Apuntes del paladar sudamericano

Exitable
29 Sep 2014

A fines de los años ‘90 empezamos a recibir, por primera vez en Sudamérica, los envíos de semillas que regalaban los foros de Europa para desperdigar genéticas, transmitir su conocimiento y ver cómo evolucionaban en distintos lugares. De esta manera fue como llegaron por primera vez a mis manos genéticas con nombre y apellido. Una fuerte influencia sativa comenzó a inundar nuestros jardines y poco a poco se comenzaron a hibridizar las cepas para aclimatarlas a nuestras geografías. Fue un trabajo largo buscar ejemplares más resistentes a nuestras latitudes, que aguantaran de mejor manera las temperaturas bajas y los altos porcentajes de humedad. Esta influencia sativa nació de igual modo, por el mismo trueque y la llegada de flores que venían de Colombia y Paraguay. En las flores aparecían las semillas con las que la mayoría de los cultivadores comenzamos. 


A fines de los años ‘90 empezamos a recibir, por primera vez en Sudamérica, los envíos de semillas que regalaban los foros de Europa para desperdigar genéticas, transmitir su conocimiento y ver cómo evolucionaban en distintos lugares. De esta manera fue como llegaron por primera vez a mis manos genéticas con nombre y apellido. Una fuerte influencia sativa comenzó a inundar nuestros jardines y poco a poco se comenzaron a hibridizar las cepas para aclimatarlas a nuestras geografías. Fue un trabajo largo buscar ejemplares más resistentes a nuestras latitudes, que aguantaran de mejor manera las temperaturas bajas y los altos porcentajes de humedad. Esta influencia sativa nació de igual modo, por el mismo trueque y la llegada de flores que venían de Colombia y Paraguay. En las flores aparecían las semillas con las que la mayoría de los cultivadores comenzamos. 

Año tras año, los paladares cannábicos se van moldeando a las tendencias mundiales, lo podemos apreciar en las distintas copas cannábicas celebradas en América del Sur, donde siempre hay sativas compitiendo por los podios. Estos últimos años ha comenzado a ingresar ese toque más “gringo”, los sabores más bien tiran hacia un OG o las Kush que ya son una constante en los jardines de acá.

A mi modo de ver, las copas cannábicas son la forma que tiene el cultivador de protestar contra el prohibicionismo, reunirse en un espacio, catar y poder juzgar cuál es la flor con mejores características organolépticas, de pegue, aromas y sabores. Ese nexo humano no tiene precio, lo que se genera entre los cultivadores es algo mágico. En América del Sur podemos encontrar un importante número de eventos que se repiten todos los años y van tomando más peso en la escena cannábica. La más antigua de todas, la Copa del Plata, se celebró en agosto pasado para cumplir 13 años. Fue un total éxito.

 

Las copas cannábicas en Sud América nos muestran cierto paladar que con cada copa se perfecciona y adquiere una identidad continental propia. En la Copa del Plata del 2004 la California Skunk fue la primera variedad en ser campeona en América del Sur. En la Copa del Plata 2006, la Destroyer de Cannabiogen se llevó el primer puesto de Latinoamérica. En las Copa del Plata 2008 y 2010 la Moby Dick de Dinafem fue la elegida. Eran dos fenotipos seleccionados de esa ballena asesina de densos y resinosos cogollos. Uno tenía un marcado aroma y un sabor dulce y el otro era más haze, ambos compartían el pesado colocón característico.

En la Copa CABA 2010 subió al podio la CannalopeHaze de DNA Genetics. Fue un clon seleccionado de una productora de cogollos de cálices enormes y gran cantidad de glándulas resinosas. Tenía un sabor dulce que condice con su aroma acompañado de un colocón energizante y duradero.

La Jamaica Blue Mountain ganó la Copa de los Andes 2012, por su sabor y también por su color azulado y aromas a frutos del bosque con matices terrosos en paladar. El mejor efecto sin techo que solo te lo entrega una sativa pura. En la Copa Amigos del Cannabis 2013, la variedad Deeptroyer de TripSeeds se quedó con el máximo reconocimiento. Es una variedad mía, pero modestia aparte, debo decir que está muy bien lograda y le va muy bien el exterior. Tiene una potencia que no deja de llamar la atención del cultivador y un aroma cítrico con dejos a hash que atrae mucho, junto con la notable cantidad de tricomas glandulares.

Por último la Lavender del banco Soma Seeds, se llevó la Copa Uruguay 2014. Es un clon muy bien trabajado, repleto de aromas a flores con finales a lavanda y una potencia que no pasa desapercibida. Una campeona, una real pura sangre del breeder Soma.

 

Sigan cultivando compas. Sigan cruzando plantas, sigan preguntando y sigan cosechando, que si no cosechamos con nuestras propias manos nadie lo hará por nosotros.

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