La marihuana: planta sagrada para salir del enredo

Exitable
02 May 2019

El naturalista Josep Pamiés estuvo de gira por América Latina. Dice que quiere conocer su realidad y por eso está de gira en Chile, Argentina y Uruguay. Es el alma matter Dulce Revolución, la asociación catalana que en líneas generales, busca que las personas sean conscientes de lo que están comiendo. 


La explosión de productos comestibles ultraprocesados en los últimos cuarenta años ha hecho que la humanidad le dé la cara a los productos que salen de la tierra. Y esa es una preocupación central de Pamiés y el grupo que integra. Los diarios hegemónicos lo destratan. Lo llaman curandero y dicen que hace pseudoterapias. Pero lejos de enojarse o arrepentirse entiende que la humanidad se viene intoxicando y está dispuesto a mostrarlo.

Cannabis, planta sagrada

Entiende que existen cinco “plantas madres”, “plantas sagradas”, explica en conversación con Soft Secrets. El kalanchoe, la stevia, la artemisa annua y también el cannabis. Cuando conoció la marihuana la reprimió. Sabía que su hijo fumaba, y él lo reprobaba. Pero un colega tuvo una esclerosis múltiple que lo tenía contra las cuerdas de la vida y la muerte. Y el cannabis fue alivio, pero también cura. Entonces, empezó a ver que los mitos que había escuchado no tenían cimiento.

Hace unos quince años pensaba que era una droga como tantas. “Tal como nos lavaron el cerebro los descerebrados que nos mandan. Pero a través de un compañero que se curó de una esclerosis múltiple de grado extremo reaccioné. Y empecé a entender que la planta sirve para muchos temas. Entonces empecé a hablar de marihuana medicinal. Que es una planta sagrada para sacar del enredo a mucha gente.

Es como la coca, la ayahuasca, hay que usarla con una prudencia enorme para que la gente no se envicie”, opina Pamiés. Su colega estaba muriendo, tenía días que estaba ciego, estaba hinchado de las cortisonas. Decidió retirar la medicación y dejarse morir. Pero un amigo le dijo que probara con marihuana para calmar los dolores. Y así lo hizo, en manteca. Un mes después estaba mucho mejor. Al segundo mes las mejorías eran notorias. “Se sobrepuso de la esclerosis múltiple y se contactó conmigo para explicármelo”, recuerda ahora.

Venciendo el prejuicio al cannabis

Desde entonces Pamiés ha usado al cannabis en las terapias para distintos tipos de cáncer, esclerosis múltiple, autismo y epilepsia, entre otras patologías. Así empezó a conocer “las propiedades maravillosas de esas plantas que tiene tantos usos que parece increíble”, opinó. Desde entonces Pamiés y su grupo hacen y enseñan a hacer tintura de cannabis para refregar en la piel. Y extracciones a baño maría con aceite de oliva. Quizás por eso en septiembre de 2014 un cultivo colectivo de la Asociación Dulce Revolución fue allanado por la policía en Balaguer.

Fue en la casa de Pamiés que había cedido una parte de su campo para el cultivo de cannabis. Recién en mayo de 2017 fue absuelto. La Asociación tenía más de setenta plantas para uso compartido, sobre todo para personas que no tenían espacio o conocimiento para hacer el aceite o cultivar sus plantas. Se deshizo de los cargos policiales pero no pudo con los cogolleros. “Como todos saben que se cultiva marihuana, por la noche me la roban cuando está a punto de corte. Es por el dichoso mercadeo ilegal del narcotráfico pequeño. Eso me fastidia y he dejado de cultivar. Lo que digo ahora es que cada uno se plante sus plantas”, dice resignado. Pamiés es un hombre mayor que vale la pena escuchar. Imposible de resumir en este artículo. Así que vayan a verlo va a estar en varias ciudades.

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