Esperanza mía

Investigación clínica tratará el autismo con cannabis Los trastornos del espectro autista (TEA) se caracterizan por la dificultad para interaccionar socialmente, las conductas repetitivas y estereotipadas, y la empatía limitada con las personas. Algunas formas de autismo también producen deterioro cognitivo y lingüístico, aunque el síndrome de Asperger es una excepción a esto. El sistema Endocannabinoide está intrínsecamente ligado a los trastornos del espectro autista. Se ha demostrado que los receptores CB1 están más concentrados en áreas del cerebro que se cree que son disfuncionales en los casos de autismo, concretamente el cerebelo, el hipocampo y los ganglios basales. Doctores e investigadores israelíes realizarán en los próximos meses una amplia investigación pionera en su formato para mejorar la situación de los autistas a través del cannabis. La investigación incluirá a 120 niños y adultos que presentan conductas agresivas con ellos mismos y su entorno. Los elegidos para la investigación serán tratados con aceite de marihuana muy rica en cannabidiol (CBD). El empleo de la marihuana terapéutica no es nuevo y la investigación tiene en cuenta los testimonios acumulados en los últimos años en Israel y en todo el mundo sobre el cambio dramático en los síntomas del autismo. La investigación llega tras el éxito en este país del uso de marihuana en pacientes epilépticos que mostraron cambios positivos en su conducta. En la actualidad, el Ministerio de Sanidad otorga contados permisos para el uso de marihuana en la terapia del autismo, pero ya existen casos que invitan al optimismo. Avigail Dar madre de un hijo con autismo severo comparte los resultados del tratamiento con CDB en su hijo al periódico de Tel Aviv, "desde que recibimos el permiso hace un año para tratar a mi hijo con CBD, podemos contar con la palma de una mano sus alborotos, hay un descenso de la ansiedad y un aumento de la capacidad de comunicación. Desde mi punto de vista, se trata de un milagro", concluye la madre. El doctor Ari Eran, jefe del Departamento Infantil de Neurología del Hospital Shaare Zedek de Jerusalén, informa que los efectos causados en los casos tratados hasta la fecha son positivos o nulos. Es decir, sin incidencia negativa. En cualquier caso, pide a los padres paciencia y esperar a los resultados de la investigación clínica.