Invasores hostiles

Exitable
29 Aug 2012

Cultivar Cannabis en interior proporciona a las plagas condiciones excelentes y alimento abundante. Es necesario establecer protocolos para reducir las invasiones de estos monstruos del exterior. Una vez que se les deja entrar puede ser muy difícil echarlos. Preocúpate de los daños que se producen a través de la alimentación, así como de los estragos potenciales de un virus o enfermedad introducidos en tus plantas.


Cultivar Cannabis en interior proporciona a las plagas condiciones excelentes y alimento abundante. Es necesario establecer protocolos para reducir las invasiones de estos monstruos del exterior. Una vez que se les deja entrar puede ser muy difícil echarlos. Preocúpate de los daños que se producen a través de la alimentación, así como de los estragos potenciales de un virus o enfermedad introducidos en tus plantas.

Cultivar Cannabis en interior proporciona a las plagas condiciones excelentes y alimento abundante. Es necesario establecer protocolos para reducir las invasiones de estos monstruos del exterior. Una vez que se les deja entrar puede ser muy difícil echarlos. Preocúpate de los daños que se producen a través de la alimentación, así como de los estragos potenciales de un virus o enfermedad introducidos en tus plantas.

Los invasores más comunes son las moscas del mantillo, las moscas blancas y las araña rojas. Sus ciclos vitales se ven afectados por la temperatura: cuanto más cálido el medio ambiente, más rápido es el ciclo vital y más rápidamente se reproducen. Los entornos de interior carecen de los predadores naturales que mantienen a estas plagas bajo control. Sin obstáculos, las infestaciones se pueden desarrollar con rapidez, convirtiéndose en un problema grave y crónico. Muchos jardines y plantaciones han acabado destruidas por infestaciones fuera de control (especialmente durante la floración). La detección y el diagnóstico tempranos son tan importantes como la elección y aplicación de tratamientos. Utilizar tácticas múltiples que afecten a los insectos en todas las etapas de su ciclo vital es una estrategia más eficaz que confiar en una única solución. Estos son los principios de IPM -Integrated Pest Management (Gestión Integral de Plagas)-.

Las moscas del mantillo (pequeños insectos de color oscuro y parecidos a las moscas) son un problema pequeño comparadas con otros intrusos. Adoran las condiciones de humedad: no te sorprendas cuando una se te pose en la nariz si invaden tu plantación. El exceso de riego estimula su desarrollo, por lo que mantener la tierra adecuadamente seca y eliminar el agua sobrante evitará que se conviertan en un problema. 

El ciclo vital de la mosca del mantillo consiste en cuatro etapas: huevo, larva, pupa y adulto. La etapa larvaria es la más peligrosa para las plantas. Es durante esta parte de su vida cuando se alimenta de las raíces tiernas de las plantas. Son dañinas para los brotes y los clones cuando están formando nuevos sistemas radiculares. Los daños en esta fase temprana pueden afectar a la cosecha más tarde, aunque a menudo las plantas los superan.

Más catastróficos todavía son los hongos que las moscas pueden traer como pasajeros. El pythium, un moho acuático, no asusta hasta el cuarto día ¡cuando todas tus plantas se mueren!. Para un invernadero comercial, con varios miles de plantas enganchadas al mismo sistema hidropónico, esto sería desastroso.

Tampoco se puede garantizar la seguridad en la tierra. La fitoftora, otro de los hongos de la mosca del mantillo, es una clase de moho acuático terrestre. Este insidioso parásito fue el responsable de la gran hambruna irlandesa, que causó más de un millón de muertes. El fusarium es una especie de hongo al que le gusta cabalgar junto a la mosca del mantillo. Algunas de estas especies causan daños a las cosechas pero la mayoría es inofensiva. El Fusarium oxisporum, llamado a menudo Panama Disease (la enfermedad de Panamá), eliminó los plátanos Gros Michel (conocidos como "Big Mikes") del mercado comercial en los años cincuenta.

Un ventilador oscilante no sólo ayuda a secar la capa superior de la tierra, sino que también dificulta que esos indeseables vuelen por los alrededores. Unos amigos han tenido éxito vaporizando sobre la tierra o los sistemas hidropónicos una dilución de Dr. Bronner's Peppermint Soap y agua. Otros han utilizado una dilución de peróxido de hidrógeno y agua. Sea cual sea el método que elijas, comprueba que tus concentraciones no sean tan fuertes como para dañar las plantas. Las trampas amarillas adhesivas, comerciales o hechas en casa, son también un gran método no tóxico para atraer y atrapar a estas plagas. La forma más sencilla de luchar contra una infestación de moscas del mantillo en contenedores o macetas consiste en poner dos centímetros y medio de arena encima de la tierra (esto evitará que dejen huevos).

Mosca del mantillo (Cortesía de Kim Fleming: myriorama flickr.com)
La moscas blancas son invasores más peligrosos. Son unas criaturas pequeñas, parecidas a motas blancas, y provocan daños al succionar los fluidos vitales de las plantas como pequeños vampiros vegetarianos. Si estos bichos entran, pueden traer con ellos algunos de sus más de sesenta amigos virus que causan enfermedades a las plantas. Después, como un último insulto, sus heces favorecen el crecimiento de moho y, ¿a quién le gustaría fumarse o comerse una cosa así?

Las moscas blancas ponen sus huevos en el reverso de las hojas. En una semana los huevos eclosionan y las larvas buscan una buena zona de donde succionar. La siguiente semana y media adoptan diversas formas de ninfa hasta la metamorfosis final en adulto volador (entonces es cuando son más fáciles de detectar). Una ligera sacudida a las plantas las envía a volar por la habitación. Los ventiladores oscilantes, combinados con trampas amarillas adhesivas en cada maceta y alrededor de la zona de cultivo, pueden ayudar a evitar que se establezcan definitivamente. Las moscas blancas se ven atraídas hacia las trampas amarillas, advirtiéndote de su presencia en la plantación.

La arena evita que la mosca del mantillo ponga huevos en la tierra.
Si las moscas ya se han afianzado, las trampas amarillas no bastan para librarse de ellas. Si tienes unas pocas plantas pequeñas, es fácil eliminar físicamente los huevos y vaporizar el reverso de las hojas con una dilución de Dr. Bronner's Soap a diario. Las plantas más grandes o numerosas pueden ser difíciles de manejar.

Las avispas pueden jugar un papel importante en la prevención y el control de infestaciones de mosca blanca en cultivos pequeños o grandes. Se suelen utilizar dos tipos de avispas para la erradicación de la mosca blanca: la Eretmocerus emericus tolera condiciones más cálidas y secas y está mejor adaptada para una alta densidad de población de moscas. La Encarsia formosa funciona bien en condiciones más frías, humedad más alta y poblaciones de menor densidad. Ambas son excelentes para la gestión de plagas. La mezcla de ambas se ha aplicado con éxito desde hace años en operaciones a gran escala en invernaderos. Como con otros tratamientos, la etapa de formación de las flores no es un buen momento para lidiar con estos insectos. Es mejor eliminar una infestación antes de la floración, para no encontrarse con pedacitos de bicho en los productos para fumar o comer.

Los ácaros araña son probablemente los peores entre los invasores. Una sola hembra, que a lo largo de su vida pone centenares de huevos, puede ser responsable de cientos de miles de descendientes en un mes. Para ayudar al control de las poblaciones, reduce la temperatura del cuarto. Si estos pequeños demonios se introducen en tu plantación y no espabilas para eliminarlos, te destrozarán las plantas.

Mosca blanca en el Cannabis (Cortesía de Bananaman: weedportal.com)
Los ácaros succionan el jugo de tus plantas y defecan sobre ellas, produciendo una telaraña protectora de seda dentro de la cual se envuelven mientras devoran tus plantas. El daño que causan estas diminutas criaturas es terrorífico. Probablemente, atacarlos con un fuerte chorro de agua es una buena forma de empezar a luchar con ellos. Si tus plantas están en etapa de floración, el método del chorro es seguro y eficaz, siempre que seas cuidadoso.

Mucha gente tiene éxito durante la fase vegetativa utilizando aceite de nim prensado en frío diluido con agua y un poco de jabón. O una cucharadita de Dr. Bronner's liquid Citrus, o Peppermint Soap, mezclado con una cucharadita de aceite (de oliva o de semillas de uva, por ejemplo), en una botella de spray de litro -conservada en la nevera- también se ha utilizado con buenos resultados. Asegúrate de agitar la botella antes de vaporizar las hojas, para mezclar bien el aceite y el jabón. También se encuentran en la red unas cuantas recetas de ajo, pimienta y canela que la gente dice que funcionan.

El spray de Pyrethrum, hecho de flores de crisantemo, es otro remedio natural para rebajar las cifras de bichos. Con cualquier spray o dilución, prueba primero en una hoja para asegurarte de que no daña a las plantas. Una mezcla demasiado fuerte las quemará o, aún peor, destruirá la plantación entera. También existen varios tipos de ácaros depredadores. Son una gran forma de prevención y un control efectivo si hay suficiente número de ellos. Con las precauciones adecuadas, es de esperar que nunca tengas que usarlos.

Siguiendo unos pocos y sencillos pasos se puede prevenir una infestación en tu jardín. La prevención es el primer punto. Por ejemplo, no te metas en una plantación de interior con ropa de calle, zapatos o herramientas que se usen al aire libre. Pon en cuarentena todas tus nuevas adquisiciones de plantas (dos semanas suelen ser tiempo suficiente para determinar si tienen polizones, siempre que examines ambos lados de las hojas). Si no tienes espacio para hacer esto, es de vital importancia vigilarlas muy de cerca y constantemente en busca de signos de infestación.

La observación es el segundo principio de IPM. Algunos cultivadores prefieren poner en cuarentena a las plantas y mojarlas o vaporizarlas con insecticidas y acaricidas químicos. Esta decisión conlleva ciertos problemas éticos y morales graves y nos conduce a ... la intervención, el tercer paso en la escalada que es el sistema IPM.

Prácticamente todos estas sustancias químicas, incluso las naturales, tienen el potencial de distorsionar los ecosistemas. Los insecticidas son muchas veces tóxicos para los seres humanos y se acumulan en la cadena alimenticia y las reservas de agua. Fumar o comer estos residuos puede suponer un grave riesgo para la salud. Muchos pacientes cannábicos tienen el sistema inmune muy vulnerable y cualquier cantidad extra de toxinas podría afectar a su salud.

Los insecticidas se clasifican de varias formas, ya que son elementos y compuestos. Igual que las sales y el sílice, no contienen carbono. Las sustancias inorgánicas son muy estables y suelen ser solubles en agua. El azufre, el insecticida inorgánico más utilizado, antes se extraía casi puro de los domos salinos. Ahora el azufre se produce como producto secundario del gas natural y el refinado de petróleo.

Los insecticidas orgánicos están basados en el carbono. Hechos de hidrocarburos, estos compuestos también se producen a partir del refinado de petróleo. Los insecticidas naturales o vegetales se extraen de las plantas. La naturaleza produce las sustancias químicas de las plantas para la función específica de defenderse de los insectos. "Natural" no significa que sean buenos para comer o fumar, así que ten cuidado cuando utilices sustancias químicas en tus cultivos.

Todos los insecticidas suelen entrar en dos categorías. Los insecticidas "sistémicos" funcionan al absorber la planta la toxina, que luego ingieren los insectos al comerse la planta. Los insecticidas de "contacto" funcionan utilizando pequeños gránulos o gotas de sustancias químicas que se colocan en la planta y entran en contacto directo con los bichos. Se han encontrado residuos de insecticidas sistémicos en el 74% de las cosechas de lechuga inspeccionadas por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.

En 2009, el estado de California investigó el polen de eucalipto y encontró niveles de hasta tres veces más de la cantidad necesaria para matar a una abeja. Esta clase de pesticida puede permanecer en la tierra más de 500 días. De modo que las plantas producirán polen, néctar y gotitas de gutación (el jugo de las hojas) durante varias temporadas. Las semillas germinadas después de cubrirlas con estos insecticidas producirán plantas con este jugo, que mata a las abejas a los pocos minutos de exposición.

Los insecticidas de contacto tampoco están libres de problemas. Muchos de estos pesticidas se consideran persistentes, lo que significa que no se destruyen fácilmente en el medio ambiente. Algunos de ellos tardan décadas en destruirse, si es que llegan a hacerlo. Esto supone graves riesgos para los seres humanos, ya que incluso niveles bajos de estas toxinas se acumulan en los tejidos corporales. Exponerse a ellos puede crear problemas inmediatos, o manifestarse más adelante en forma de cáncer, daños orgánicos, problemas respiratorios y reproductivos y desórdenes del sistema nervioso.

Ácaros araña destruyendo una hoja de marihuana (Cortesía de growery.org)
Estas sustancias químicas actúan como mutágenos, causando horribles anormalidades en niños de agricultores en todo el mundo. También afectan a los animales domésticos, así como a millones de aves, murciélagos, anfibios y peces que mueren todos los años por causa de estos pesticidas. La aplicación de estos productos químicos en polvo y aerosoles líquidos garantiza que el viento se lleve una parte de ellos y terminen en las vías fluviales por la erosión. Los análisis del gobierno demuestran que un 80% de los peces de agua dulce en Estados Unidos está contaminado.

Pronto se añadirá el cannabis a los monocultivos que promueven el uso de pesticidas. Apoyar la agricultura biosostenible, que utiliza métodos naturales, es la única forma en la que podemos proteger a las generaciones futuras de esta sopa increíblemente tóxica que estamos cocinando en nuestro medio ambiente.

El control biológico de plagas es un método natural que utiliza a los enemigos de estas plagas de insectos. Si se cogen a tiempo, estos enemigos pueden evitar la necesidad de insecticidas. Estos "controles" no siempre son un arreglo rápido, como los químicos. En una infestación importante es mejor reducir el número de bichos primero y luego meter a estos enemigos naturales. Si lo haces al revés, matarás a los insectos útiles. Los depredadores son el primer tipo de agentes de control biológico y ahora mismo se pueden adquirir en grow shops especialziadas. Son buenos cazadores y pueden ayudarnos mucho.  En la fase larvaria algunos de ellos pueden comer más insectos que cuando son adultos.

Las trampas amarillas adhesivas capturan -y descubren a los invasores.
Los parasitoides son el segundo tipo de control biológico. Cazadores, como la minúscula avispa asesina, no matan a su presa inmediatamente, sus víctimas son huéspedes para su descendencia, que crece en el interior de sus cuerpos y finalmente los mata. Ciertos nematodos de esta categoría pueden saltar de la tierra para capturar insectos que vuelan bajo.

Los patógenos son el último tipo de control biológico. Estos insecticidas microbianos, bacterias, virus, hongos -o las toxinas que producen- son importantes agentes que limitan las poblaciones de insectos. El uso de estos controles tiene muchas ventajas. Los objetivos de estos agentes son limitados, a diferencia de los pesticidas de amplio espectro, que matan indiscriminadamente a los insectos útiles. También es muy improbable que estos métodos dañen la calidad del agua, el medio ambiente o las cosechas. El inconveniente es que pueden llevar más tiempo, planificación, y aprendizaje. El mejor momento para utilizar controles biológicos (como ocurre con cualquier otro tipo de intervención) es durante la etapa vegetativa, porque si llegas a la floración con una infestación ya es demasiado tarde.

La prevención, la observación y la intervención son las tres fases de la gestión integral de plagas. Si eres diligente, este proceso puede reducir o eliminar la necesidad de pesticidas. Sigue los pasos correctos para detener las infestaciones antes de que se produzcan. Vigila sin cesar para detectar intrusos. Lucha contra ellos con sentido común para eliminar el daño al medio ambiente y para proteger a tu gente.

E
Exitable