El mundo se mueve mientras fumamos marrón y verde

Soft Secrets
10 Jun 2016

¿A quiénes de los que están leyendo estas líneas no le representa esta frase tan simple y cierta de Aaron de Hermanos Herméticos?


La marihuana y el rap español caminan felices de la mano desde hace muchos años, y sus conexiones puntuales con la escena dancehall nacional nos han dado una buena cantidad de canciones, discos y festivales que rinden culto a la planta. Es el caso por ejemplo del recopilatorio que sacó el incombustible Chulito Camacho hace unos años, Cannabic Sound Machine (Producciones Enfaxix, 2009), compuesto de quince canciones en los que el tema central es el cannabis.

Destacan el propio Camacho, que produce y abre el disco, Dakaneh o Newton. Sin embargo, hay uno que se lleva el gato al agua y se desmarca del resto por temática y estilo. No todo es weed en el rap español y en el corte 9 Joka de Guante Blanco se luce con su habitual elegancia en Humo Azul, una oda al hachís y su fabricación artesanal.

Guante Blanco, un dúo formado por el productor Hoodlover y el mc Joka, se presentó en sociedad en 2004 con una demo de cinco temas, dio un golpe encima de la mesa del aburrido hip hop underground español del momento. Por fin alguien hablaba de la calle con conocimiento, sin tópicos, ni ñoñerías, importando la jerga y los códigos de los barrios de Madrid. Así, cuando en Humo Azul empieza diciendo “quince minutos en la malla roja”, o más tarde suelta “iré al infierno, ahora estoy tocando el cielo, la lavadora está petá de hielos”, sólo quienes conociesen el proceso de extracción sabían de qué estaba hablando hace siete años.

Al preguntarle por qué decidió hacer ese tema sobre hachís y no sobre marihuana, me habla de su predilección por el hash: “Cuando éramos chavales lo que se fumaba siempre en Madrid era hachís, la hierba era más difícil de conseguir, quizá por eso me acostumbré y es lo que más me gusta ahora”. Hablamos de preferencias y responde sin dudar: “Fumo Iceolator. Me gusta el polen rubio, pero a mí dame un Ice Full Melt en una malla de 90”.

Entre todos los guiños en clave que hay en Humo azul, Joka inmortaliza además a Loki de Ganja Time, al que considera uno de sus maestros junto a Chulito Camacho. Después de muchos directos, algunas colaboraciones y Moonglasses (GP, 2011), un disco redondo injustamente valorado, Joka y Hood decidieron seguir caminos diferentes. Su álbum lo editó Gamberros Pro, un sello que lleva más de diez años luchando en la dificultosa independencia del hip hop español, responsable de trabajos tan dispares como los de Chirie Vegas o Erik Urano.

En 2009 Gamberros Pro publicó Conservarse frío, el segundo elepé de Hermanos Herméticos, que no logró batir la etiqueta de clásico que tiene su primera obra, Leyendas Legales (GP, 2005). En el quinto corte, Aaron Baliti se lo guisa y se lo fuma él solito en "Ya me conoces".

El ruido de un papel de fumar da paso al beat, construido por el propio Aaron, un sample de unos tambores arabescos que bien podrían ser del Rif. Así comienza a describir su rutina: “Me cuelgo con el hash, lo lío con esmero, de polen el primero, amarillo ligero”. Sus filias “Exquisito Nepal y un soportal de estraperlo”, “Blueberry y un litro, Orange Bud y un micro” y su fobias “¿Que si te paso un tiro? Amigo, ni de coña, esto es para mí mi momento de gloria, en el que lloro mis penas y celebro mis victorias”.

Hace un tiempo le pregunté a Aaron sobre sus variedades preferidas de weed y destacó la Silver Haze entre las Sativas y la Northern Lights de las Índicas, pero me quedé con ganas de saber su opinión sobre el hachís: “Me gusta el dry hash, el vareado de toda la vida, el amarillo de Marruecos. Hemos crecido con eso. El ice está rico y he probado el BHO, pero en este momento de mi vida me gusta más fumar extracciones suaves, un hash que tenga sabor terroso, de Kush o alguna índica, y las variedades de hierba como Durga Mata. También las potentes en CBD, hay vida más allá del THC”, comenta risueño.

De la madrileña tradición de fumar hachís en los soportales también habla Tone en Iris Canela: “Cuando llovía como hacia las siete, fijo que nos encontrabas siempre, protegidos como el color con la Neutrex, respirando aceite, con los dedos to amarillos como el traje de los Lakers”. Tone es un rara avis del rap español. El pasado 2015 regresó con Sistemas de comunicación, su primer disco en diez años sin saber prácticamente nada de él desde Algunos cortes (BOA, 2005), un LP oscuro de bases minimalistas, letras extraídas de lo más profundo de su subconsciente y una personalísima forma de rimar.

En Iris canela habla de su amor al hachís de buenas noches, esa “crema que se derrite cuando quema, amor, humo y candela”, como canta Jul en el estribillo. “Te digo la verdad: me encanta el hash, me gusta el BHO, claro ¿a qué fumador de cannabis no?, pero a día de hoy prefiero la hierba, especialmente la Amnesia Haze. Cuando escribí aquel tema fumaba más hash porque me cundía económicamente la clásica bellota marrón oscura”.

Antes de despedirnos, Tone hace hincapié en la sensibilidad que da el THC a la hora de crear: “No considero los porros indispensables para escribir, pero sí es cierto que te dan esa perspicacia para ver algunas cosas que de otra forma son imperceptibles, y facilitan la comunicación con tú yo interior, totalmente”. Exactamente lo que rapeaba hace diez años en Iris canela: “No había visto nada hasta que miré con tu ceguera, se deshace entre mis yemas, rúcame, sácame de aquí como a una muela […] estaré siempre a su vera, ciego la vida entera, por mirar un instante sus ojos de color canela, joder si vale la pena, me regala destellos de lucidez extrema”.

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