Un mundo de cristal duro

Exitable
26 Mar 2013

La reciente popularización de los concentrados de cannabis narcótico obtenidos por extracción mediante disolventes -butano principalmente- está haciendo que se extienda el uso del vidrio para el consumo de estos productos. No hablamos de cualquier cristal, sino de un vidrio cuya dureza y resistencia a la acción de los productos químicos hace que sea el utilizado para fabricar el material de laboratorio. Se trata del vidrio de borosilicato.


La reciente popularización de los concentrados de cannabis narcótico obtenidos por extracción mediante disolventes -butano principalmente- está haciendo que se extienda el uso del vidrio para el consumo de estos productos. No hablamos de cualquier cristal, sino de un vidrio cuya dureza y resistencia a la acción de los productos químicos hace que sea el utilizado para fabricar el material de laboratorio. Se trata del vidrio de borosilicato.

La reciente popularización de los concentrados de cannabis narcótico obtenidos por extracción mediante disolventes –butano principalmente- está haciendo que se extienda el uso del vidrio para el consumo de estos productos. No hablamos de cualquier cristal, sino de un vidrio cuya dureza y resistencia a la acción de los productos químicos hace que sea el utilizado para fabricar el material de laboratorio. Se trata del vidrio de borosilicato.

Una buena pieza, por sencilla que sea, nos permite afrontar con soltura cualquier situación, siempre que el producto a consumir tenga la calidad suficiente.
Aunque el movimiento que surgió alrededor del borosilicato como material para la producción de piezas funcionales empezó a desarrollarse hace ya casi dos décadas en Norteamérica, el uso de estas pipas sopladas a mano ha tenido un carácter anecdótico en nuestro entorno. Esto en el mejor de los casos, ya que la inmensa mayoría de cultivadores aún desconocen el cristal de calidad. Sin embargo, la incorporación de los extractos producidos con disolventes químicos al mundo del autoabastecimiento cannábico está ampliando la monolítica cultura del formato cigarrillo, cada vez se ve más cristal en las estanterías de las tiendas de cultivo.

Si bien es cierto que las piezas baratas de origen chino o indio copan la oferta actual en las tiendas españolas, resulta previsible que la ausencia generalizada de piezas de calidad vaya dando paso a una progresiva presencia del vidrio realizado por artesanos y artistas independientes. En este sentido, las piezas de precio más asequible sirven como puerta de entrada a este fascinante campo de la parafernalia para los aficionados cannábicos. Una vez introducidos en las bondades del vidrio funcional, los usuarios pueden desarrollar una base que les permita distinguir y valorar las piezas de calidad, así como comprender sus abultados precios. Lo que sigue es una especie de guía para familiarizarse con las peculiaridades de estas piezas; un glosario de términos para conocer el universo de técnicas y estilos que conforman el panorama del cristal para fumar.

Ciencia y arte

Los límites entre tubos y burbujeadoras se desdibujan en esta pieza de Sovereignty con tubo de bajada fijo, percolador en línea y guarda salpicaduras invertido de cuatro brazos.
Las distintas aproximaciones al vidrio funcional se traducen en dos líneas maestras: el estilo científico y el estilo artístico. El primero hace gala de todas las técnicas y soluciones que se emplean en la producción de material de laboratorio, mientras que la segunda línea representa la herencia de toda la tradición decorativa americana. En ambos casos, las fuentes de las que se alimenta la escena del vidrio proceden del viejo continente, predominando el carácter germánico en la aproximación científica y el carácter latino en la decorativa.

En la actualidad, los estilos científico y decorativo se funden a discreción para dar lugar a la voz propia de cada soplador. La escena norteamericana del vidrio eliminó definitivamente las tradicionales barreras existentes entre ambas líneas, de manera que podemos encontrar todo tipo de elementos y técnicas en una pieza determinada. Entremos en detalles.

Tipos de pipas

Las cualidades del vidrio permiten que la creatividad del soplador adopte infinidad de formas. No obstante, existen categorías estándar en las cuales pueden agruparse la mayor parte de piezas.

Pipa cuchara: La pieza básica por excelencia. Versátil, resistente y fácil de mantener como nueva. La pipa cuchara, término procedente del inglés spoon, está hecha de una sola pieza, y pertenece al grupo de las pipas de entrega directa. Es decir, sin filtración por agua.

Pipa martillo y pipa Sherlock: Al igual que las pipas cuchara, el nombre de estas pipas de entrega directa proviene de su forma. Por lo general, son pipas formadas por dos piezas unidas, por lo que su tamaño suele ser mayor que el de las pipas de una pieza.

Colaboración entre el soplador Nate Dizzle, reconocido por su percolador suizo, y la casa Sheldon Black; en este caso, se empleó un color especial que está muy en boga y cuyo nombre, slime, podría traducirse como blandiblú.

Burbujeadora: Este término se aplica a cualquier pieza con boquilla que dispone de filtración por agua. Puede tratarse de pipas martillo, Sherlock o modelos específicos con una o más cámaras de filtración.

Bong/tubo: La forma vuelve a definir el nombre de estas pipas de agua, inspiradas en el diseño original de las pipas de bambú utilizadas en el sudeste asiático y de los modelos usados en África. Ciertos hallazgos arqueológicos indican que el bong es de origen africano, no asiático, como suele darse por hecho.

Partes de la pipa

Incluso las pipas de una pieza más sencillas tienen distintas partes, las cuales conforman un diseño unitario en estos casos, pero que pueden distribuirse de manera separada en piezas más complejas.

Cazoleta: La parte de la pipa donde se produce la combustión o vaporización del producto cannábico. Puede ser fija, como ocurre en las pipas cuchara, martillo, etc., así como en multitud de piezas burbujeadoras; o tratarse de una pieza suelta que se conecta al resto de la pipa mediante juntas de diámetros estandarizados. En el fondo, tienen un orificio o más, para el paso del caudal de humo.

Caña: Es el tramo de pieza que conecta la cazoleta o el cuerpo de la pipa con la boquilla.

Boquilla: El extremo de la pipa por el cual se libera la corriente de humo o vapor,  normalmente entra en contacto con la boca del fumador. En diversas piezas, burbujeadoras por lo general, la boquilla y la caña forman una pieza aparte del resto de la pipa, uniéndose mediante juntas estándar de borosilicato.

Respiradero: Orificio situado a la altura de la cazoleta para regular la entrada de aire fresco. En las pipas de agua con partes móviles, no suele estar presente ya que este efecto se logra levantando la cazoleta, pero en las burbujeadoras sin partes sueltas resulta imprescindible. Las piezas de gama más alta pueden incorporar un respiradero muy elaborado que se conoce con el nombre de esnórquel, por su parecido con los tubos usados para bucear.

Tubo de bajada: Esta pieza conecta la cazoleta con la base de las pipas de agua, de manera que el humo tiene que atravesar el líquido antes de ser inhalado. Los tubos de bajada pueden ser fijos o móviles, y su salida puede contar con distintas formas de difusión para optimizar la filtración del humo.

Cámara: Cada una de las partes cerradas de una pipa de agua en las que se produce la filtración por agua del humo o vapor. Las piezas más complejas no suelen tener más de tres cámaras.

Aportes científicos

El mundo de las pipas de alta calidad se desarrolla a base de innovaciones constantes, las cuales proceden en su mayoría del ámbito científico.

Junta: Si hubiera que elegir un único elemento que defina por antonomasia el cristal de calidad, tendrían que ser las juntas estandarizadas del entorno científico. Mediante estas conexiones esmeriladas, macho y hembra, se unen las distintas piezas que forman las pipas compuestas. Las medidas más comunes son 14,4 mm y 18,8 mm de diámetro.

Esta burbujeadora de Hashmasta Kut, con color en panal, representa el modelo original con campana y placa de titanio, diseñado específicamente para el consumo de concentrados de alta pureza.
Percolador: Sistema de filtración que distribuye el caudal de aire para aumentar la exposición de éste al agua y, de esta forma, optimizar el filtrado. Existe multitud de técnicas científicas aplicadas al desarrollo de percoladores con el fin de lograr la purificación más eficiente posible. El tipo de percolador más extendido es el formado por un árbol de brazos que separa la corriente de humo en diversos caudales para soltar cada uno de ellos a través de salidas con difusor. Otros tipos de percolador son de matriz, de ducha o de disco.

Prefiltro: Pieza que se añade a las pipas de agua, conectando la cazoleta y el resto de la pipa, para dar un paso más de filtración. También se conocen como atrapacenizas, y pueden incorporar un tubo de bajada con difusor o distintos tipos de percolador. Su diseño puede ser vertical u horizontal, en cuyo caso se llama prefiltro en línea. En este grupo cabe incluir las piezas que se reducen a una pequeña cavidad pensada para contener carbón activado.

Guardasalpicaduras: Parte fija de las pipas de agua que se sitúa sobre el percolador para evitar que el agua llegue a la boquilla durante la inhalación. 

Stemless: La traducción literal de este término es “sin tallo”, y se refiere a las pipas de agua –sobre todo, tubos- que incorporan en su construcción el equivalente a un tubo de bajada fijo.

Recursos artísticos

Estilo artístico y estilo científico aplicados al uso de hachís o extractos.
La gran mayoría de recursos decorativos empleados en la producción de las pipas modernas de borosilicato tienen siglos de antigüedad, o están basados en las técnicas tradicionales del soplado en Europa. Nombres como reticello, incalmo, o millefiori indican los orígenes italianos de estas técnicas, principalmente venecianas.

Ahumado: Técnica fundamental que impulsó el desarrollo del movimiento moderno norteamericano alrededor de las pipas de cristal en la década de 1990. Consiste en proyectar oro y/o plata sobre el interior de lo que será la pieza terminada con ayuda del soplete, dando lugar a cambios de color en función de la luz que incide sobre el vidrio.

Inside out: Otro de los recursos decorativos básicos. Consiste en aplicar varillas de cristal de color en la pared interior del vidrio, suele combinarse con el ahumado para lograr efectos vistosos y de gran profundidad. Las varillas que combinan varios colores siguiendo un patrón retorcido se conocen por el nombre original de esta técnica, laticcino.

Panal: Técnica colorista con la cual se crea una textura de panal en el interior de la pieza.

Implosión: Recurso decorativo muy utilizado en las canicas que se añaden en el exterior de las piezas, consiste en lograr que los puntos y líneas aplicados sobre el vidrio se expandan dentro del cristal, creando una imagen tridimensional.

Lo último en innovación científica incluye alternativas de corte tradicional para los clavos de cristal o titanio, así como sistemas originales de filtración.
Color sólido: Para lograr este efecto, se aplican varillas de color sobre el vidrio transparente, y luego se empareda el color usando varillas transparentes. Este material se emplea en la producción de distintos efectos decorativos, como espirales y formas simétricas.

Ventana: Técnica compleja por la cual se crea una especie de ventana en el cristal usando dos capas completas de vidrio, de manera que las zonas transparentes de la capa externa dejan ver el diseño de la capa inferior. Lo más habitual es que se utilice color sólido trabajado en forma de espirales y efectos simétricos.

Accesorios

El uso de complementos para aumentar la versatilidad de las piezas más desarrolladas se ha convertido en casi una obligación para muchos de aquellos que se introducen ahora en este peculiar mundo del vidrio funcional. Sin embargo, desde los artículos para la protección y transporte de cualquier pipa, hasta los productos de limpieza, los accesorios tienen un lugar propio.

Adaptador: Estas piezas básicas formadas por distintas combinaciones de juntas permiten ampliar la gama de uso de la pieza principal. De esta forma, se conectan los distintos elementos al tiempo que se mantiene la cadena de cristal en cristal.

Utensilio artístico de borosilicato para manipular los concentrados y aplicarlos a la cazoleta o pieza equivalente, mientras ésta se encuentra a alta temperatura.
Aparejo para concentrados: Conjunto de piezas diseñado para el consumo de hachís o extractos de gran pureza, que se licuan al calentarse y apenas dejan residuos. Aquí aparecen materiales ajenos al cristal. El titanio se usa en los llamados clavos, que equivalen a las cazoletas en los aparejos de cúpula; y también en las pequeñas placas que sirven al mismo efecto en los aparejos de campana, cuyo nombre describe la forma de entrega del humo al resto de la pieza.

Rejillas: Accesorio elemental pero no imprescindible en las pipas de cristal de buena calidad. Al igual que los clavos de los aparejos para concentrados, hay modelos de borosilicato, pero el uso del titanio está consolidado como un estándar de calidad. En el caso de las rejillas, las de uso más extendido están hechas de acero inoxidable. Si van a usarse en concentrados, es especialmente importante que el entramado de la rejilla sea lo más fino y cerrado posible para evitar fugas.

Encendedores: Las mechas fabricadas con hilo de cáñamo de cultivo orgánico y recubiertas de cera virgen de abeja constituyen una opción estupenda tanto por su versatilidad como por su estilo natural. Por el lado tecnológico, el modelo actual de referencia es el calentador de punta cerámica, desarrollado a partir de los soldadores de uso general con elemento cerámico. Las mejores unidades funcionan con batería de iones de litio, dando la libertad de uso que falta en los demás modelos.

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