Cultivo de sativas de interior desde la semilla

Soft Secrets
25 Jul 2012

Actualmente en el mercado encontramos multitud de bancos de semillas, y por tanto una oferta casi inabarcable de posibilidades para cultivar, así que lo primero que debemos hacer es informarnos de las variedades que queremos probar, intentar saber sus tiempos aproximados de floración y calcular el esfuerzo que nos puede llevar. Digo esto porque es algo muy habitual que la gente que empieza en el cultivo, a veces tome esa decisión y acabe con su ilusión en esta faceta. ¿Por qué sucede esto?


Voy a utilizar un espacio de dos metros cuadrados, para la iluminación, que va a continuar siendo de Leds ya que he obtenido buenos resultados, he aumentado el número de paneles, ahora utilizo un total de seis de noventa watts, repartidos de tres en tres por metro.

Con esto he conseguido que no queden espacios sin cubrir y no tener que mover las pantas o las luces para compensar. Como este tipo de iluminación lleva unos concentradores en el haz parece que el índice de penetración será suficiente.

Con este nuevo set-up el luxómetro indica un excelente reparto de luz. El primer paso es su germinación. No debemos tener problemas aquí, yo no me complico y pongo unas servilletas embebidas en agua, las dejo en un lugar donde la temperatura no sea muy baja y en un par de días si toda va bien están listas.

Si pensamos que las semillas pueden ser muy viejas o dar problemas para abrirse, podemos llevar a cabo una escarificación previa, bien sea dándoles un suave masaje con un papel de cristal muy fino, o dejándolas unas horas en remojo dentro de un vaso. El efecto es el mismo.

Me gustaría recordar que no es buena idea dejarlas germinando sobre un modem o una pantalla, como la creencia popular piensa. Este tipo de aparatos dan mucha más temperatura de la necesaria y cuando nos demos cuenta las hemos cocido. He visto innumerables casos en los que usuarios se quejan de la germinación y el problema ha sido ese.

Es mucho mejor pecar de frío que de calor, una semilla que pasa frío tarda en abrirse, en cambio una que se ha calentado, no se abre más. Ya debemos tener nuestras germinaciones realizadas y ahora toca trasplantar. Aquí es donde empiezan las grandes diferencias con otros tipos de genéticas.

Normalmente es mucho mejor hacer varios trasplantes en la fase vegetativa, empezando con un pequeño vasito y aumentando el volumen a medida que el cepellón se hace con toda la tierra, buscando un tamaño ya considerable para entrar a floración, de otro modo las cosechas son pobres.

Con las sativas esto no es así por su naturaleza y necesidades de adaptación a las latitudes de donde provienen. Su adaptación les ha llevado a crear un ritmo de crecimiento diferente, mucho menos obediente a los fotoperiodos, ya que en sus zonas autóctonas no disponen de periodos de luz tan largos por día. Así que mi consejo para cultivarlas es utilizar la maceta definitiva desde el inicio.

¡Ojo! Esto conlleva un cuidado extremo en las primeras semanas. Lo que hacemos es poner primero una capa baja de tierra esponjosa que ocupe un veinticinco por ciento del volumen, es importante que para regar en este primer caso lo realicemos por inmersión, dejando las macetas en una bandeja con agua para que ellas mismas la vayan absorbiendo lentamente, con esto lo que conseguimos es que al ser un proceso tan lento y desde abajo no apelmaza en absoluto el sustrato, dejando la parte superior con una textura muy aireada que favorece la penetración de la raíz en estos primeros días, de otro modo es muy probable que le provoquemos una asfixia o un bloqueo.

Cuando tenemos nuestro cojín de tierra bien hidratado depositamos las semillas con una ligera capita de tierra por encima de apenas unos milímetros, esto ayudará a que el embrión se desprenda con más facilidad de la cubierta protectora. Veremos cómo en unos días, se estirar hasta costarle mantenerse erguida, entonces la ayudamos con un poquito de tierra del entorno hasta que empiece a coger consistencia el tallo, por lo menos la suficiente para mantenerse por ella misma.

Vamos a pasar las plantas directamente a floración, no vamos a darles ni un solo día de crecimiento con fotoperiodo largo,  simplemente no lo necesitan, por tanto hacerlo es un gasto inútil de luz y un riesgo de que las plantas se nos vallan en altura.

Así que empezamos con un fotoperiodo de doce horas encendido y apagado. Por su genética, las plantas enseguida empiezan a crecer en cuanto van doblando sus hojas. Lo que debemos hacer es que cuando la planta haya dado un buen estirón y veamos que las raíces están bien desarrolladas, la levantamos con cuidado, la sacamos del contenedor y aumentamos la tierra en la parte de abajo, situamos el cepellón en el centro y procedemos al corte de las ramas bajas.

Es una muy buena idea guardar éstas para clones, ya que son las ramas que antes enraízan y ya nos aseguramos una madre por si sale algo interesante. En los cortes que hemos hecho y que ahora quedarán soterrados, hacemos unas friegas con hormonas de enraizamiento, de este modo conseguiremos un extra de raíces que ayudará a una mejor alimentación y sujeción de cada individuo.

Otro consejo es que desde el inicio utilices micorrizas en la mezcla del sustrato, este hongo beneficioso que vive en simbiosis con nuestras plantas nos ayuda a mantener un sistema radicular optimizado y en el caso de las Sativas, por sus largos periodos de vida, se hace mucho más importante.  Desde luego también haremos uso del enraizante un par de veces, no es necesario más, siempre vigilando el ph que suele subir bastante con estos productos. En mi caso he utilizado contenedores de siete litros, pero normalmente utilizaría bastante más grandes, no menos de quince, y para obtener los mejores resultados, por lo menos de veinticinco litros. Una vez finalice esta selección haré otro cultivo con las mejores en grandes contenedores donde podremos ver mejor su potencial, poniendo sólo cuatro por metro.

Las plantas se han adaptado de maravilla y han empezado a crecer a gran velocidad. Lo que hago es ir ajustando la altura de los Leds a medida que se desarrollan, poder ponerlos tan cerca hace que puedan absorber grandes cantidades de luz, pero sin sufrir problemas de temperatura, lo que ofrece un crecimiento explosivo. Hacía tiempo que no veía tanto vigor.

Este cultivo es de máxima complicación y va a requerir de mucho tiempo de observación, porque la ramificación es tan masiva que si se me escapa una sola flor macho estropearía todo el trabajo. Como son todas nuevas, hay que estar muy encima para ver cómo se desarrollan, ya que no es lo mismo cuando trabajamos con esquejes porque ya sabemos que esperar.

Muevo las plantas por alturas para que no sombreen las más grandes a las más pequeñas, de este modo voy consiguiendo un crecimiento uniforme, que es otra de las cosas que más me preocupa. Por ahora, en estas primeras semanas se han comportado y todo está bajo control. 

Cuando la altura ha llegado a una media de cincuenta centímetros y observo un buen desarrollo en general, procedemos a darles lo que se conoce como “el susto”. Esto consiste en intentar mandar una señal contundente a las plantas para inducirlas a iniciar la floración.

Para realizar esto, lo que hacemos es dejar el cultivo apagado un periodo de entre veinticuatro y setenta y dos horas, esta señal suele acelerar mucho el cambio. Hay que tener cuidado y durante ese periodo dejar la ventilación y extracción puestas ya que la humedad se elevará mucho, del mismo modo vigilar la temperatura que no descienda en exceso y se enfríen las macetas.

Cuando volvemos al fotoperiodo habitual de 12/12 las plantas no detienen de golpe su crecimiento y es el momento de empezar a trabar las diferencias de altura que en este momento necesariamente empiezan a existir. Tenemos tres opciones; la poda, la conducción o el cropeo.

Yo personalmente prefiero cropear las plantas o conducirlas antes que podarlas, el motivo es que si recurrimos a las poda en estas Sativas, muchas veces tiene un efecto contrario y aumenta su crecimiento y esto no sucede con las otras dos posibilidades. En el próximo número veremos cómo contener su tamaño con ejemplos de las tres técnicas y cómo avanza la floración.

¡Saludos y felices fumadas!

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