¡El alféizar es genial!

La hierba cultivada en casa es la que mejor sabe, y sabe todavía mejor cuando cultivarla no te cuesta casi nada. No es necesario tener un jardín para cultivar tu hierba favorita al sol de verano.

La hierba cultivada en casa es la que mejor sabe, y sabe todavía mejor cuando cultivarla no te cuesta casi nada. No es necesario tener un jardín para cultivar tu hierba favorita al sol de verano. Si vives en una casa o piso pequeño, como nos pasa a la mayoría aquí, en el Reino Unido, tienes que aprovechar el espacio que tienes... ¿qué tal ese bonito y amplio alféizar?

Mi primer cultivo de alféizar llegó a causa de mi total falta de fuerza de voluntad cuando se trata de germinar semillas. Mi media naranja había decidido que estaba harta de gastarse el dinero en hierbas frescas del supermercado. Así que, un soleado domingo primaveral, nos dirigimos al centro de jardinería para traer suministros. Un par de horas después éramos los orgullosos propietarios de un armario de propagación para alféizar, que incluía una bandeja de semillas, macetas pequeñas y varios paquetes de semillas.

Yo tenía unos cuantos litros de mezcla ligera y algunos nutrientes orgánicos que me habían sobrado de cultivos previos, pasé una hora muy feliz plantando mi albahaca, menta y cilantro en la bandeja de semillas. En ese momento me asaltó un impulso incontrolable, cuando me acordé de que debían de quedarme un par de semillas de mi último cultivo. Varios minutos de frenética búsqueda más tarde, encontré la arrugada bolsa de Smile (del banco Kannabia) al fondo de un cajón. Quedaba una semilla...¡Perfecto! Y la planté.

Pasó una semana y mi compañera estaba empezando a sospechar un poco de la plántula de aspecto robusto y grueso tallo que crecía superando a las hierbas circundantes con una velocidad alarmante. Yo era consciente de que la misteriosa planta iba a revelar su identidad en un par de semanas, cuando se hicieran evidentes las primeras hojas de abanico. Así que lo confesé todo, esperando lo peor. Pero, por suerte, obtuve luz verde. ¡Gran éxito!

Me ocupé de aquella pequeña plantación de alféizar durante todo el verano y, además de conseguir gratis sabrosas hierbas para cocinar, saqué un cuarto (de libra) de cogollos de aquella planta. No es una cantidad asombrosa -desde una perspectiva amplia-, pero sí bastante buena teniendo en cuenta que la mantuve durante todo el cultivo en una maceta de tres pulgadas (unos siete centímetros y medio), la podé para evitar que ocupara toda la ventana y que nunca me costó ni un céntimo en electricidad. Además es divertido cultivarla en verano, cuando la temperatura es un poco alta para un cultivo de verdad.

Si estás considerando la posibilidad de una plantación de alféizar, he aquí unos cuantos consejos útiles:

Primero, como en cualquier otra plantación, el factor más importante es la seguridad. Si tu ventana está totalmente a la vista y tus vecinos viven a tiro de piedra, entonces no es muy adecuada para la miniplantación. Pero si vives en un piso alto y los vecinos están a una distancia segura, la cosa se presenta fácil.

Añadir al cultivo otras hierbas y meter tu planta entre ellas ayudará a esconder la silueta de tu cosecha encubierta, poner al lado hierbas aromáticas también ayudará a enmascarar el olor mientras los cogollos empiezan a desarrollarse.

La albahaca es una magnífica opción para poner en el alféizar. Es capaz de sobrevivir a los altibajos del clima británico y crece como un demonio. Utilizando el cristal de la ventana como soporte, te será fácil conseguir que la albahaca crezca y luego podar la punta para que ensanche. Una albahaca a cada lado de tu planta la mantendrá oculta, si utilizas nutrientes orgánicos decentes, su aroma actuará como un eficaz limpiador del aire.

Para los que se dan el lujo de tener dos baños en casa, el cristal opaco de la ventana del baño protegerá tu cosecha de miradas entrometidas, dejando pasar suficiente luz para un crecimiento decente.

Elige con cuidado la variedad. Necesitas una buena planta compacta que no ocupe toda la ventana y alerte a los vecinos. También debe ser lo suficientemente robusta y dura, especialmente considerando las fluctuaciones de temperatura que tendrá que afrontar. Busca algo que sea dominante Índica, para que se mantenga compacta y no se alargue como una Sativa dominante.

También debes tener en cuenta el periodo de oscuridad. Si quieres que la cosecha sea rápida, necesitas restringir las horas de luz diurna. Si no, estarás cultivando hasta finales de septiembre y luchando por que conserve un tamaño manejable.

Si quitas la planta de la ventana cuando haya recibido 12 horas de luz diurna y la metes en un cuarto oscuro, la forzarás a florecer. Si se te da bien el bricolaje y quieres ahorrarte el esfuerzo de sacar y meter la planta a diario, puedes construir una caja impermeable a la luz utilizando un simple trozo de madera y cubrirlo con láminas blancas y negras. La caja puede colocarse junto a la ventana y la planta dentro.

O si no, ahórrate todo el lío de la luz y escoge una variedad autofloreciente. Florecerá por su cuenta sin preocuparse de la cantidad de luz. Todavía mejor, coge una variedad enana autofloreciente. Florecen por su cuenta y mantienen un tamaño compacto, ahorrándote el tiempo y el esfuerzo de podar y despuntar.

El tiempo soleado parece ahora muy lejano, pero pega una nota en el calendario para recordar que debes germinar unas cuantas semillas a finales de primavera si quieres que tu plantación de alféizar haya florecido y esté cosechada antes de que empiece el otoño. ¡Nada como un poco de hierba cultivada en casa, cortesía de la madre naturaleza, para ponerte una sonrisa en la cara!

¡Y unas hierbas aromáticas mantendrán contenta a tu pareja!