La del sommelier

Soft Secrets
14 Apr 2016

Describir el cannabis es un trabajo que requiere de cierta atención a unos parámetros básicos que permiten comparar mediante la degustación, la vista y el colocón. La descripción organoléptica es el prinicipio y lo principal, el colocón es el final.


Describir el cannabis es un trabajo que requiere de cierta atención a unos parámetros básicos que permiten comparar mediante la degustación, la vista y el colocón. La descripción organoléptica es el prinicipio y lo principal, el colocón es el final.

Describir el cannabis es un trabajo que requiere de cierta atención a unos parámetros básicos que permiten comparar mediante la degustación, la vista y el colocón. La descripción organoléptica es el prinicipio y lo principal, el colocón es el final.

La compleja gama de variedades de marihuana presenta a nuestros sentidos un sinfín de formas, aromas, sabores y efectos. Los terpenos (localizados en la resina), son moléculas aromáticas, se identificaron más de 20.000 terpenos entre frutas, verduras, árboles y vegetales en general. El terpeno posee un abanico de fragancias casi infinito. En el cannabis se conocen unos 150 terpenos. No son las únicas moléculas que producen sabor y olor. Pero los terpenos son ciertamente importantes para esas cualiades. Actualmente se han transformado en la piedra angular de los nuevos estudios medicinales relativos a la marihuana.

Abrieron una importante puerta para seguir avalando resultados positivos y beneficiosos del uso terapéutico de esta planta en miles de personas.

Debido a este gran potencial organoléptico en la marihuana, hoy es posible describir, examinar y catar un cogollo al igual que una buena botella de vino. El arte de catar consiste básicamente en un conjunto de técnicas y pasos que nos permiten apreciar e identificar, a través de los sentidos, las propiedades organolépticas de un alimento u otro objeto. Esta actividad se relaciona generalmente al mundo del vino y las comidas (diferentes tipos de quesos, aceites, jamones, etc.) pero debido al amplio espectro de matices aromáticos en la marihuana (quizás la planta con más variaciones de aromas y sabores) hoy es posible realizar un vasto análisis sobre una muestra de cannabis.

Los pasos de una cata

La cata etiene cinco fases generales. La cata visual, cata olfativa, cata gustativa, cata psicoactiva y las conclusiones.

Lo primero es determinar de qué manera vamos a probar la muestra, ya sea enrollada en forma de porro, pipa o vaporizador. Lo que se recomienda, grosso modo, es realizar la cata a través del mismo medio que solemos utilizar al momento de fumar. Si queremos realizar una cata profesional, deberíamos limitarnos a probar el material orgánico y lo recomendable sería una pipa de cristal grueso, pero eso es decisión del catador. También hay que considerar los factores externos como luz, temperatura, humedad, olores y aromas. Sin ir muy lejos ni ser quisquilloso, basta con una buena iluminación. El lugar no debería tener más de 25 grados centígrados en promedio para no afectar la muestra de manera alguna. Al igual que en una cata enológica, es muy importante también evitar el uso de perfumes, tener manos y boca limpias, y alejar agentes externos que interfieran en nuestra apreciación.

En la cata visual, nos centramos en la apariencia del cogollo y su aspecto de espiga, bola o estilo abeto. Y también en su color, longitud de los pistilos, cálices, hojas, presencia de semillas, enfermedades u hongos, tricomas, etc. En casos de catas más detalladas y profesionales, ocuparemos el sentido del tacto y el oído, que generalmente pasan a un segundo plano. Es la forma para determinar la dureza, textura y consistencia e incluso poder diagnosticar el tiempo de curado de la muestra a través del sonido que se produce al apretarla.

La cata olfativa la dividimos en dos. Aroma del cogollo sin moler y aroma del cogollo después de haber sido molido. Este paso es interesantísimo ya que los terpenos cumplen un papel fundamental. Los descriptores aromáticos más presentes en la marihuana son los aromas a flores, cítricos, frutas, especias, hierbas, combustibles, maderas, inciensos, golosinas, etc. También analizaremos el aroma del humo después de combustionar nuestra muestra (cata en combustión).

El siguiente paso es la cata gustativa, que por cierto es una de las que más se disfrutan. Aquí analizaremos el sabor de la muestra sin combustión y después de encendida. Este paso resulta el más complejo debido al gran número de sabores presentes en la marihuana, pero generalmente podemos encontrar sabores dulces, ácidos, frutosos, químicos, agridulces, terrosos, herbales, pimentosos, cárnicos, especiados, etc.

La gran diferencia entre la cata de vinos y de marihuana radica en el efecto psicoactivo que posee esta planta. Hay que considerar que los efectos otorgados por la marihuana varían en gran magnitud entre una especie y otra, habiendo efectos estimulantes a nivel cerebral y otros muchos más corporales. Es por eso que al momento de catar, hay que procurar estar consciente de todos nuestros sentidos, listos para recibir las propiedades de lo que estamos analizando. En este paso estudiaremos el tipo de efecto y su duración, el tiempo que se demora en sentir el efecto, por cuánto tiempo se extiende, si la pegada es física o cerebral, si el efecto fue instantáneo o demoró un par de minutos, etcétera.

Esta fase de la cata se puede ampliar en el tiempo, ya que también podremos determinar la tolerancia, es decir los tipos de efectos que nos produce la muestra después de ser consumida varias veces por un período determinado. Normalmente muchas variedades de cannabis producen cierta tolerancia a los efectos en quien la consume por un largo rato. Por suerte, existe un amplio número de variedades para elegir, saborear y experimentar.

Conclusiones

Es así como después de haber realizado la cata, podemos seguir extrayendo información. Por ejemplo podemos describir para qué actividades podríamos recomendar el tipo de marihuana analizada y para qué actividades no se recomienda utilizarla. También podemos analizar su potencial medicinal, detallando por ejemplo si el efecto nos produjo sueño, actividad cerebral, disminución de un dolor físico, etc. De esta manera, el usuario de cannabis podrá elegir alguna variedad que le ayude a combatir alguna dolencia física o mental y/o descartar alguna variedad por producir efectos no deseados como paranoia, introspección excesiva, somnolencia, dificultades en el proceso del habla, entre otros.
Hay que recordar que la muestra que analicemos dependerá de muchos factores, principalmente de cómo fue cultivada (en tierra, sistema hidropónico, aquapónico, etc.), los tipos de nutrientes y fertilizantes que se utilizaron en el proceso, si hubo o no un buen lavado de raíces, si el secado, manicurado y curado de la muestra fue bien logrado, entre otros.

La idea de catar una muestra cannábica, conlleva a disfrutar de las propiedades de este vegetal en toda su plenitud. La marihuana ha demostrado ser una planta tan versátil y sorprendente que no vale la pena dejar fuera ningún punto de análisis. La cata a través del tiempo, nos dará las herramientas y directrices para poder comprender e interpretar de mejor manera todo lo que esta maravillosa planta tiene para entregarnos. ¡Larga vida a la maría!

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