De la farmacia al horno - Una pastafrola voladora legal

Soft Secrets
15 Aug 2018

Después de un año de flores estatales en Uruguay, ponemos en el horno las variedades Alfa y Beta II en una deliciosa pastafrola, ideal para acompañar el mate de la tarde.


Por los que recién llegan al mundo cannábico o se despiertan de un profundo sueño de hachís, desde 2013 Uruguay se aventuró en el viaje de la regulación del cannabis. La ley uruguaya con sus pros y contras, ofrece al usuario de cannabis registrado en el Instituto de Regulación y Control del Cannabis (IRCCA) tres vías de acceso. Los clubes de membresía, autocultivo doméstico y compra en farmacias de que vegetan y cosechan dos empresas y se distribuyen solamente en una quincena de farmacias de Uruguay. Mientras los integrantes de los clubes de membresía y autocultivadores llegaron a fumar y cocinar la primera cosecha legal en el otoño 2014, los uruguayos que esperaban las flores de las farmacias siguieron esperando. Después de varias vueltas y retrasos, llegó el día soñado por fin, el 19 de julio de 2017. Las primeras flores de cannabis psicoactivo de uso no médico, adminsitradas o regenteadas por un estado, están disponibles para los consumidores registrados hace un año. Incluso antes de las primeras pitadas legales y de farmacia inhaladas, las voces se elevaron. Se dijo que las flores no eran tan psicoactivas, hasta dijeron que no colocaban. Además, había solo dos variedades disponibles, en cantidades limitadas, en solo una docena de farmacias de Montevideo y de algunos otros departamentos.

Si querías fumar, tenías que llegar primero a una cola bastante nutrida. Hoy en día hay unas 30.000 registradas para comprar en farmacias. Uruguay es un país que al fin y al cabo es ”un pequeño pueblo donde todos se conocen”. Montevideo es una ciudad donde por sorpresa te encuentras con un amigo en la esquina. El famoso registro y su garantía de proteger la identidad de los adquirentes parece un chiste mirando a las colas interminables que desbordan en las veredas, frente a las farmacias autorizadas y donde uno se encuentra a la vista de todos.

Curiosidad bajonera

Desde la cocina de La Bajonería, la curiosidad por experimentar con el cannabis estatal se despertó con la aprobación de la ley. Quería cocinarlo, era una meta para este último año. En cada viaje a Montevideo, quería conseguir algunos cogollos de las farmacias. Cada vez iba con grandes esperanzas de conseguirlo. Llegaba a la capital, para encontrarme con mis amigos registrados, pero nadie tenía las flores de la farmacia. Era muy poco lo que llegaban a comprar en las farmacias.

Entre el compartir, las penurias y las colas largas, nadie tenía un cogollo legal para mostrarme. Pero todos eran unánimes, mis flores y las de mis amigos autocultivadores eran más ricas, pegaban más fuerte y por más tiempo. Para hacer una prueba de fuego al cannabis del estado, troqué a un amigo sus flores legales por las mías naturales. Mucho se ha dicho sobre el cannabis estatal.

Su calidad a primera vista no me convenció mucho, pequeñas flores, duras como piedra, secas quebradizas, con color. Mi amigo me intercambió unos cogollos de las variedades (Alfa II híbridos con predominancia índica) y Beta II, un híbrido con predominancia sativa. En general es aconsejable preparar extracción de cannabis en gran cantidad y separar la materia verde del líquido de extracción. Sea manteca, aceite o alcohol. Pero esta vez, tengo poca materia, unos gramos que serán suficiente para una sola receta y nada más.

Entonces, decido cortar e infusionar directamente el cannabis en manteca a baño maria sin extraerlo de la manteca que usaré para preparar una pastafrola, esta vez, todo va al horno. Mi objetivo es manipular los cogollos lo menos posible ya que bajo la lupa del microscopio se ven pocos tricomas. Es una regla que me gusta aplicar en todo caso: manipular los cogollos siempre con delicadeza y lo menos posible ya que los tricomas se pegan a los dedos sin ningún problema.

Para preparar una pastafrola, primero, cernimos juntos en un bowl, la harina, el polvo de hornear y la pizca de sal. En otro bowl, mezclamos la manteca cannábica a temperatura ambiente con el azúcar hasta que la mezcla quede como una crema. Agregamos a esta última mezcla, los huevos uno a uno hasta su total incorporación. Terminamos añadiendo los ingredientes secos y mezclamos todo hasta obtener una masa lisa y suave que dejamos reposar unas horas en la heladera.

Mientras tanto podemos preparamos el relleno, cortamos en trocitos el dulce de membrillo y lo mezclamos con unas cucharadas de agua caliente para disolverlo. Luego de una hora como mínimo podemos usar la masa. Guardamos un cuarto de la masa para las tiritas y extendemos el resto en el fondo, sobre los costados de un molde previamente enmantecado. Recubrimos con el relleno del dulce de membrillo.

Con la masa apartada, formamos tiras finas y las colocamos sobre el relleno, entrecruzándolas. Se cocina en horno a 180º C durante 30 minutos. Al salir del horno podemos pintar la masa con jalea de membrillo y espolvorear coco rallado para decorar. Mucho ha sido dicho sobre el cannabis estatal.

Su calidad, a primera vista, no me convenció mucho: pequeñas flores, duras como piedra, secas y quebradizas. Cuando lo fumé me agradó el humo suave y liviano, pero el pegue desapareció tan rápido que me sorprendí armando otro en seguida. Cuando lo cociné y lo comí, me tomé el gusto de repetir la dosis ya que era de potencia media. A las dos horas llegó el veredicto: efecto dulce y la pasta frola deliciosa.

Ingredientes para 8 porciones

300 grs. de harina. 120 grs. de azúcar. 100 grs. manteca con tres grs. de cannabis. 2 huevos. 400 g de dulce de membrillo. 2 cucharadas de agua. 1 cucharadita de polvo de hornear. 1 pizca de sal. Jalea de membrillo para pintar y coco rallado para decorar.

¡Coma despacio!

Como siempre: hay que consumir con cuidado. Es preferible experimentar con dosis bajas para empezar y luego aumentar poco a poco hasta encontrar la medida que te conviene para disfrutar y solo disfrutar. Es necesario ser cuidadoso con la dosis empleada, la calidad de la materia prima y la situación de consumo. Si, por ejemplo, tenemos el estómago vacío será una condicionante para tener en cuenta. Es preferible que estés descansado, bien alimentado e hidratado y lo hagas en un lugar donde te sientas a gusto. No es recomendable mezclar comida cannábica con alcohol u otras drogas. Celine

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