibles— harán unos ejemplares más grandes o más pequeños, dependiendo de muchos factores, entre ellos los más relevantes son la genética y el alimento que recibió la planta, también los cuidados, las podas, la limpieza y muchas otras acciones que han podido realizar en este tiempo. Verás que la flor ha formado una densa estructura, que sus pistilos se fueron amarronando, que el aroma es ya imparable, que penetra cada rincón del jardín.

Lo imprescindible de todo este proceso son los tricomas, las glándulas que desprende el cáliz de la flor femenina son nuestra señala en la oscuridad, allí están la enorme mayoría de principios activos de la planta, todos los cannabinoides, los flavonoides, los terpenos. En esa cápsula, que al microscopio, parece una cabeza con un tallo, como un hongo pero de apariencia traslúcida, es transparente y con el correr de los días se va haciendo primero amarilla o marroncita para ser cada vez más un marrón definido, oscuro.

Los tricomas rodearán al cáliz, pero también a las hojas vecinas. Cuando era un novato cultivador, a finales de los noventa, el mito popular en mi tierra era que había que mirar los pistilos para cortar la planta. Cuando la coloración marrón avanzaba sobre el 75% al 50% de los pistilos, había llegado el momento de cortar. Esto es relativo. Lo que buscas solo tu lo sabes. Hay quienes dejan a las plantas madurar mucho tiempo porque quieren un cannabis narcótico.

Conozco un amigo que tiene serios problemas para dormir, entonces deja algunas plantas hasta el fin de sus días, hasta que los tricomas consiguen un color más que ámbar o marrón, quedan casi negros, por exagerar un poco. Personalmente me gusta cortar antes la planta, cuando apenas los tricomas están amarilleando, porque soy de los que no necesita mucho cannabis para colocarme, pero me gusta fumar. Hay quienes buscan con una lupa estos porcentajes.

Mi experiencia me dice que no hay mejor maestro que el propio ojo y el propio paladar que sobreviene con el tiempo. Dependiendo del tipo de variedad que hayas elegido, índica o sativa, la cosecha será antes. Las de tipo índico florecen antes, posiblemente en marzo, sobre el paralelo 38, ya estén a punto. Las especies sativas, que están acostumbradas o su genética las ha acostumbrado a recibir muchas horas de luz antes de dar fruto, probablemente las coseches bien entrado abril, incluso en mayo. La mayor dificultad de estas plantas es enfrentar a las lluvias otoñales.

Pero con alguna de las técnicas de poda, atado y algún fungicida natural, aplicado siempre previo a la floración —como todos los productos que puedes aplicar para disminuir plagas — consigues prevenir la pudrición por los hongos. Puedes cosechar según las brácteas, que son las dos hojas que envuelven a las flores que se estarán hinchando. Cuando veas que la tercera parte de estas flores pierden vigor, y sobre todo tono verde, es que se empiezan a marchitar. Es momento de cortar. Otra manera es con la lupa.

Mientras los tricomas van madurando se van volviendo marrones, van de la traslucidez de los primeros días al tono ambarino de una segunda fase hasta un amarronamiento innegable en el tercer momento. Para conseguir un cannabis de potencia estándar fíjate que la mitad de los tricomas permanezcan blancos, lechosos diría y que otra tercera parte tenga un tono ambarino, miel. Y ahí cortas. Zas. Cuanto más color ámbar más potencia en el cannabis, más sedación. Por el contrario más tricomas con tono blanquecino harán del producto final algo más suave. Vale recordad que las índicas serán más narcóticas que las sativas y cuanto más ámbar se vuelvan más potentes.

Corte

Antes de cortar hay algo fundamental, es el lavado de raíces. No te pienses que hay que arrancar la planta y lavar las raíces como si fueran ropa. No. Lavando las raíces quince días antes de cosechar las plantas se consigue una mejoría significativa en la calidad de las flores recogidas, se mejora el sabor, el humo es más agradable al paladar y las flores arden con mayor facilidad. Ello porque se elimina de las plantas todo rastro de fertilizante que pueda influir en la calidad final de la marihuana.

El lavado de raíces de la planta, o lixiviación del medio de cultivo como dicen los especialistas, es la aplicación sistemática de agua, de abundante agua. Si tienes unas maceta de 10 litros, deberás regar con 20 litros de agua, sin cloro, dos semanas antes de la cosecha. Así eliminarás los excesos de fertilizantes que podrían volver amarga, picante y con retrogusto a tu cosecha. En suelo, es lo mismo dale agua abundante y luego déjala secar. Evita el reigo los primeros cinco, seis días, a menos que sean muy secos y veas que la planta lo está pidiendo.

Eso si nada de agua dos o tres días antes del corte final. Yo aprovecho estos días para ir haciendo la manicura grande, voy sacando las hojas más frondosas, muchas de ellas ya estarán amarillas y otras a punto de caer. Esta primer poda ayuda a que el tedioso trabajo de la manicura no se vuelva tan pesado. Pasados estos quince días llega el momento del corte. Algunos prefieren arrancar la planta de raíz y ponerla a secar, unas semanas.

Yo corto rama a rama y dejo los cogollos colgados, ventilándose en un lugar —yo uso un viejo armario de madera— oscuro y seco, lo ideal para muchos es que se sequen a entre los 18 y los 20 grados en el secadero, es bueno dejarles un deshumidificador para este fin si la temperatura ambiente oscila mucho entre el día y la noche. Nunca es buena la humedad par ael secado porque los cogollos todavía pueden crear hongos. Un secado muy rápido por falta de humedad hará que los cogollos se sequen, cortando el indispensable ciclo de secado/curado que lleva su buen tiempo y tiene sus fases.

La humedad relativa recomendada habitualmente es de un 35%. Para reducir los hongos en el secadero es conveniente retirar todas las hojas del tallo y al menos algunas de la flor. Yo retiro las hojas grandes que quedaron, que son unas pocas y también las medianas, las pequeñas las dejo para más tarde. Lo hago de a poco, y comienzo con la manicura intermedia cuando trozo las ramas para dejarlas, aproximadamente un mes en cajas de madera.

Las dejo allí hasta que el tallo queda crocante, hasta que los pequeños tallos hacen crack al quebrarlos, ese momento es después que dejan de doblarse como si fueran de plástico. En este proceso voy sacando las hojas pequeñas. Después que ese tallo hace crack pongo los cogollos en un frasco de vidrio —bien limpios y desinfectados— que abro cada día, por dos motivos, para que la humedad del cogollo se vaya evaporando y para ir haciendo algo de manicura fina. Cada día cada día saco algún cogollo y lo voy esculpiendo con mi tijera. Durante el secado los cogollos pierden peso, porque pierden humedad, pierden clorofila y van adquiriendo sus primeros tonos meramente cannábicos. El olor a verde, a maleza, va desapareciendo.

El proceso de curado y secado me lleva entre dos y tres meses. Te darás cuenta del momento final, por el sabor y por la ceniza que deja el cannabis. Pero el proceso de curado se extiende hasta nueve meses un período en el que adquiere nuevas y sorprendentes tonalidades y paladares. Bueno esta es la básica, el detalle se lo darás tú. Espero de corazón que tengas la mejor cosecha de toda tu historia y que la siguiente sea mejor aún y así sucesivamente. Text: Gustavo Blanco

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