Rosin Tech 5  

Soft Secrets
14 Mar 2016

En este número nos desplazamos hasta Dr. Feis, para que su capo nos enseñe cómo apretar cogollos en condiciones. Si os gustaron las planchas de pelo, la plancha de camisetas o la pinza HMK, hoy vais a quedaros con la boca abierta tras ver como se “planchan” cogollos en una prensadora de toneladas, con placas calefactoras.


En este número nos desplazamos hasta Dr. Feis, para que su capo nos enseñe cómo apretar cogollos en condiciones. Si os gustaron las planchas de pelo, la plancha de camisetas o la pinza HMK, hoy vais a quedaros con la boca abierta tras ver como se “planchan” cogollos en una prensadora de toneladas, con placas calefactoras.

En este número nos desplazamos hasta Dr. Feis, para que su capo nos enseñe cómo apretar cogollos en condiciones. Si os gustaron las planchas de pelo, la plancha de camisetas o la pinza HMK, hoy vais a quedaros con la boca abierta tras ver como se “planchan” cogollos en una prensadora de toneladas, con placas calefactoras.

Llevamos un año ya hablando de la Rosin Tech y hemos aprendido casi todos sus entresijos. Esta técnica, que ha revolucionado el mundo de los extractos caseros, ya empieza a ser habitual, tanto en dispensarios de todo el mundo, como en los podios de copas cannábicas. No es de extrañar pues, que haya ya instrumental especializado (no las pequeñas customizaciones caseras que hemos visto ahora) para hacer Rosin de calidad, con buenos retornos y a “buen ritmo”.

Feisal

Feisal es uno de los personajes de moda en la escena cannabica europea. Es dueño y alma de una de las tiendas más conocidas de Madrid, Dr Feis, pero sobre todo es conocido ya que posiblemente sea el “maestro chocolatero” que mejor BHO hace en nuestro continente. Y es que, desde que hace unos años iniciase el colectivo Oil Hunters, su nombre no ha parado de sonar. Sus premios le avalan, solo en 2015 ganó 16 primeros premios en copas cannábicas con sus extractos. Spannabis, la copa THC de Valencia o las tres Dabadoo que ha habido en Europa este año (Barcelona, Valencia y Amsterdam), son algunas de las “medallas de oro” que han recibido sus concentrados estos últimos doce meses.

Feisal adora el cannabis, tiene la tolerancia muy alta y unos pulmones de acero. Cualquiera echaría hasta el hígado dándole una calada a un porro de Iceolator de los que él se rula y hasta a alguno de los mas reputados dabbers yankys he visto en apuros para poder aguantar con entereza uno de sus “garfios” (como el llama a los “pipazos” de BHO). Esto, unido a que no le sobran precisamente el tiempo, ni la paciencia, hacen de él un gran ejemplo de usuario hardcore que se desesperaría con una plancha de pelo si una buena tarde quisiese darse un homenaje a base de Rosin. Como el es él primero que lo sabe, tenemos la suerte de que se ha hecho con unas cuantas prensadoras para la tienda, así que he podido probarla.

La máquina

La maquina es una pasada, se ve que no estamos ante un juguete. Es robusta, bastante grande y lo cierto que al principio hasta asusta un poco. Una vez te pones a usarla ves que es sencilla de manejar y configurar, diría que es ''cosa de niños'', si no estuviéramos ante una prensadora de tanta fuerza capaz de darnos un buen susto. Consta de dos pantallas y varios botones. En cada pantalla controlamos independientemente la temperatura de cada placa así como el tiempo que queremos que se aplique la presión. La fuerza la hace un compresor de aire, después de que pisemos/pulsemos un interruptor/pedal.

Las placas tienen un área reducida, aproximadamente 40cm2. Esto favorece una alta presión por centímetro cuadrado, para facilitar la extracción del máximo de aceites posible sin tener que subir tanto la temperatura. No olvidemos que no es lo mismo aplicar 100 kilos sobre un metro cuadrado que esos mismo kilos sobre 10cm cuadrados. Con tanta presión se puede trabajar a temperaturas bastante bajas, sin perderse tanto rendimiento como con la plancha de pelo, vamos, que una maravilla, conseguimos retornos buenos y encima conservamos mejor los terpenos de nuestra mandanga.

El ritmo al que se pisa es bastante rápido. No puedes pisar a la vez varios cogollos con la comodidad de la plancha de camisetas, pero la verdad es que la rapidez con la que vas trabajando flor a flor es impresionante, currándotelo un poco puedes llegar a idear alguna “cadena de trabajo” bastante eficiente.

La extracción

El vegetal que usamos fue una Biker Kush de gran calidad. Su aroma característico a Kush limonera impregnó por completo el ambiente en cuanto nos pusimos a pisar flores en la máquina. El resultado, como podéis apreciar en la imagen, fue un “cristalón” ambarino de consistencia relativamente dura con sabor y olor tremendo a limón. Su efecto era realmente fuerte y cuando te da un pipazo Feisal, -aunque diga que era pequeñito,- no puedes evitar toser un poco, pero lo cierto es que entraba suave como la seda.

La temperatura que utilizamos fue de 230 Farenheit (que equivale a 110 grados de los nuestros) en todas las pisadas, que fueron dos (de diez segundos cada una) por cogollo. Con esta presión el retorno era aparentemente muy aceptable y la calidad increíble. No teníamos más que un día, así que tampoco pudimos ponernos a experimentar con todo lo queríamos, posiblemente probar las temperaturas nos habría llevado varios días…

Con lo que sí experimentamos un poco fue pisando flores grandes y pequeñas. Lo hicimos para ver si ayudados de tanta presión conseguíamos eliminar uno de los principales problemas del Rosin; que se extrae con más eficiencia de “florecillas” que de “cogollazos”. Utilizamos para ello porras de buen calibre, al principio las “separábamos” en varios cogollos más pequeños para su pisado y después de unas tiradas probamos a meterlas enteras. Nos daba la sensación de que (al igual que con los otros “rosinators”) el rendimiento era bastante peor con flores grandes.

El resultado, aunque a vista simple se intuía, lo quisimos contrastar en laboratorio. Así pues enviamos restos pisados de “cogollos grandes” y “pequeños” a los laboratorios de Ananda Lab para su análisis en HPLC. Se cuantificaron THC y CBD en formas descarboxiladas y ácidas en ambas muestras. El resultado, cómo era previsible, es bastante claro; había aproximadamente el doble de cannabinoides sin extraer en los “pisazos” de flores grandes. Esto corrobora lo que ya sabíamos, no hay que meter flores enormes para hacer Rosin, por lo menos de momento.

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