¿La marihuana es tóxica o adictiva?

Soft Secrets
02 Sep 2016

El neurocientífico español, Manuel Guzmán de la Universidad de Madrid, estuvo de visita en Uruguay, conversando con un público ávido de conocimientos científicos sobre el cannabis. Este es un resumen de sus palabras. 


¿Es la marihuana tóxica o adictiva? ¿Compromete la plasticidad del cerebro? El neurocientífico español, Manuel Guzmán de la Universidad de Madrid. A continuación un resumen de sus palabras. Conocemos bastante de cómo el cannabis actúa en nuestro organismo, pero todavía hay complejidades que hacen difícil predecir cuál puede ser el efecto concreto del cannabis en alguna zona específica del cerebro. Como todos saben, el cannabis es una de las drogas más previsibles en cuanto a sus efectos en los consumidores. El cannabis puede producir efectos duales, puede producir una inhibición de convulsiones o puede producir una generación de convulsiones, puede producir efectos anti psicóticos y efectos psicóticos. Es una droga que tiene sus peculiaridades de acción dual.

¿Es el cannabis adictivo?

La primer propiedad que se relaciona con cualquier tipo de sustancia es la tolerancia, definida como el proceso por el que una persona requiere cada vez dosis mayores de una sustancia para obtener el mismo efecto, la desensibilización, una dosis concreta que va perdiendo efecto biológico. El cannabis es una sustancia de abuso que produce tolerancia no es lineal, es asintótico, la tolerancia es diferente para distintos efectos. Eso ocurre para algunos efectos relevantes terapéuticamente como el dolor. La tolerancia se produce de manera bastante débil lo cual es interesante porque su efecto puede permanecer durante mucho tiempo si tener que subir la dosis. ¿El cannabis es una sustancia adictiva que habitúe a nuestro organismo, cuya retirada produce efectos de abstinencia? Es difícil decir si o no. Diría que sí, aunque el potencial adictivo del cannabis es bastante más bajo y transitorio que el de muchas otras sustancias de abuso. El bajo potencial adictivo está producido en gran medida por esa propiedad farmacocinética del cannabis de que el THC no se pierde bruscamente. La abstinencia al cannabis está descripta en el DSM IV, los médicos saben que existe y las personas que consumen cannabis por mucho tiempo también. Pero está claro que es más leve, en forma general más suave y transitorio que el síndrome de otras drogas de abuso.

Neurotoxicidad y plasticidad

El cannabis (THC y sus derivados) fue investigado en análisis hematológicos durante los años 60 y 70. Para saber si sus compuestos son neurotóxicos se experimentó con animales en condiciones extremas, condiciones que no reflejan en absoluto los niveles y las pautas de consumo de los fumadores de marihuana. Hoy en día tenemos claro que el cannabis no es neurotóxico, el cannabis produce efectos neuroplásticos, produce efectos de inmodulación de algunos procesos en el desarrollo del cerebro. La neuroplasiticidad puede estar relacionada con algunos de los efectos del cannabis sobre la salud psiquiátrica. Por ejemplo la protección a la psicosis, un tema recurrente en la discusión sobre el cannabis. Es posible la relación de asociación causal del cannabis con la psicosis, pero hay resultados contradictorios. Hay asociaciones si estratificamos la población del estudio. Con un cannabis fuerte en THC y débil en CBD hay una asociación de una propensión con la edad de inicio, entre los 14 y los 16 años y desarrollo posterior de psicosis. Pero el factor más importante sigue siendo el factor genético, la propensión genética que tenemos a sufrir estos trastornos aparte también de otros factores ambientales que existen y pueden determinar la incidencia de factores psicóticos como el entorno perinatal, que la madre haya sufrido infecciones, el estrato social y muchos otros factores ambientales.

La otra cara del cannabis

Hay distintos preparados de cannabis. Hay preparaciones ricas en THC, otras ricas en cannabidiol (CBD), la segunda sustancia más abundante en la preparación de la planta. Su diferencia química con el THC es muy sutil, simplemente su enlace químico no está abierto. Del cannabidiol falta mucho por conocer, es un anticonvulsionante, anti psicótico, afecta algunos otros procesos sobre altas dosis de THC, como ataques de fobia. Creo que es interesante disponer de plantas ricas en cannabidiol para poder hacer mucho más tolerable el THC en términos de salud psiquiátrica.

Palos en la academia

Esos estudios no se han llevado a cabo por varios factores. Por factores de la academia, pero no solo la academia. Hay otros factores que son ajenos a nosotros que impiden y dificultan bastante la investigación con los cannabinoides no solo desde el punto de vista clínico sino también básico. Todavía se considera en la mayor parte de los países a los cannabinoides como el componente activo de una sustancia ilegal. Su producción y extracción, son realmente laborosas. Cientos de sustancias son muchísimo más tóxicas no solo en el laboratorio, sino en nuestras casas, todos tenemos una botella de bencina para blanquear la ropa pero a nadie se le ocurre beberla, es más tóxica que el THC. El papeleo burocrático que tenemos que desarrollar los investigadores en este campo para recibir un gramo y medio por ejemplo es impresionante y eso dificulta muchísimo. Está también el tema de las patentes. Es un estigma que sea droga de abuso. Hay información que no ha llegado a todos nuestros colegas y se teje un oscurantismo muy estrecho, con una visión del cannabis como la droga de la locura. Tenemos que dejar de ser hipórcritas, de manera seria. Nuestra perspectiva de academia debe ser aportar y el rol de la sociedad debería ser responsable para ser más feliz y yo creo que todos nosotros tenemos nuestros placeres, nuestros vicios e inclinaciones para ser más felices. Incluso en el consumo recreativo es bueno saber cómo afrontamos los riesgos, las dosis, las proporciones de sustancias dentro del cannabis y cómo encontramos un consumo más seguro, creo que a nadie le apetece un mal viaje con las sustancias.
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