Desde antes del picador hasta la ceniza
Apreciar los aromas del cannabis es relevante para saber lo que estamos haciendo en nuestro cultivo, pero también qué han hecho otros en el suyo. Darse cuenta de lo que se ha hecho o de la variedad que tenemos entre manos simplemente oliendo, degustando y esperando el colocón y sus fases, es lo que podría buscar el catador. Varios growshops en España explican cómo y qué catan.
Apreciar los aromas del cannabis es relevante para saber lo que estamos haciendo en nuestro cultivo, pero también qué han hecho otros en el suyo. Darse cuenta de lo que se ha hecho o de la variedad que tenemos entre manos simplemente oliendo, degustando y esperando el colocón y sus fases, es lo que podría buscar el catador. Varios growshops en España explican cómo y qué catan.
Apreciar los aromas del cannabis es relevante para saber lo que estamos haciendo en nuestro cultivo, pero también qué han hecho otros en el suyo. Darse cuenta de lo que se ha hecho o de la variedad que tenemos entre manos simplemente oliendo, degustando y esperando el colocón y sus fases, es lo que podría buscar el catador. Varios growshops en España explican cómo y qué catan.
Después del cultivo y la cosecha, llega el momento que todo cultivador espera, la cata. Hasta que no probamos la marihuana no sabemos el éxito de nuestra plantación. Es en este momento cuando sabremos si hemos hecho un buen trabajo. Por eso, para examinar bien una muestra hace falta seguir una serie de pasos.
El cannabis tiene miles de matices, formas, olores y sabores. Cada cogollo es diferente y nos puede sorprender de muchas maneras. Los efectos también son variados. En la actualidad disponemos de tantas variedades que nos resulta difícil hasta diferenciarlas. Muchas de ellas son híbridos, mezclas de otras cepas más conocidas. Catar es la base para saber cuando estás fumando buena hierba o tan sólo estás dando caladas a algo parecido a los geranios de tu madre.
Entrar por los ojos
Siempre nos fijamos en la apariencia de nuestras plantas. Nadie va a querer fumarse un cogollo que parece medio podrido, todos deseamos una de esas preciosas flores que solemos ver en las redes sociales de los mejores cultivetas. Según el Grow Shop Delicias del Té, la marihuana “debe tener apariencia sana, buen color y mucha resina. Mejor si miramos con una lupa el estado de la resina, para comprobar su color y saber si la hemos recogido en su punto óptimo”. Esto último es de suma importancia, ya que dependiendo de la fase de la floración en la que hayamos cortado la marihuana, sus efectos serán diferentes.
Si los tricomas son de color transparente, hemos sido demasiado impacientes y hemos cortado antes de tiempo. Por el contrario, si la mayoría de tricomas son de un tono ámbar, el THC está degradándose y el efecto será más narcótico que si cortamos cuando están blancos o lechosos. Ese es el punto óptimo para cortar la hierba, aunque también depende de lo que busque cada uno.
A Sinsemilla Street, lo primero que les llama la atención, nada más ver la muestra, es su presencia. “Aquí es donde valoraremos su aspecto, dureza, forma, color, concentración de cristales o glándulas etc. Somos seres muy visuales además de auténticos enamorados de nuestra planta, por lo que la presencia es algo muy importante”.
Aroma y sabor: imprescindibles
El olor y el sabor de la planta nos puede indicar muchas cosas. Podemos saber qué variedad es, si fue cultivada en exterior o interior e incluso si han utilizado más productos de los que se debería. Si hay algo que caracteriza a la marihuana es su inconfundible aroma, ese olorcito que tanto atrae a las autoridades y que inunda nuestras casas cada vez que guardamos este oro verde en el armario. Esto y el sabor son características principales de una buena hierba. Para analizar esta cualidad, Grow Honey nos propone hacerlo antes y después de triturarla: “Hay que comprobar el color y el olor antes de picar el cogollo y también su textura y olor después del picado’’.
Sinsemilla Street también recalca la importancia de este proceso. “En el olor percibiremos los matices de la planta y si el trabajo del secado y curado del cultivador se realizó bien. Son muchos los cultivadores que no escatiman tiempo ni esfuerzo a la hora de cultivar, pero no prestan demasiada atención al secado y curado, perdiendo en gran medida los maravillosos terpenos. Esas pequeñas moléculas aromáticas que tanta fragancia y sabor le dan a nuestras plantas.
Los terpenos son sumamente volátiles y un mal secado o curado hará que al final del proceso se quede con olor a césped, por mucho buen olor que la planta haya tenido cuando estaba viva”. Los chicos de Delicias del Té tienen un truco para saber si la hierba está en su punto: “Tiene que oler bien, un olor muy metálico nos indica un exceso de fertilizantes y un olor fresco nos da a entender que la marihuana está cosechada hace poco tiempo. Al contrario, un olor amaderado y con toques a hachís nos indica que la marihuana tiene un tiempo de curación’’.
Apreciar el colocón: su tiempo
El último pero no menos importante matiz que necesitamos saber para dar el visto bueno a una muestra es su efecto. Eso por lo que nos la fumamos y por lo mismo que la han criminalizado. Una buena planta destaca por las secuelas que deja tras recorrer el cuerpo. Todos los grows entrevistados subrayan un paso importante: catar con tiempo y apreciar el efecto que nos ofrece cada cogollo después de fumarlo. Sinsemilla Street nos aconseja “detallar con objetividad el efecto, es imprescindible dejar pasar un tiempo necesario entre muestra y muestra. De esta forma evitamos que los efectos se solapen, por catar una muestra tras otra”.
Para catar bien la hierba, Grow Honey nos cuenta que ellos siempre lo hacen con una pipa o un canuto a cartón directo, sin tabaco de por medio. Si el humo que inhalamos es blanco, es sinónimo de calidad. Al igual que una ceniza blanca y homogénea. Así que a buscar esa homogeneidad, ese colocón y hacer alquimia cannábica para llegar al resultado que deseas.