Mangos y cannabis, ¿mito o realidad?

Exitable
03 Dec 2015

Cultura Cannábica


Cultura Cannábica

Se ha hablado mucho acerca de los mangos y el cannabis, principalmente debido a la popularización a través de Internet de la leyenda urbana que afirma que consumir esta fruta tropical tan popular podría potenciar o aumentar la duración de los efectos psicoactivos de la planta.

Tabla que muestra los resultados de otro estudio similar. Fuente: Volatiles of Mango characterized by SPME and capillary GC/MS spectroscopy. Ignacio Salazar Sandoval et al.

El fundamento en el que se trata de sustentar esta teoría se basa en que dichas frutas contienen una notable cantidad de β-Mirceno, un monoterpeno comúnmente presente en la resina del Cannabis y que efectivamente, puede actuar en sinergia con los propios fitocannabinoides y modificar o potenciar sus efectos sedantes (efecto Entourage, Ethan Russo).

La ruta del Galeón de Manila, la primera ruta comercial transoceánica de la historia. Fuente: Wiki-Commons.

Esto sería interesante y factible si los mangos fuesen una buena fuente de abundante Mirceno, algo que no sucede ya que en general, los mangos contienen otros terpenos en proporciones bastante superiores a este y no siempre lo presentan. De modo que aún estando presente, para que realmente tuviese lugar alguna sinergia tendríamos que consumir una cantidad de mangos tan grande que sería ridículo e incierto pensar en potenciar los efectos de esta manera. Especialmente si tenemos en cuenta que tenemos otras fuentes de Mirceno más convenientes y disponibles.

Entre los compuestos aromáticos más comunes en dicha fruta encontramos Carene, Terpinene, Pinene, Ocimene y otros terpenos o ésteres aromáticos que varían según los diferentes cultivares, proporcionándoles sus característicos y diferenciados aromas y sabores.

Bibliografía científica

Podemos observar los resultados de diversos estudios en donde se han analizado los compuestos aromáticos y volátiles de las diferentes partes de dicha especie (Volatile components from mango. Mangifera Indica L. Jorge A Pino et al):

Los componentes volátiles de 20 cultivares de mango han sido investigados mediante extracción destilada, cromatografía de gases y espectrómetro de masas. 372 compuestos han sido identificados, de los cuales 180 fueron encontrados por primera vez en los mangos. La concentración total de volátiles es de 18-123 mg/kg en la fruta fresca. Los hidrocarburos terpénicos fueron los compuestos volátiles de mayor presencia en todos los cultivares, siendo los terpenos dominantes δ-3-carene (cvs. Haden, Manga amarilla, Macho, Manga blanca, San Diego, Manzano, Smith, Florida, Keitt, and Kent), limonene (cvs. Delicioso, Super Haden, Ordoñez, Filipino and La Paz), both terpenes (cv. Delicia), terpinolene (cvs. Obispo, Corazón y Huevo de toro) y R-phellandrene (cv. Minin).

Se trata de una variedad tropical colombiana tradicional, al igual que otras como la Punto Rojo. Imagen: Kaiki CBG.

La Mango Haze de Mr Nice es otra variedad con olores a frutas tropicales, se trata de un híbrido de Haze bastante rápido basado en los trabajos clásicos de Nevil.

Mangobiche de Cannabiogen, una variedad caribeña que se caracteriza por su olor afrutado a mangos y su efecto estimulante. Imagen: Bushweed.

Aquí se comparan los componentes encontrados en las hojas y la piel del fruto (Chemical Composition of Mangifera Indica essential oil from Nigeria. Ana M. Džamic, Petar D. Marin.):

El aceite esencial aislado de las hojas y la piel de Mangifera Indica L. mediante hidrodestilación ha sido analizado mediante GC y GC/MS combinados. Las hojas de M. Indica son ricas en sesquiterpenos (70,3%), mientras que el aceite de la piel contiene una gran cantidad de monoterpenos (83,2%). Los compuestos dominantes en el aceite de hojas de mango fueron δ-3-carene (20.5%), α-gurjunene (19.2%), β-selinene (13.9%) y β-caryophyllene (13.7%), mientras que el aceite de la cáscara del fruto conteía principalmente δ-3-carene (58.2%) y α-pinene (13.0%).

Y un último en donde se comparan los compuestos de la piel y su pulpa (The Volatile Constituents in the peel and pulp of Green Thai Mango. Hirotoshi Tamura et al):

Los compuestos volatiles presents en la cáscara y la pulpa de mango maduro (Mangifera Indica L.) fueron extraídos con fibras de 100 μm de PDMS o 75 μm de Carboxen/PDMS previamente al análisis GC/MS. 26 compuestos volátiles han sido identificados en la piel del mango, extraídas con fibras de Carboxen/PDMS, sumando un total de 98,71% de los compuestos volátiles. Los terpenos contribuyeron al 98,49% de los compuestos identificados, entre los cuales el Terpinolene representó la mayor fracción, con un 44,20%. Un total de 21 compuestos han sido detectados en la pulpa del mango, representando un total del 99,29% de los compuestos volátiles. Los terpenos contribuyeron al 97,82% de los mismos, presentando una dominancia clara de p-cymene (55,45%).

Tras observar y analizar brevemente los resultados de dichos estudios, no cabe duda al respecto: los terpenos que predominan en los mangos son Ocimene, Terpinolene y Carene. El Pinene es responsable del aroma tan común a trementina en los híbridos de Florida y el Mirceno se encuentra solamente en algunos cultivares. De este modo, más valdría la pena adquirir Mirceno puro incluso aceite esencial de lúpulo, ya que algunos cultivares de esta otra planta como “Cascade”, “Saaz” o “Willamette” contienen buenas cantidades del mismo. Otras no tanto, presentando mayores concentraciones de α-Humulene (Volatile components of aroma hops (Humulus lupulus L.) commonly used in beer brewing. Marcelina R. Nance and William N. Setzer; Determination of the volatile compounds from Hop and Hop Products. Liana Claudia Salan?? et al.), al igual que el propio Cannabis que es su pariente botánico más cercano.

Igualmente es posible encontrar concentraciones notorias de este terpeno en otras plantas como la citronela, romero, laurel, pimienta de Jamaica y otros muchos que sí contiene una gran cantidad de este monoterpeno de efectos sedantes y olor definido como especiado (pimienta), resinoso, balsámico y amaderado (descrito por el gran perfumista Gerard Mosciano en la publicación Perfumer & Flavorist 25, No.6/26 2000).

En cuanto a los mangos, se trata de una especie sumamente interesante desde el punto de vista económico, de ahí su amplia difusión a nivel global. Además, comparte con el Cannabis algunas peculiaridades al respecto de su origen, difusión e historia muy interesantes.

Se trata de un árbol perenne de origen tropical y frutos muy apreciados por su pulpa dulce, untuosa y de grandes cualidades organolépticas. Su género botánico se originó en la región de los Himalayas, algo que comparte también con el género Cannabis. Concretamente en la zona del noreste de la India, Bangladesh y el noroeste de Birmania; región donde fue domesticado hace ya más de 4000 años. Fue descrito y nombrado Mangifera Indica L. por el naturalista sueco Linneo en su libro Species Plantarum (1753) debido al origen indio de sus muestras, aunque posteriormente se supo que esto no era acertado (The Mango: Botany, production and uses. Richard E. Liz.). Nuevamente, vemos aquí algo muy similar a lo ocurrido con Lamarck y las primeras clasificaciones botánicas del Cannabis Indica L., un tema que trataremos en profundidad en artículos posteriores.

A partir de los siglos cuarto y quinto AC, fue llevado y difundido por los monjes budistas hacia Malasia y a lo largo y ancho de otras regiones del Sudeste Asiático e Indochina. También se extendió hacia el medio oeste en manos de los persas durante el siglo X. Se sabe que posteriormente los portugueses lo llevaron a la isla de Goa y también lo introdujeron en sus colonias de África durante el siglo XVI. Finalmente llegó a las colonias de México y Brasil durante el siglo XVII y a las Indias Occidentales en el siglo XVIII (El Cultivo del Mango, Víctor Galán Saúco).

Extensión mundial

Al contrario que con el Cannabis, una especie mucho menos estudiada, se han llevado a cabo investigaciones de marcadores genéticos con el mango para comprender más acerca de su origen y difusión como especie vegetal. Gracias a esto hemos sabido que los mangos criollos americanos, tan extendidos e importantes en México y otros lugares de América del Sur (hasta el punto de haberse convertido en recursos económicos de importancia como en el caso del mango “Ataulfo” de Chiapas o el “Banilejo” Dominicano), son según sus genes variedades Filipinas poliembriónicas. Estos fueron introducidos durante las expediciones comerciales de los españoles durante el siglo XVII. Sabemos también que debido a las peculiaridades de las semillas del mango, que son recalcitrantes y por tanto no pueden sobrevivir viables durante periodos largos de tiempo, han tenido que ser introducidos como plantas vivas en América y no mediante el transporte de semillas. Algo que sí sería perfectamente viable con semillas de Cannabis y otras especies.

Con toda probabilidad, esto tuvo lugar durante el periodo que tuvo lugar la ruta comercial del Galeón de Manila o Nao de China, una travesía comercial que unió las islas Filipinas con la capital del Virreinato de España durante más de 250 años (desde 1565 a 1815), enviando más de 100 galeones con productos exóticos procedentes de Asia como especias (pimienta, clavo y canela), porcelana china, marfil, lacas, seda, alfombras persas, artesanía china o japonesa y un sinfín de productos diversos a través del Océano Pacífico.

Estas peculiaridades en su difusión por el mundo, han originado dos familias fundamentales y bien diferenciadas de mango: las variedades subtropicales indias y las tropicales del sudeste asiático o indochinas. La principal diferencia botánica entre ambas es la peculiaridad de sus semillas como hemos mencionado. Los mangos del sudeste asiático tienen semillas poliembriónicas, que contienen varios embriones idénticos a la madre y un único embrión nucelar o sexual resultado de la combinación de ambos parentales, por esto se reproducen tradicionalmente desde semilla. Todos los mangos nacidos de semilla a excepción del embrión nuclear son clones exactos de su madre. Sin embargo los mangos indios tienen semillas monoembriónicas con un único embrión sexual (que contiene genes de ambos parentales) y por ello se deben reproducir mediante injertos o clones para asegurar la homogeneidad y la calidad de los mismos.

Otra curiosidad al respecto es la historia de su cultivo y variedades más extendidas. Al igual que ocurre con las variedades más comunes de Cannabis, prácticamente todos los cultivares de mango comerciales que se pueden encontrar, tanto en fruterías como explotaciones agrícolas, pertenecen a una misma familia de origen muy concreto (a excepción de los lugares de gran tradición y riqueza varietal como la India o el Sudeste Asiático). Por tanto la diversidad genética y organoléptica es mínima, todos los cultivares de interés comercial son híbridos de ancestros similares y ciertamente parecidos entre ellos, tanto en su apariencia como su sabor y otras características.

A finales del siglo XIX, fueron llevadas a la sociedad de horticultura de Florida varias semillas de mango procedentes del Caribe que originaron las primeras variedades cultivadas en Estados Unidos (“Turpentine”). Más tarde, también se importaron árboles indios, procedentes de Calcuta, a través del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos. Del único árbol que sobrevivió y dio frutos 9 años después, salieron varias semillas que el Capitán Haden cultivó en Miami y que dieron lugar posteriormente a la variedad conocida como “Haden”. Más tarde, se importaron otras variedades que se hibridaron con la Haden en Florida y originaron todos los híbridos modernos comerciales que se pueden encontrar hoy en día en todo el mundo: Keitt, Kent, Tommy Atkins, Osteen, Palmer, Valencia Pride, Irwin, etc.

Monocultivo de variedades comerciales

Viejo catálogo de The Seed Bank (1987), en donde se comerciaron los primeros híbridos americanos importados a Europa y cuyas creaciones sirvieron como base a la mayoría de variedades modernas.

Lo curioso es que estos híbridos de mango no son precisamente los que tienen mejores cualidades organolépticas, mayor dulzura (superior grado Brix), mejor textura o superior resistencia a plagas o enfermedades. Son simplemente híbridos de mejores cualidades comerciales en cuanto a producción, tamaño y peso de los frutos, apariencia estética o dureza. Por ejemplo todos han sido seleccionados para que adquieran tonos rojizos y anaranjados al madurar, al contrario que los mangos de origen asiático que suelen ser verdes, o como mucho amarillentos, cuando están listos para consumir. Por esto, su menor tamaño y sobretodo su menor durabilidad desde que se cosechan (no aptos por tanto para la exportación y transporte), son menos apetecibles y adecuados para el mercado occidental desde el punto de vista económico. Estas características favorecen a los monocultivos de híbridos comerciales, lo que los convierte en un producto de agricultura intensiva mucho más rentable para el mercado y el sistema de distribución actual, basados en una economía capitalista y no sostenible para el medioambiente, ni respetuosa con las técnicas o cultivos tradicionales.

La otra cara de la moneda es que incluso en países con una gran riqueza de variedades locales o criollas de mangos, se está favoreciendo así el cultivo de estos híbridos en detrimento de la conservación de la diversidad local de mangos criollos. Esto es algo que se repite globalmente, ante el dominio de los gigantes de la agricultura intensiva o las necesidades del mercado sobre la agricultura local a pequeña escala.

Es inevitable leer esto y obviar la gran similitud existente con el mundo del Cannabis. Lo primero en lo que pensamos es en la gran pobreza de diversidad entre las variedades disponibles para los cultivadores, pacientes o investigadores; que solo pueden recurrir a los clones o semillas comerciales más extendidas y disponibles en los bancos actualmente. Debido a que prácticamente todas las variedades comerciales provienen de las mismas familias de híbridos, vueltas a hibridar entre ellas una y otra vez, contienen genes muy similares. Esto provoca una diversidad genética muy pobre y una gran endogamia que podría provocar menor vigor, rusticidad o resistencia a enfermedades a largo plazo. Aunque posiblemente lo más preocupante de todo, sea el hecho de prácticamente todas están emparentadas en mayor o menor medida y por tanto se basan en las mismas genéticas, limitadas en cuanto a la diversidad de olores, efectos y características de las plantas a las que se pueden acceder normalmente. La paleta de variedades de cannabis sin duda se encuentra muy limitada también.

Podríamos por tanto establecer un paralelismo entre lo ocurrido con los mangos de Florida o el mango Haden y lo sucedido con la hibridación de los cultivares americanos de Cannabis como Skunk#1, Haze y la introducción de las hashplants Afganas (Mazar o Northern Lights) en los genes de las viejas plantas importadas de las regiones productoras de marihuana más legendarias. O también con lo ocurrido con esos primeros cultivares americanos importados a Holanda en la década de 1980 y el posterior desarrollo de los híbridos que han monopolizado y contaminado el mercado global hasta nuestros días.

Igualmente el patrimonio genético de las variedades locales de muchas regiones del mundo con gran riqueza y diversidad o que antaño fueron exportadores tradicionales de Cannabis (México, Colombia, Tailandia, Jamaica, Marruecos, Sudáfrica, Nigeria…), se ha visto desplazada ante la introducción de híbridos modernos más productivos y demandados que las variedades criollas o ecotipos locales tradicionales, por ser de maduración más temprana o más potentes a priori. Esto permite mayores cosechas cada temporada, mayores beneficios y a veces, menor riesgo para los agricultores que subsisten con ello.

El problema es que tal vez sea ya demasiado tarde cuando los investigadores necesiten diversidad genética para encontrar nuevos genes y características para investigar o elaborar nuevos medicamentos, los obtentores vegetales ya no tengan materia prima con la que elaborar nuevos híbridos en el futuro, o los pacientes y cultivadores se percaten de que todas las plantas son iguales aunque carecen de otras opciones. De hecho, muchas de las variedades tradicionales de Cannabis que vieron su esplendor en la década de 1970 ya están extintas en la actualidad en lugares como México, Colombia, Jamaica o Tailandia, por poner ejemplos bien conocidos. Ya no hay vuelta atrás, solo queda tratar de conservar el presente y mirar hacia el futuro.

Nos sirve de consuelo pensar que existe un movimiento preservacionista fuerte entre botánicos, científicos, horticultores, coleccionistas, cultivadores sibaritas y apasionados de las plantas en general, que al igual que con el movimiento de las especies de frutales u hortalizas heirloom (reliquias o variedades tradicionales); están tratando de recuperar y preservar las variedades tradicionales y landraces de Cannabis para el futuro, tanto a nivel particular, como a nivel oficial en numerosos bancos de germoplasma y organismos estatales.

Imagen del híbrido Tommy Atkins al lado de un mango criollo mexicano, de origen asiático. Fuente: Wiki-Commons.

Disfrutemos pues de la enorme diversidad existente en las diferentes especies de interés para las personas, pero no nos olvidemos de que debemos conocerlas y valorarlas para ayudar a que su diversidad permanezca intacta antes de que desaparezcan para siempre. Si no, tal vez en el futuro solamente podamos cultivar las plantas aprobadas por el gobierno y las grandes compañías agroquímicas de semillas. O tal vez ni siquiera tengamos posibilidad de hacer y guardar nuestras propias semillas, como ya pasa en la actualidad en muchos países con los híbridos de maíz, tomates o mangos comerciales también.

Variedades afrutadas

Antes de despedirnos hasta el próximo artículo, me gustaría recomendar algunas variedades de Cannabis que se caracterizan por presentar muy frecuentemente olores afrutados que recuerdan al mango y a otros frutos tropicales como la guayaba, piña, etc:

 

  • Mangobiche (Cannabiogen): Variedad tropical Colombiana con un peculiar aroma a mangos. Más de 20 semanas de floración, solo para valientes y climas subtropicales.
  • Mango Haze (Mr Nice): Híbrido Haze basado en las míticas variedades NL#5/HazeC y Skunk/HazeC de Nevil. Hay fenotipos con aromas a mango y otros más cítricos o alimonados que recuerdan a su hermana, la Super Silver Haze. Razonable para interior con unas 11-14 semanas según selección.
  • Reina Madre (Original Delicatessen): Híbrido de genéticas tropicales de efecto estimulante y olores intensos y afrutados que recuerdan a la guayaba. 10-12 semanas.
  • Lilly (Original Delicatessen): Otro híbrido africano con un olor muy característico afrutado que recuerda a golosina o zumo de piña, bastante rápido y de efecto equilibrado (8-9 semanas).
  • C99 (Female Seeds): Híbrido legendario basado en la conocida Jack Herer y que se caracteriza por su rapidez sin demasiada pesadez (8-9 semanas), fenotipos con olores a piña y otros más cítricos a pomelo.

 

E
Exitable