El primer grow de Chile cierra tras 12 años

Soft Secrets
10 Mar 2017

Luego de romper estigmas, abrir espacios para el cultivo de marihuana y recopilar historias, cierra sus puertas Germinia, el más antiguo y —probablemente— más famoso growshop que haya existido en Chile.


A días de su cierre hablamos con sus dueños sobre experiencias, proyectos y anécdotas ocurridas en la histórica tienda ubicada en la comuna de Providencia. A cualquier cultivador chileno con algunos años de circo le suena familiar el nombre de Germinia. No fueron pocos los que peregrinaron hasta la tienda buscando sacos de tierras, fertilizantes o simplemente se movieron por curiosidad. El nacimiento de un local especializado en cultivo de marihuana, algo que hoy parece tan normal, no dejó a nadie indiferente cuando en 2004 abrieron sus puertas.

“Llegaban muchas personas preguntando de qué se trataba. No entendían para que tantos focos y productos. No encajaba con la concepción que tenían cuando les respondíamos que era una tienda de plantas”, señala Daniela, fundadora y dueña de Germinia. Poco a poco se empezó a correr la voz en el mundo del cannabis chileno. Los cultivadores empezaron a llegar al único lugar que ofrecía una alternativa a quienes querían cultivar marihuana sin necesidad de recurrir a un dealer. “Lo primero que me llamó la atención fue lo variado del público que empezó a llegar.

Gente de todas las comunas, personas de otras ciudades, abuelas con sus nietos, oficinistas, estudiantes, etc. Fue muy distinto a cómo lo imaginamos antes”, señala. “En un comienzo fabricábamos muebles. De ahí nació la idea de un mueble para cultivar y eso dio paso a la tienda. Eran muebles chicos, pues cultivar era bien tabú en esos años. Se intentaba pasar desapercibido y el movimiento cannábico era muy anti tráfico, así que cultivaba de una forma bien minimalista”, recuerda Daniela.

Francisco es socio y también dueño de Germinia. De esos años recuerda que “la gente llegaba llena de dudas. Hoy en día la mayoría lee en internet y saben lo que van a buscar a la tienda. Pero en los primeros años esta pega tenía mucho de asesorar y explicar cosas que hoy nos parecerían chistosas. La gente tenía ganas de cultivar pero no sabía cómo debía hacerlo. Mucho menos de cómo funcionaban los nuevos productos que venían llegando”. Si bien partieron en el sector Los Leones y tuvieron una tienda en barrio Toesca, todos recuerdan a Germinia por su histórica tienda ubicada a pasos del metro Manuel Montt.

Al lado estaba el Teatro Nescafé de Las Artes, donde los escolares eran invitados a actividades culturales durante las mañanas. “Más de alguna vez nos tocaba ver a decenas de niños pegados a las vitrinas más interesados en ver pipas, bongs y semillas, que en entrar al teatro. A veces eran buses con cursos enteros. Convencerlos de entrar al teatro era un desafío para los profesores”, recuerdan los dueños de Germinia.

El boom del cultivo en Chile

“Nuestro primer producto estrella fue el Nano Indoor, un mueble que simulaba un velador pero estaba totalmente adaptado para cultivar”, dice Daniela. Mucha gente se acercaba a la tienda buscándolo, aunque su potencia era solo de 70 watts. Francisco recuerda que “en Chile el cambio fue muy rápido. Hace diez años todos cultivaban con focos de hasta 150 watts o tubos fluorecentes. Hoy casi nadie lleva algo menor a 400w, a no ser que sea LED. La gente pregunta por luminarias de 600 o 1.000 watts y muchas veces llevan más de un foco para su cultivo.

Recuerdo haberle contado a un cultivador español hace años que acá cultivábamos con 70 y 150 watts y no lo podía creer. No sabía ni siquiera que existían los focos de esa potencia”. Entre los productos estrellas de Germinia destacaba su “Mezcla Clásica” (perlita, humus y turba) que logró instaurarse entre los más vendidos en estos doce años. “Al comienzo era toda una polémica explicarle a la gente que esta tierra tenía mayor valor porque no era lo mismo que comprar un quintal de tierra de hojas.

Pero era una excelente mezcla que se posicionó muy bien con el paso del tiempo”. Productos de su línea de fertilizantes como Guanol o Rukam también quedarán en el recuerdo de los cultivadores. “Siempre intentamos ser bien éticos con los productos. Yo creo que a la gente le gustaban los fertilizantes porque cumplían muy bien la función y nunca les vendimos cualidades que no hayamos comprobado nosotros en nuestros cultivos. Probábamos los fertilizantes del mercado de productos agrícolas, elegíamos los mejores y los re envasamos.

Siempre transparentando el proceso y manteniendo el nombre del producto original. Teníamos mucho cuidado en seleccionar estos productos y en dar las medidas recomendadas a buen precio”, apunta Francisco. Así luego de 12 años de historia y tras haber abierto el camino a los nuevos growshops y cultivadores en Chile, el 14 de octubre Germinia cerró sus puertas. Historias, anécdotas y experiencias llegarán a su fin con el cierre de la tienda. Sin embargo, Francisco y Daniela tienen claro que cerrar la tienda no es alejarse del mundo del cultivo. “Cerramos porque sentimos que se cumplió un ciclo.

Uno puede cansarse de la parte comercial de cualquier negocio, pero no así del cultivo. Es algo que nos une y nos gusta. Cuando has pasado tanto tiempo ligado a algo que te apasiona es complejo tomar un camino tan distinto. Creo que seguiremos ligados al mundo del cannabis, pero desde otros roles”, cierra Daniela. por Lucho Thompson

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