Alcohol versus Cannabis.

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25 Jul 2015

El alcohol, sustancia psicoactiva con propiedades causantes de dependencia, se ha utilizado ampliamente en muchas culturas durante siglos. A pesar de conllevar su consumo nocivo una pesada carga social y económica para las sociedades, además de la repercusión sobre la salud del consumidor.


El alcohol, sustancia psicoactiva con propiedades causantes de dependencia, se ha utilizado ampliamente en muchas culturas durante siglos. A pesar de conllevar su consumo nocivo una pesada carga social y económica para las sociedades, además de la repercusión sobre la salud del consumidor.

El alcohol, sustancia psicoactiva con propiedades causantes de dependencia, se ha utilizado ampliamente en muchas culturas durante siglos. A pesar de conllevar su consumo nocivo una pesada carga social y económica para las sociedades, además de la repercusión sobre la salud del consumidor.

La planta de cannabis se utiliza desde hace unos 5000 años, con fines terapéuticos y lúdicos, dados sus efectos psicoactivos. El uso de cannabis puede generar dependencia, aunque no supone su abuso una carga social y económica como la que genera el alcohol para las sociedades. Puede repercutir negativamente sobre la salud del individuo si lo consumimos fumado, mezclado o no con tabaco. 

El alcohol afecta a las personas y las sociedades de diferentes maneras, y sus efectos están básicamente relacionados con el volumen consumido, con los hábitos de consumo, y en casos muy raros, con la calidad del alcohol consumido. El cannabis afecta de manera diferente según las dosis, y las características de la variedad que utilicemos, en relación al porcentaje de cannabinoides que contenga, que determinaran el efecto final. Actualmente se consumen variedades con altos porcentajes de THC ( 15 a 25% ), lo que determina que la intoxicación y los efectos no deseables aparezcan antes. La calidad de la hierba puede influir en el resultado del consumo. Puede estar contaminada con pesticidas, metales pesados, hongos, bacterias. Una correcta prevención de riesgos empieza por la calidad del cannabis que vamos a consumir.

En 2012, se contabilizaron unos 3.3 millones de muertes atribuibles al consumo de alcohol, lo cual supone la cifra del 5,9 % de defunciones a nivel mundial. En 2012, no se contabilizó ninguna muerte atribuible al consumo de cannabis.

 

Evidentemente la repercusión del consumo nocivo de alcohol, afecta a la salud del individuo, así como a su entorno familiar, amigos, compañeros de trabajo, y desconocidos. También desde el punto de vista económico, supone una carga sanitaria, social y económica considerable del conjunto de la sociedad. El consumo nocivo de alcohol puede ser un factor causal en mas de 200 enfermedades y trastornos. Podemos encontrar serios problemas de salud mental y alteraciones del comportamiento, incluido el alcoholismo, además de enfermedades no transmisibles como la cirrosis hepática, algunos tipos de cáncer, enfermedades cardiovasculares, y traumatismos derivados de la violencia o de los accidentes de transito. Tanto a nivel individual, como social, hay múltiples factores que influyen en los niveles y hábitos del consumo, hay unas comunidades más sensibles que otras en función del desarrollo económico, la cultura y disponibilidad de alcohol, así como los niveles de aplicación y cumplimiento de las legislaciones propias de cada país. Entonces cuantos más factores de riesgo converjan sobre el individuo, más probabilidades hay de que se desarrolle un consumo nocivo. Siempre los efectos del consumo de alcohol dependen de dos factores predominantes: el volumen de alcohol consumido y el patrón o características del consumo o forma de beber.

 

Alcohol etílico

Un toxico de alto riesgo para la salud humana socialmente aceptado.

El etanol ejerce acción sobre diferentes neurotransmisores como GABA, Dopamina, Norepinefrina, y Serotonina. Al interferir sobre estos neurotransmisores aparecen los diferentes síndromes clinico-neurologicos característicos del alcoholismo crónico. Se produce una disminución de la actividad funcional del SNC. Se incrementa la síntesis de ácidos grasos y triglicéridos, aumentando los lípidos y apareciendo la degeneración grasa del hígado. Se produce un descenso de las proteínas en sangre o hipoproteinemia, y también un déficit de vitamina B1. Se produce un aumento de la resistencia a la insulina. Se altera la absorción de Tiamina y otros nutrientes, disminuyendo el rendimiento energético de la glucosa a nivel cerebral.

 

Intoxicación aguda

Alteraciones del SNC que dependen de la dosis de consumo, (250 centímetros cúbicos de cerveza con un 5% de alcohol, aporta 12,5 gramos de etanol, una copa de licor con un 45 % de alcohol, en 100 mililitros aporta 45 gramos de etanol ). Una persona se considera alcohólica si consume mas de 80 gramos de alcohol al día.

Las fases de la alcoholemia

Concentración (gr / L) / Estado clínico / Síntomas y signos

Fase I  / 0.5 a 1 / Euforia, sociabilidad, desinhibición, disminución de la atención.

Fase II  / 1 a 2 / Excitación, inestabilidad emocional, aumento del tiempo de reacción.

Fase III  / 2 a 3 / Confusión, desorientación, mareo, diplopía (visión doble ), hipostesia (sensibilidad disminuida ), incoordinación, ataxia.

Fase IV  / 3 a 4 / Estupor, apatía, incapacidad para levantarse, vómitos, incontinencia de esfínteres, adormecimiento.

Fase V / 4 a 5 / Coma, inconsciencia completa, anestesia, abolición de reflejos, hipotensión, hipoventilación, hipotermia

Fase VI  / > 5 Muerte Paro respiratorio. A diferencia del cannabis, la dosis letal del alcohol es asequible, la dosis letal de cannabis es inviable administrarla en el intervalo de tiempo necesario.

  • En las fases II a III pueden aparecer conductas violentas, en la mayoría de consumidores. Los efectos suelen ser más marcados cuando la concentración de etanol está en ascenso, que cuando desciende.
  • Alteraciones gastrointestinales / Disminuye la absorción de electrolitos y agua. Gastritis, esofagitis, ulceras que pueden acabar en hemorragia de vías digestivas, vómitos. Síndrome de Mallory Weis ( desgarro esofágico con sangrado, secundario a los esfuerzos para toser, vomitar).
  • La ingesta en ayuno de etanol produce una hipoglicemia, o bajada de glucosa en sangre, que puede durar de 6 a 36 horas, en niños puede provocar convulsiones. El etanol carece de valor nutricional, 1 gr de etanol = 7.1 kcal.
  • Pancreatitis aguda, patología con mortalidad apreciable, debida a la secreción aumentada de proenzimas pancreáticas.
  • Crisis o ataque agudo de gota, por disminución de la excreción renal de de ácido úrico, que genera hiperuricemia o aumento del ácido úrico en sangre, y la consecuente crisis aguda de gota.
  • Aparición de politraumatismos, que son debidos a la depresión del SNC que produce ataxia o descoordinación motora, por lo que el individuo intoxicado puede sufrir caídas o contusiones incluso craneales que pueden cursar con hematomas intracraneales. Además en estos casos la aparición de infecciones pulmonares es más frecuente como complicación.
  • Queda pues reflejada la toxicidad del alcohol

 

Cannabis

Según la ONU, entre el 2.8% y el 4.3% de la población mundial entre 15 y 64 años consume marihuana, la droga ilegal más popular del mundo.

África, después de Oceanía, es el continente que más cannabis consume en promedio, siendo Nigeria, con el 14.3% de la población entre 15 y 64 años, el país donde más fuman cannabis en Motherland (aunque hay varios países de los que no se tiene estadísticas). Los países del Caribe son especialmente asiduos al cannabis: Granada, Antigua y Barbuda, Dominica y Saint Kitts y Nevis superan el 10% y Jamaica está apenas abajo, ya que el 9.9% de los jamaicanos fuman ganja. Norteamérica tiene en Canadá, con 12.6%, y en Estados Unidos, con 13.7%, a dos de los países que más consumen cannabis en el mundo, sin embargo, México, el país donde más se decomisa marihuana en el mundo, según las últimas cifras no supera el 3% de consumo de cannabis entre su población de 15-64 años (aunque la tendencia va a la alza, de acuerdo con la ONU). En Sudamérica es Argentina, sorpresivamente, el país en el que más porcentaje de la población consume cannabis con cerca del 8%. En Europa es la República Checa con un 15,2 % el líder en consumo de cannabis. Italia y Andorra con el 14.6% y España en cuarto lugar con el 10.6%. Si en realidad lo que estás buscando es un lugar fraternal para fumar marihuana entonces debes de dirigirte a la República de Palaos, en el Océano Pacífico, donde el 24.2% de la población entre 15 y 64 años consume cannabis. O, si lo prefieres, el segundo lugar en el mundo también se encuentra en Oceanía, las Islas Mariana con un 22.2%. Para rematar, Australia con el 10.6% y Nueva Zelanda con el 14.6% hacen de Oceanía el continente con más consumidores de marihuana, proporcionalmente a su población. Asia es el continente que menos cannabis consume en relación a sus habitantes, sin embargo, Guam logra colarse en el pódium mundial con el 18.4% de su población. Israel es el primer lugar en el Medio Oriente con el 8.9% de su población. Japón es el lugar más caro para comprar marihuana. Togo, India, Guatemala y Tanzania son los países en los que es más barato comprar ganja.

Siguiendo con las estadísticas, no tenemos constancia de muertes en los que el cannabis sea la causa directa. Otra cuestión es el consumo de cannabis fumado cuando lo mezclamos con tabaco, en este caso si hay un porcentaje de consumidores que pueden presentar como veremos más adelante complicaciones respiratorias que pueden ser graves. Pero evidentemente tendríamos en este caso el tabaco como causa principal de las complicaciones respiratorias. La dificultad para llegar a la dosis letal hace que sea prácticamente imposible consumir la cantidad necesaria de cannabis para llegar a la sobredosis y muerte.

Se conoce la dosis letal 50 de THC, que estaría según estimaciones fiables en unos 125 miligramos por kilogramos de peso. Esto supondría que un individuo de 75 kilogramos de peso tendría que consumir 9,75 gramos de THC de una vez, lo cual hace muy difícil el acceso a esta dosis. De una variedad con un 20% de THC tendríamos que consumir de una dosis 48 gramos de cannabis. Otra cuestión son los concentrados o extractos como el BHO. En 19,5 gramos de BHO con un 50% de THC ya encontramos esta dosis. Se debería ingerir esta cantidad de BHO de una vez, para que nos pudiéramos encontrar con problemas derivados de sobredosis. Además la dosis letal en mamíferos humanos se calcula a partir de las dosis que se administran a los animales de laboratorio, por lo que podrían haber desviaciones

El potencial adictivo del cannabis y sus derivados es una cuestión controvertida. Hay algunos autores que sugieren que no se crea dependencia física, mientras otros indican un síndrome de abstinencia leve en consumidores de cannabis con alto THC. Esta dependencia seria menor que la producida por el alcohol y tabaco. Es la droga ilegal más consumida en la Unión Europea, se calcula que unos 40 millones de personas la han utilizado o consumido, y 12 millones la han consumido este ultimo año, un 16% de población entre los 15 y los 65 años.

 

Relación dosis / efecto

Es evidente que el efecto de los cannabinoides tiene relación directa con las dosis consumidas y con la frecuencia de consumo, también con los hábitos que rodean el consumo. Es necesario tener en cuenta que hay múltiples factores que influyen en los efectos del cannabis. La constitución de cada persona, el momento del día, el estado de animo, el entorno, pueden hacer que incluso una misma dosis de cannabis, tenga efectos diferentes en la misma persona, tanto a nivel cuantitativo como cualitativamente. Tanto la calidad del efecto como la potencia.

Habría que comentar el incremento en los porcentajes de THC de las variedades que se consumen actualmente. El uso lúdico busca efecto psicoactivo, y cuanto más y en menos tiempo, mejor. Es por ello que se busca básicamente incrementar los porcentajes de THC en las variedades, sin tener en cuenta otros cannabinoides muy interesantes para otros usos.

Si una persona puede tener problemas con el consumo de cannabis, si utiliza variedades con altos porcentajes de THC ( por encima del 15% ), es probable que aparezcan antes que si utilizamos variedades con menos THC. Siempre hay que tener en cuenta las dosis y la frecuencia de consumo por supuesto. Además, desde el punto de vista terapéutico, lo que consideramos una dosis alta de THC, es en comparación con las dosis lúdicas, una dosis baja. Se utiliza mucho mas THC lúdicamente, que para la mayoría de tratamientos con cannabis.

 

Efectos nocivos del cannabis sobre la salud física

Intoxicacion aguda 

Sistema respiratorio

El cannabis es la segunda sustancia más fumada en el mundo después del tabaco. El humo de ambos compuestos comparten carcinógenos, siendo la mezcla tabaco y cannabis la más perjudicial. Podemos minimizar esta situación, fumando solo hierba, pero si hay combustión, aparecerán estas sustancias aunque solo fumemos cannabis. Los compuestos que aparecen en la mezcla cannabis / tabaco, son:

Cianuro de hidrógeno, alquitrán, nicotina, dióxido de carbono, nitrosaminas propias del tabaco, aminas aromáticas, oxido de nitrógeno, amoniaco, benzopirenos, y trazas de plomo, selenio, arsénico, cromo, y níquel entre otras sustancias. Algunas de ellas cancerígenas y otras toxicas a determinadas dosis. Por lo tanto debemos tener en cuenta el efecto irritante del humo, y las sustancias cancerígenas que se vehiculan con el humo hacia los pulmones. Además si tenemos en cuenta que el THC produce broncodilatación, estas sustancias volátiles llegan con mayor facilidad a estructuras alveolares más profundas. Podemos pues presentar bronquitis agudas, en relación con el consumo fumado de cannabis.

Sistema Nervioso Central

Los efectos del THC sobre el SNC incluyen entre otros, euforia, aumento de la percepción sensorial, incremento sociabilidad, relajación, dificultades en la concentración y alteraciones memoria. Los efectos cognitivos agudos, afectan áreas de aprendizaje, procesos asociativos, rendimiento psicomotor, sin afectar la abstracción y el vocabulario. Tras el consumo, hay dificultades para recordar información reciente, se enlentece la respuesta en el tiempo para asociar palabras, y puede empeorar la compresión lectora, la expresión verbal, y la capacidad matemática. También puede alterarse la orientación de tiempo y espacio. Hay una alteración en la percepción del tiempo, se enlentece subjetivamente. También puede estar alterada la percepción de la velocidad, y perdemos precisión en los movimientos voluntarios, por lo que ciertas tareas no se realizarán correctamente. También la movilidad en general se verá alterada, apareciendo inestabilidad a la marcha , siempre en relación con la dosis consumida y el grado de intoxicación.

Sistema Cardiovascular

Al consumir THC en cualquiera de sus formas, aparece taquicardia, hipertensión temporal, y aumento del gasto cardiaco. Este efecto se puede reproducir fácilmente, es dosis dependiente, y relacionado con la experiencia subjetiva de cada uno. La tensión arterial, se normaliza y tiende a descender posteriormente, debido al efecto vasodilatador especifico, que es el efecto que predomina tras el consumo. Hay que tener en cuenta pues, que personas con cardiopatías, o hipertensos severos, pueden presentar problemas al consumir cannabis. La subida de tensión temporal o la taquicardia, pueden favorecer la aparición de algún problema en sujetos con patologías de base. Puede aparecer sensación de vértigo o mareo, en relación a una disminución de la velocidad sanguínea cerebral, medida en la arteria cerebral media, y a la hipotensión que aparece tras la subida inicial de la tensión arterial.

Conclusiones

Es la intención de este estudio comparativo, reflexionar sobre la repercusión del consumo de alcohol, como droga socialmente aceptada, en relación al consumo de cannabis, todavía droga no aceptada socialmente. Es frecuente oír que se banaliza sobre el uso y consumo de cannabis, siendo una droga psicoactiva ( THC) que puede generar dependencia y que se utiliza en muchos casos mezclada con tabaco. Considero mucho más peligrosa la percepción que tenemos sobre el alcohol, siendo esta la droga psicoactiva y depresora que más se consume en el planeta, y que más repercusiones negativas tiene sobre el individuo y su entorno. Por otro lado considero lógico pensar que si el alcohol es la droga que marca la frontera entre droga legal y droga ilegal, deberíamos plantearnos que las drogas más seguras o menos perjudiciales deberían ser legales.

 

Debemos recomendar ya que estamos tratando el abuso de sustancias, un uso responsable y coherente del cannabis, de la misma manera que se aconseja con el alcohol. Sabemos que cuanto más THC usemos en cantidad y frecuencia, las posibilidades de tener problemas son mayores. Por un lado el fenómeno de tolerancia hace que tengamos que utilizar cada vez más cantidad de cannabis para conseguir el mismo efecto, lo cual conlleva un incremento en el consumo progresivo. Por lo tanto, si consumimos de manera responsable, intentando una dosificación coherente, sin entrar directamente en una intoxicación aguda, conseguiremos que el fenómeno de tolerancia tarde más en aparecer y por lo tanto que no tengamos que aumentar las dosis con frecuencia. También con los conocimientos que tenemos actualmente de los diferentes cannabinoides, podemos usar variedades que además de efecto psicoactivo nos puedan proporcionar efectos más beneficiosos, sin tener que recurrir a altas dosis de THC puro y duro.

 

Sirva este articulo, para plantear que la ilegalidad del cannabis es una cuestión política, cuando está claro que su legalización / normalización debería ser una decisión científica, como mínimo para uso terapéutico.

 

Si el alcohol es una sustancia legal, el cannabis debe serlo también, para uso terapéutico y para uso lúdico. Legal y regulado, como el alcohol. Esta es mi opinión personal y la que defiendo con esta comparación entre alcohol y cannabis. Pienso que el debate está ganado desde el punto de vista científico.

 

Fuentes consultadas OMS.

 

 

 

 

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