CERTIFICADOS PARA LA INDUSTRIA CANNÁBICA

Elizabeth Erhardt
15 Mar 2022

LA REALIDAD DE LA LEGALIZACIÓN EN CANADÁ


Artículo escrito para la edición nº1 de Soft Secrets 2022 por Rich Hamilton

 

Pese a que el Cannabis es ahora legal en Canadá, aquellos que quieren dedicarse a cultivar y vender sus productos se enfrentan a una auténtico calvario antes de poder empezar cualquier empresa relacionada con esta planta. Y esto incluye cualquier cosa, desde la venta de semillas hasta la venta al por menor de flores y comestibles.

El proceso para obtener una licencia de marihuana en Canadá tiene siete pasos y no es para los que se desaniman fácilmente ya que las condiciones requeridas son muy difíciles de alcanzar. Es un proceso muy complejo que requiere mucha información, mucho dinero y mucho tiempo, para completar el proceso de solicitud en su conjunto se requiere más de un año.

Muchos consumidores sólo ven el resultado final de este histórico cambio legal, pero pienso que es interesante mirar en profundidad, para conocer todo lo que hace falta para llevar un producto legal hasta el consumidor final. No sólo esto, sino también los desafíos que rodean a la compra o la venta de semillas, algo que, desde fuera, podría parecer una simple transacción cuando, de hecho, no lo es.

La ley del cannabis entró en vigor el 17 de octubre de 2018. Desde esa fecha se podían presentar solicitudes de licencia a Health Canada (un departamento del Ministerio de Sanidad de Canadá). La presentación de la solicitud es una tarea difícil en si misma y muchas empresas tuvieron que volver a presentarla, después de que se la rechazaran la primera vez.

Un solicitante describió el proceso como caro y sin garantías de resultados favorables. Estos aspirantes a productores de cannabis gastaron unos 75.000 dólares en asesores y abogados para su primera solicitud. Esto se sumó a los cientos de miles de dólares que ya habían sido gastados en montar las instalaciones donde se quería llevar a cabo el cultivo. Se han producido cambios recientes en la regulación, obligan, a aquellos que quieran obtener una licencia para cultivar Cannabis, a tener unas instalaciones que cumplan con todos los requisitos de Health Canada listas para entrar en funcionamiento, ¡antes de empezar el proceso de solicitud!

Según la legislación actual, para poder cultivar, vender o manufacturar cannabis y sus productos derivados, los potenciales negocios o empresas deben obtener dos licencias: una de Health Canada y, posiblemente, otra de la Canada Revenue Agency (CRA).

Hay que tener una licencia de Health Canada (que es el departamento del gobierno canadiense responsable de la salud pública nacional) si quieres cultivar marihuana comercialmente, procesar marihuana en distintos productos, vender marihuana medicinal, realizar tests de marihuana o llevar a cabo investigaciones sobre marihuana.

Además, los poseedores de una licencia de procesado de marihuana que quieran producir productos comestibles a base de marihuana, cremas de marihuana y extractos de marihuana necesitan cumplir ciertas regulaciones extras.

Tanto los cultivadores como los procesadores también necesitan obtener una segunda licencia de la Canada Revenue Agency (CRA), el equivalente canadiense a la Agencia Tributaria española.

Si tienes la suerte de ser capaz de cumplir todos los criterios y obtener un licencia podrías pensar que ya lo has conseguido pero, desafortunadamente, no es así. Las empresas registradas deben también comprar sellos especiales para sus productos. Cualquier producto cannábico legal a la venta, con un nivel de THC superior al 0,3%, debe llevar uno de estos sellos.

Además de la montaña de papeleo que supone, los costes suben rápidamente debido a las tasas asociadas a la mayor parte de licencias: cultivo, procesado y venta para fines medicinales.

Hay tasas adicionales por prácticamente todo lo que puedas imaginar, incluyendo el cribado de las solicitudes de licencia, el cribado de seguridad de las personas clave y la revisión de las solicitudes para importar o exportar marihuana con fines médicos o científicos.

Una vez has conseguido tu licencia puedes esperar… sí, eso es, ¡más tasas! Hay tasas asociadas a procesos como la revisión de las solicitudes de licencias, la emisión de licencias, inspecciones, conformidades, actividades ejecutivas y requisitos de empaquetado y etiquetado.

Los requisitos de etiquetado y embalaje legales son muy estrictos, están diseñados para intentar evitar el consumo accidental, evitar que los productos resulten atractivos a los niños y dar a los consumidores toda la información que necesitan, antes de decidir si usan marihuana o no.

De forma similar, también hay una lista de cosas que está prohibido que aparezcan en las etiquetas y envoltorios, incluyendo la promoción no autorizada de la marihuana, los accesorios cannábicos y los servicios relacionados con la marihuana.

Incluso cuando ya cumples con todo y estás en marcha, el proceso de conformidad continúa, pues los poseedores de una licencia para el cultivo y el procesado de cannabis deben presentar informes de seguimiento mensuales.

El sistema de seguimiento de Health Canada evita que la marihuana legal pueda desviarse al mercado ilegal y que la marihuana ilegal pueda introducirse en el mercado legal. El sistema también sigue el movimiento de la marihuana desde el cultivo al procesado y a la venta.

Health Canada usa actualmente varios métodos de control para asegurarse que se cumplen todas las regulaciones. Aquellos que no lo hacen se arriesgan a ver sus licencias suspendidas o revocadas, así como a ser perseguidos criminalmente.

No solo los productos acabados de marihuana necesitan tener licencia y cumplir las regulaciones, es complicado incluso conseguir semillas en Canadá, tanto si eres un productor a gran escala, como un potencial cultivador doméstico, debido a las diferencias en las regulaciones y leyes de cada estado.

La ley federal de Canadá regula que solo se pueden cultivar plantas (donde sea legal) usando semillas legalmente adquiridas. Todo el mundo con más de 18 años tiene legalmente permitido comprar semillas de marihuana y cultivar hasta cuatro plantas para su consumo personal, y el lugar donde más fácilmente se pueden comprar es en un dispensario legal.

Los dispensarios sólo pueden vender hierba (o semillas) en la provincia donde están, ya que cada provincia o territorio tiene su propia ley que prohíbe la importación de marihuana o semillas de cualquier otro lugar.

Las semillas de marihuana están disponibles en los dispensarios pero la selección es muy limitada. Esto se debe a que los propietarios de los dispensarios son muy reacios a desarrollar más variedad, puesto que no tiene mucho sentido comercial vender semillas a las mismas personas a las que les estás vendiendo hierba.

Por todo Canadá, las semillas de marihuana ofrecidas por los vendedores legales básicamente se reducen a dos variedades de dominancia índica. La selección es muy, muy limitada y, pese a que no es difícil encontrar a canadienses que cultivan su propia marihuana, es prácticamente imposible encontrar uno que haya comprado las semillas a vendedores legales.

Hay dispensarios canadienses actualmente operando que venden y envían semillas de marihuana tanto nacional como internacionalmente, pero lo hacen fuera de la ley, ya que no tienen licencia. Se las arreglan para existir sin mucha oposición, al menos de momento, ya que por ahora la venta “ilegal” de semillas es tolerada, a causa de que los distribuidores con licencia no tienen suficiente oferta. En algún momento esto cambiará y habrá una campaña contra estos dispensarios online.

Otra alternativa muy popular son las webs de intercambio de semillas gratis. Son foros de intercambio online donde la gente regala sus semillas o esquejes a otros cultivadores de la misma provincia. Siempre que no haya dinero de por medio que cambie de manos, no hay nada ilegal en ello.

El precio también es un factor importante. Los compradores son reacios a pagar en un dispensario un precio más alto por semillas menos deseables, cuando en el mercado gris pueden conseguir semillas más apetecibles y más baratas. Las dos variedades de los vendedores legales se venden a 60 dólares por cuatro semillas, mientras que las semillas feminizadas del mercado gris oscilan entre 40 y 65 dólares por cinco semillas.

La falta de distribuidores de semillas legales se debe, en parte, al hecho de que muchos de los productores con licencia aún tienen que hacer que sus semillas estén disponibles a través de los distribuidores provinciales, ya que hacerlo por otras vías, fuera de sus acuerdos con las provincias en las que están autorizados, puede poner en riesgo sus licencias.

El cultivo para producir semillas de marihuana requiere un modelo de negocios muy específico que necesita unas instalaciones separadas. Los cultivadores con licencia que están cultivando en espacios de 3.000 m² no van a separar 100 m², de ese cuarto de crecimiento, para dedicarlos a la producción de semillas. No tendría sentido financieramente debido al retorno monetario de las semillas, frente al de los productos cannábicos, pero tampoco desde un punto de vista práctico ya que supone un gran riesgo.

Los productores legales que cultivan plantas en condiciones muy controladas no pueden permitirse que haya polen flotando en el aire. El polen es esencial para la producción de semillas, pero debe ser evitado a cualquier coste en la producción de plantas para la obtención de THC, ya que puede polinizar fácilmente a las plantas hembras y destruir la cosecha final. Incluso aunque tu mismo tengas una licencia para cultivar marihuana, para actuar legalmente debes comprar tus semillas o plantas a un negocio legal cuya licencia le permita producirlas.

En cualquier caso, debido a la falta de semillas legales antes mencionada, esto puede resultar problemático. Hay un vacío legal sobre si, tras obtener una nueva licencia para cultivar, Health Canada te permite o no obtener material de fuentes no oficiales durante un corto periodo de tiempo. De todos modos, tras hacerlo, debes documentar cuidadosamente que tus semillas han venido de una fuente legal. Igual que sucede con los bancos ilegales de semillas, es bastante probable que, en cuanto los stocks de semillas legales sean suficientemente amplios, este vacío legal se llenará.

Creo que la gente pensaba que la legalización ayudaría a resolver todos los problemas que rodeaban a la marihuana y el acceso a él, pero, en cierto sentido, ha evolucionado y creado nuevos problemas. Esperemos que conforme pase el tiempo, estos problemas se vayan solucionando y el modelo de legalidad pueda extenderse a otros países del mundo.

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Elizabeth Erhardt