Floración en exterior - La alimentación

Soft Secrets
23 Oct 2018

Cada vez queda menos para la cosecha. Se acerca agosto y con él las plantas llegan a la última etapa de su vida; la floración. En esta fase, las plantas de marihuana dejan de crecer para dedicar su energía a la producción de flores, por lo que sus necesidades alimenticias son también distintas. Si abonamos correctamente las semanas que nos quedan y el tiempo nos lo permite, obtendremos la cosecha que merecemos.


En exterior, las plantas de marihuana pueden llegar a medir varios metros y producir más de un kilo por planta. Ejemplares tan grandes demandan también una gran cantidad de alimento. La concentración de nutrientes que les demos ha de ajustarse a sus necesidades. Éstas cambian en función de su desarrollo y de si se encuentran en crecimiento vegetativo o en fase de floración. En la etapa de fructificación, la demanda de fósforo y potasio aumenta notablemente, ya que son los principales responsables de la formación y desarrollo de los cogollos. [caption id="attachment_10869" align="alignnone" width="800"] Planta bien alimentada.[/caption] Por el contrario, la necesidad de nitrógeno disminuye, al dejar la planta de crecer y formar nuevas hojas. Si en floración las plantas sufren un exceso de nitrógeno o magnesio, tendrán una concentración de clorofila demasiado alta. Será difícil que no quede cierto, aunque realicemos un buen lavado de raíces. Abonar con la cantidad adecuada en floración es clave para conseguir una cosecha de calidad. Tanto un exceso como una carencia son factores negativos, pero siempre es más fácil solucionar una falta de nutrientes que la sobrefertilización. Cuando las plantas cambien de ciclo, no comenzaremos directamente con el abonado de floración, sino que seguiremos añadiendo el de crecimiento durante varios días. Tenemos que esperar a ver los primeros montones de pistilos. Esto ocurre más o menos a partir de la segunda semana de entrar en floración. En ese momento, sí hay que cambiar la nutrición. Después iremos subiendo poco a poco la dosificación hasta que nos queden aproximadamente dos semanas. A partir de este momento, dejaremos de abonar para regar únicamente con agua hasta el día de la cosecha. A la hora de abonar, también debemos tener en cuenta el sustrato que hemos usado y las condiciones climatológicas para abonar en menor o mayor cantidad. Si la tierra está suficientemente abonada, habrá que reducir la alimentación en proporción, y viceversa. También debemos aumentar la dosis total de fertilizante si el buen tiempo y el calor acompañan, pero disminuirla en cada riego, pues tendremos que regar más. También si no cesa de llover o hace mucho frío, ya que las plantas ralentizan todos sus procesos vitales, entre ellos la absorción de nutrientes. Para la fase de floración utilizaremos un abono y un estimulador específico para la floración, además de un PK o revienta cogollos. [caption id="attachment_10870" align="alignnone" width="800"] Primeras semanas en floración.[/caption]

Floración exterior

1ª y 2ª semana

Como consecuencia de la progresiva reducción de las horas de luz solar diarias, entre finales de julio y primeros de agosto las plantas de marihuana entran en floración. Las dos primeras semanas, la planta no se dedica a florecer propiamente, sino a prepararse para esta fase. Las plantas aumentarán su altura a gran velocidad y acortarán la distancia intermodal, terminando de formar la estructura que soportará el futuro peso de los cogollos. Durante estas dos primeras semanas seguiremos añadiendo el abono de crecimiento. Hasta que no se vea un considerable número de pistilos, no debemos modificar la dieta. Intentaremos que la EC se sitúe en torno a 1,4-1,5.

3ª semana

Las plantas adquieren un tamaño casi definitivo. Los primeros grupos de pistilos ya son visibles. Es hora de cambiar la alimentación. Haremos los primeros riegos con un abono y estimulador de floración. Seguiremos subiendo la EC hasta llegar a 1,6.

4ª semana

El crecimiento se ralentiza hasta detenerse del todo. Los pistilos se desarrollan a una velocidad espectacular. Una fina capa de resina comienza a cubrir los cogollos y las hojas. A partir de la tercera o cuarta semana, la demanda de fósforo y potasio aumenta. Por ello, además de usar un abono específico de floración, es conveniente añadir también un PK o revienta cogollos. Subimos progresivamente la EC en los riegos hasta 1,8. [caption id="attachment_10871" align="alignnone" width="800"] Floreciendo bajo la lluvia.[/caption]

5ª semana

Seguimos añadiendo poco a poco fertilizante hasta alcanzar una EC de 1,9-2,0. Los pistilos siguen aumentando y los primeros racimos florales comienzan a formarse.

6ª semana

Las plantas ya huelen como deben y el peso de las flores puede empezar a doblar las ramas. Elevamos la EC al máximo que permitan nuestras variedades y lo situamos en torno a 2 y 2,2.

7ª y 8ª semana

Llega el final de la floración. Los cogollos son cada vez más duros y compactos. En esta fase las hojas deberían ir perdiendo su verdor para tornarse amarillas y seguramente caer. Los pistilos siguen creciendo, pero a menor velocidad y son mayoritariamente oscuros. La resina huele aún más. La cantidad de tricomas lechosos es superior al 50%. Debemos dejar de abonar durante al menos una o dos semanas antes de cortar. Durante los 10 o 15 días que nos quedan regaremos con una EC de 0,4. De esta forma no añadimos nutrientes y la planta tiene que consumir los que le queden en los tejidos. Si hacemos un lavado apropiado de raíces la hierba olerá y sabrá mucho mejor. TricomaTeam (tricomateam@gmail.com)

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